La biotecnología podría rescatar los suelos chiapanecos

Edén Gómez Bernal / Diario de Chiapas
Según las investigaciones que se han realizado en Chiapas, se ha detectado que sus suelos ácidos, salinos y desgastados por la agricultura, es decir, están completamente erosionados y eso se debe al mal manejo de las prácticas agrícolas, ya que no se dejan descansar, además que el uso de químicos provoca que sus microorganismos de la tierra se mueran y provoque una mala producción.
Clara Iveth Rincón Molina, ingeniera bioquímica, creadora de la empresa 3R Biotec, destacó que en Chiapas se tiene una gran biodiversidad pero también un gran número de problemas y uno de estos se debe a la nula atención que se le da a la agricultura y sus campos.
Catalogó que uno de los factores por los que existen estos problemas es que muchos investigadores deberían acercarse puesto que son ellos quienes tienen la información y muy pegado también el gobierno y es que si bien entregan muchos apoyos estos no siempre les dan un seguimiento.
“Nosotros nos enfocamos a apoyar a los agricultores, principalmente con acompañamiento técnico, vamos a sus cultivos nos mencionan cuál es su problema, analizamos el suelo desde un punto biotecnológico, analizamos los microorganismos, la composición del suelo en sí para ver si tiene la capacidad para soportar los cultivos”.
Apuntó que en la entidad sobresale la agricultura, existe mucho recurso pero poco conocimiento y acompañamiento técnico, “no es culpa de los agricultores que ellos quieran utilizar un producto químico, están acostumbrados y creen que es lo normal es lo que han usado en años”.
Remarcó también que la generación que controla actualmente la agricultura son quienes están deslindados de la tecnología y esto resulta complicado el acercarse con ellos puesto que su método de producción es lo que han trabajado desde siempre y algo nuevo es difícil que ellos adopten.
“La agricultura es la actividad más importante que existen, si no existiera estamos destinados a la extinción, el problema es que existe pero se realiza de manera equivocada, por ello es nuestra responsabilidad como gobiernos, instituciones, investigadores y como personas el poder compartir ese conocimiento y mejorar las prácticas agrícolas”.