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Editorial

Fallaron los dotes de Fernández Noroña con Claudia

El diputado sin partido, pero que representa al partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña, fue durante la semana que está por concluir, la figura mediática que quiso presionar a Morena y a las estructuras del gobierno federal en funciones como a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, para que lo dejaran como el coordinador del Senado de la República, hecho que no gustó nada al mismo presidente de la República, quien tuvo que decirle que no anduviera “metiendo las narices donde no lo llaman”.

Por lo menos esa fue la interpretación que se entendió cuando el mandatario, desde la mañanera, dijo que el acuerdo de asumir las bancadas en la Cámara de Diputados y en el Senado fue orquestado por Morena y para los candidatos presidenciales de este partido, por lo que a pesar de que Fernández Noroña haya sido otro de los aspirantes, fue porque pertenece a la coalición Juntos Haremos Historia, pero eso no le daba derecho a ponerse con “sansón a las patadas”.

El controvertido y polémico legislador, a quien no se le niegan sus dotes de orador político, había tenido una carrera ascendente en los últimos años, tan es así que podríamos apostar que su protagonismo en el Congreso de la Unión, enfrascándose en aguerridas peleas verbales y uno que otro show con sus colegas adversarios opositores, le dieron muchos votos al Partido del Trabajo, en las elecciones pasadas, cuyos ciudadanos se identifican con su forma poco ortodoxa para debatir en la máxima tribuna del país.

Sin embargo, esta misma peculiaridad del legislador, está comprobado, no le conviene en estos momentos al partido en el poder, Morena, pues no les ayudaría que la tozudez de Fernández Noroña aterrice acuerdos que necesariamente tendrán que concretarse en la próxima cámara, aun así, la LXVI Legislatura federal logre tener mayoría calificada.

Muy pronto el “petista” se ha dado cuenta que ha sido utilizado para contraatacar a los francotiradores que tiene la oposición, muy experimentados, por cierto, como los que estuvieron representando al PRI, PAN y PRD, en las sesiones del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, donde Emilio Álvarez Icaza y Guadalupe Acosta Naranjo, por ejemplo, lo pararon en seco, exhibiendo su discurso oficialista.

La altivez de Fernández Noroña fue doblada cuando la presidenta electa le negó toda posibilidad de asumir la coordinación del Senado por el simple hecho de que no pertenece a Morena, discurso que abrazó el presidente Andrés Manuel López obrador, cuando confirmó que el acuerdo fue entre morenistas.

Al verse relegado, el “petista” se reunió con Claudia Sheinbaum y en entrevista con algunos medios, dijo que ya no le movería más, que se queda en el Senado como legislador y si tenía alguna esperanza de formar parte del gabinete federal, se quedó con las ganas pues entendió que no había “expectativas”.

Para una persona con el ego hasta el cielo que lo releguen a que se conforme con una curul debe ser humillante, y hasta cierto punto, inconcebible que se hayan comportado así con él. Siendo tan inteligente, ex extraño que no se haya dado cuenta que no sería tomado en cuenta para formar parte de las grandes ligas.

Sin embargo, quién de los mexicanos no estaría feliz porque le diera, aunque sea un par de meses, la oportunidad de estar inscrito en la nómina del Congreso de la Unión, aunque en la práctica no aporte al Legislativo.

Durante los días lunes, martes y miércoles de esta semana, el nombre del diputado estuvo en boca de todos los noticiarios, y tras ser silenciado, no se quedó con las ganas de acusar que desde la máxima “responsabilidad pública del país (en el Ejecutivo) se promueva el sectarismo”.

Además, es insólito que, a estas alturas, salga a decir que se reunió con la presidenta electa para hablar de un libro de Martín Luther King y del intento de golpe de estado de Bolivia. Por favor, con ese cuento a otro lado. Para ello Claudia hubiese llamado a uno de sus tantos historiadores y cronistas intelectuales que tiene en su equipo para que le ampliaran el panorama, si ese fuese el caso.

En otra entrevista con un medio nacional, Fernández Noroña reconoció que Sheinbaum le hizo una nueva propuesta que valorará. Para qué le mueve, debería seguir en el Senado, total que ahí se trabaja dos días a la semana y le daría tiempo suficiente para “devorar” sus libros cuando sus adversarios le repelen sus posicionamientos políticos o de “hígado”, como lo hacía cuando Acosta Naranjo hacía uso del micrófono y se salía de la sesión del Consejo General del INE, en una clara falta de respeto para todos los presentes.

En fin, quizás, contra todos sus pesares, veamos a Gerardo como un funcionario del equipo de Claudia, aunque no del llamado primer círculo.

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