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En busca de un buen diputado

En busca de un buen diputado

 

Dr. Gilberto de los Santos Cruz

 

En una ocasión un político muy cercano a un gobernador me dijo que le habían encargado buscar al diputado ideal sin importar el color de su filiación, te deseo suerte le dije porque le iría como a Diógenes. Por cierto, de Diógenes se dice que estando en Atenas se le acercó Alejandro Magno quién después de presentarse le preguntó si podía hacer algo por él, y el filósofo respondió: Muévete, que me tapas el sol.

El político dijo que había encontrado al diputado. Cuestión a la que él elegido se rehusó por razones espurias para no ofenderlo, pero lo real era que solamente querían un currículum y una cara sin mancha de corrupción. Ser escogido diputado por el partido en el poder implicaba entrar a ese espacio de privilegio careciendo de la menor posibilidad de aportar política de calidad o inclusive ideas novedosas, porque los espacios de la influencia estaban reservados para los políticos de siempre que seguían instrucciones. Muchos hemos escuchado que cuando le preguntan a alguien destacado porque no entra a la política, este responde que no lo hace porque es un juego sucio, y tienen razón. Es evidente que la calidad de los gobernantes está, tal vez en su nivel más bajo, causando un deterioro evidente en la calidad de servir, ya sea en las decisiones que se toman, como en el manejo de los problemas sociales, económicos y políticos y en las relaciones conflictivas propias a todos los sistemas. No se asombren que hoy encontremos Diputados o candidatos que ni tan solo conocen el contenido de la Carta magna me conformaría con que aprendieran de memoria las garantías individuales porque su perfil profesional sin duda es distinto al que debería tener un Legislador. Igual ocurre con los Presidentes Municipales, honroso cargo que debería recaer en el más preparado, el más honrado, el que siempre está presto a ayudar en los momentos difíciles que comúnmente necesita la población más pobre, pero hoy tenemos Presidentes o Candidatos impuestos desde arriba con un perfil inferior al Bachillerato salvo en muy contadas excepciones tenemos Universitarios con una Licenciatura, pero ejerciendo en un ramo distinto.

Fernando Savater defiende al egoísmo y sugiere que la política sirve para equilibrar los egoísmos individuales; pero ahora la política es inefectiva para balancear egoísmos porque éstos son la regla que mueve las decisiones de gobierno. Es por eso que la corrupción se impone globalmente, hasta generar reacciones en diversas partes del mundo en contra de los políticos corruptos: en un país los tiran a la basura y en países con trazas de democracia, la justicia les ajusta cuentas. En Guatemala han encarcelado a un ex presidente y su pandilla; en Israel la policía acusa al primer ministro por corrupción, además de haber encarcelado a otro primer ministro. La apuesta que domina es por el egoísmo individual no por el futuro nacional.

Señales abundan sobre la calidad de muchos gobernantes. Funcionan con paradigmas obsoletos que implican poco riesgo para su futuro personal, aunque afectan el bienestar nacional. Es incompatible el acto de gobernar con los negocios personales.

Encontramos una pobre formulación de alternativas de decisión, porque independientemente de su nivel de estudios, los motiva beneficiar intereses sectarios a los que se asocian.

 Yehezkel Dror crítica los enfoques tribales que consisten en promover los intereses de la tribu antes que los de la humanidad, entre éstos encontramos el aislamiento nacional y la promoción de intereses facciosos, como por ejemplo la industria armamentista en Estados Unidos. En el mejor de los casos, algunos aunque son irresponsables, dejan que el que viene atrás limpie el desorden, otros buscan el desorden para beneficiar a su facción, como lo ha documentado Klein.

Aunque las leyes se llenan de castigos para los violadores de normas supremas, los códigos de ética son violentados como práctica común facilitando evadir esas mismas leyes que ellos aprobaron. Simulación legislativa e ineficiencia gubernamental como norma.

La pobreza ética, moral y de educación política de los políticos se acompaña con posturas protagónicas y circos bien montados cuya finalidad es disfrazar las verdaderas intenciones. Han convertido a la política en un juego de simulaciones, mentiras y engaños. Una degradación generalizada.

Un componente son las negociaciones secretas, acuerdos vergonzantes que aportan ganancias personales. El interés del Estado se ha reemplazado por la búsqueda mezquina de satisfactores personales y auto gratificación.

Esos políticos exigen lealtad, no a los principios, sino a sus intereses, y para satisfacer su ambición se comportan como pandilla que desarrolla una contra-ética al estilo mafioso, como guardar silencio y sacrificarse momentáneamente, ya que eso garantiza el goce del privilegio. Es el caso de un político que va a la cárcel para tapar un delito del presidente.

Estos políticos cancelaron su patriotismo, aunque se lo reclaman a la sociedad, finalmente necesitan votos y carne de cañón.

Conjunto de características o cualidades que debe tener un aspirante para ser considerado capaz y digno de nuestros votos. Conoce las principales.

Transparencia: El político ideal no debe tener ningún secreto en cuanto a su administración. Es decir, debe conocerse cómo maneja el dinero público y los procesos que realiza. Debemos estar enterado de su labor.

Compromiso social: De nada sirve ser uno de los países que crece económicamente si no se preocupa por los más necesitados. La pobreza, la falta de educación y empleo son factores, por ejemplo, que tienen que tomarse en cuenta como prioridad.

Consistencia: Las promesas y los discursos se van con el tiempo. Lo que realmente queda en los recuerdos son los cambios consistentes. Un político debe cumplir lo que algún día prometió, sino perderá credibilidad.

Preparación académica: Las buenas ganas de ayudar al país deben tener una base profesional que pueda hacer realidad los sueños. Por ejemplo, un experto en Derecho podrá hacer cumplir las leyes de la mejor manera.

Autocrítica: El ego es uno de los peores enemigos de un político. Hay que saber cuándo se comete un error y cuándo disculparse. Un político es capaz de aprender de sus fallos y hacer mejor las cosas en el futuro.

Liderazgo: Una de las más importantes para todo político. La capacidad de liderazgo le da a un político la habilidad de influir positivamente en las personas que lo rodean, con sus ideales y sus acciones.

Existen carreras como Derecho y Ciencias Políticas que brindan una visión más clara de este apasionante mundo y de lo que se necesita para hacer de nuestro País un mejor lugar donde vivir. Vivamos como si fuésemos a morir mañana y nos preparemos como si fuésemos a vivir para siempre.

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