Consensos o disensos
Mtro. Esdras E. Cruz y Cruz.
En la política en tiempo de crisis, es muy preocupante la división de los diferentes actores económicos, sociales y políticos; enfrentar la catástrofe que vendrá pasada la emergencia provocada por el Covid-19, si no se hace fortalecidos en la unidad, el gobierno será incapaz para contener el desafío de la pobreza y la desigualdad: la contracción económica y financiera será lamentable y muy dolorosa para todos los mexicanos.
No es tiempo de una política dividida entendiéndose que, con políticos confrontados, la reconstrucción social y económica del país quedarán severamente debilitadas, sumiéndose el desarrollo en la etapa más gris de los últimos 50 años de la economía mexicana; es imperativo ético el actuar en unidad ante el grave contexto social signado por la recesión económica, la fuga masiva de capitales que seguramente sepultará la economía productiva, a las pequeñas y medianas empresas y comercios, sumado todo lo anterior a la caída de la recaudación federal de un 10% en relación al Producto Interno Bruto (PIB).
Una táctica idéntica es decir que, a todos los intereses de los políticos federales y locales, los empresarios y la sociedad en su conjunto, les corresponde reaccionar y accionar juntos para enfrentar con mayor eficiencia a este ‘tsunami’ de pobreza que asolará a nuestro país en este año y el próximo.
No podemos ir a contra mano, con apatías antipolíticas con miras de choque ni de conquistas electorales. Es improbable y poco factible tener éxito en la contención violenta de la crisis económica y de salud que se avecina, si no actuamos unidos en la diversidad y sintonía fundamental para recuperar lo colectivo y lo común, convertir en prioridad absoluta el sofocar, controlar y rescatar de manera más rápida a la economía, respondiendo en el menor tiempo a las acuciantes necesidades de recuperación económica y social de nuestro país.
Las propuestas expresadas por los diferentes actores con representatividad empresarial, social, financiera, gubernamental y política, se encuentran totalmente desarticuladas, por ejemplo, el sector empresarial elaboró sus propias medidas de rescate (por ejemplo, estímulos fiscales), el financiero expresó lo propio (p.e., créditos al sector privado y público), el sector social propuso estímulos (p.e., subsidios fiscales); el gubernamental de manera unilateral presentó 38 programas sociales; y el político por ser oposición del gobierno federal actual, ha hecho diversos posicionamientos críticos, desde un nuevo pacto fiscal hasta el redireccionar el gasto en contrasentido a lo expresado por el Presidente de la república.
Ante tantos escenarios sociales, financieros y políticos no se requiere ser un experto en política para augurar el fracaso en la reconstrucción, contención y resistencia con disciplina, transparencia y recomposición de la economía de nuestro país, sin duda es irrenunciable la unidad.