Marco Alvarado/ Diario de Chiapas
Por el cambio de hábitos alimenticios, México puede considerarse “un pueblo crónicamente enfermo por afecciones no transmisibles, causantes de la tercera parte de las muertes”, según los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020 sobre COVID-19.
El exceso de productos industrializados, procesados y ultraprocesados, con altísimo valor calórico y muy bajo valor nutricional, son la causa del aumento de la obesidad, sobrepeso, diabetes, hipertensión y los múltiples cánceres, contexto en el que la población enfrentó la pandemia por COVID-19.
De acuerdo con el más reciente estudio para evaluar los hábitos, las condiciones de salud generales de la población y los riesgos por enfermedades, durante la pandemia la seguridad alimentaria a nivel nacional disminuyó 3.9 puntos porcentuales.
México es, además, uno de los países con mayor carga por comorbilidad asociada a la obesidad, lo que complicó más el pronóstico para muchos de los que contrajeron el virus, puesto que la evidencia científica muestra la gran relación entre la mala alimentación, sobrepeso y obesidad y una respuesta mala ante el COVID-19.
En este sentido, la investigación mostró que hay una prevalencia nacional de sobrepeso y obesidad en personas adultas de 74.1 por ciento, lo que representa 2.8 por ciento de aumento respecto a 2012, es decir, en los últimos ocho años el sobrepeso y la obesidad aumentaron
