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Educación en valores

Educación en valores

Dr. Gilberto de los Santos Cruz

El principal valor de este tipo de educación reside en su capacidad para actuar como un instrumento que ayude a crear una sociedad mejor, compuesta por ciudadanos críticos y responsables, dispuestos a comprometerse por una sociedad más justa e igualitaria que apueste por la promoción de la salud, el medio ambiente, el consumo racional y el desarrollo sostenible.

La educación en valores es un concepto amplio y complejo, que exige la implicación tanto de los maestros y la comunidad educativa como, de los padres y también de la sociedad en general.

Educar en valores significa extender el alcance de la educación de manera que no se limite a la enseñanza y el aprendizaje de materias, habilidades y temarios, planteándose metas relacionados con el ámbito moral y el civismo, para formar ciudadanos responsables.

A través de la educación en valores se intenta potenciar y afianzar una cultura y una forma de ser y comportarse basadas en el respeto a los demás, la inclusión y las ideas democráticas y solidarias.

En el entorno actual, caracterizado por la complejidad social y la globalización económica y cultura, educar en valores se perfila como una cuestión imprescindible para formar ciudadanos que sean capaces de asumir los nuevos retos y comprometerse activamente, jugando un papel activo y eficaz en la construcción de un mundo mucho más justo, inclusivo, equitativo e intercultural. ¿Cómo articula la educación en valores? Para que no se quede en una propuesta de buenas intenciones, ni en un elemento residual que se trate de vez en cuando en clase, es necesario planificar la educación en valores con criterios serios, formales y objetivos.

Una posible organización puede ser tomarse la educación moral y cívica como el eje principal sobre la cual giren una serie de temas muy diversos de una forma transversal. Algunas de estas serían:

-La igualdad de oportunidades con independencia del sexo, raza, clase social, origen, cultura, nacionalidad, religión, etc.

-Valorar con espíritu crítico los valores imperantes en nuestra sociedad: costumbres, hábitos de consumo, productos culturales, etc.

-Conocimiento y análisis de los mecanismos que rigen nuestra sociedad.

-Ensalzar los valores igualitarios. Rechazar actitudes discriminatorias.

-Enseñar pautas de respeto al medio ambiente por parte de las comunidades y de los individuos.

-Resaltar la importancia del desarrollo sostenible en los ámbitos económicos, sociales y culturales de la vida del ser humano.

-Potenciar el disfrute en los entornos naturales.

-Promover la salud como un valor fundamental y un recurso básico para el desarrollo personal y social.

-Estimular la adquisición de actitudes y hábitos de conducta saludables.

-Eliminar o reducir al máximo aquellos comportamientos que conllevan un riesgo para la salud.

-Hacer conscientes al alumnado del riesgo que conllevan ciertas prácticas sexuales sin tener en cuenta aspectos preventivos.

-Concienciar de la importancia que para la seguridad del ciudadano tiene el respeto a las normas y señales de tráfico.

?VALORES QUE DEBEMOS INCULCAR A LOS HIJOS.

RESPONSABILIDAD Desde que el niño es pequeño es importante enseñarle a cumplir con sus deberes, tanto en casa como en el colegio, solo así se convertirá en un adulto responsable, que no intenta rehuir sus obligaciones y es capaz de ganarse la confianza de quienes le rodean.

GENEROSIDAD. En una sociedad en la que muchas personas aplican el “quid pro quo”, es esencial que le enseñes a tu hijo el valor de la generosidad y que estimules su deseo de compartir sin esperar recibir nada a cambio. Obviamente, no se trata de convertirlo en una persona servil sino en enseñarle a ser generoso, por el placer de ayudar a los demás.

COMPROMISO. El compromiso es el primer paso para lograr un objetivo, un valor fundamental que se encuentra en la base del desarrollo académico, social y personal de cualquier niño. El hecho de comprometerse con las personas que le rodean le ayudará a crear relaciones interpersonales sólidas y duraderas, mientras que involucrarse con determinados objetivos y proyectos le permitirá alcanzar las metas que se proponga en la vida.

GRATITUD. Sentirse agradecido por los grandes y pequeños detalles de la vida es uno de los valores fundamentales que un niño debe aprender desde que es pequeño. De hecho, se ha demostrado que las personas que se sienten agradecidas son más felices y resilientes, a la vez que desarrollan un mejor autocontrol. Por eso, es fundamental que le enseñes a tu hijo a practicar la gratitud en cada instante de su vida.

HONESTIDAD. Ser sincero, incluso cuando se cometen errores, es una buena forma de aprender de las equivocaciones y comprender que nadie es perfecto. Aprender a ser honesto desde pequeño no solo hará que el niño se gane la confianza de quienes le rodean, sino que también le ayudará a viajar más ligero, sin el peso de la mentira sobre sus espaldas. A la larga, se convertirá en una persona más feliz y auténtica.

TOLERANCIA. Se trata de la expresión más clara del respeto hacia los demás, y es un valor esencial para aprender a vivir en sociedad. Por eso, es importante que desde sus primeros años de vida el niño aprenda a reconocer y respetar las diferencias, y que sea capaz de entender cómo piensan y sienten los demás. No obstante, también es fundamental que aprenda a hacer valer sus derechos y a exigir que las otras personas también respeten sus opiniones.

 HUMILDAD. En una sociedad donde aún se discrimina a las personas por el color de su piel, su origen o creencias, es importante educar al niño para que no crea que es superior a los demás, ni con más derechos que el resto. Asumir una actitud humilde ante la vida no solo le ayudará a crear relaciones interpersonales más sólidas, sino que también le hará apreciar la verdad.

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