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Desde mi Trinchera

Diego Victorio

Las postales dicen lo contrario

La disputa entre funcionarios no siempre se da por control político, es cierto, es una constante en la realpolitik, pero esta se suscita por circunstancias distintas.

Sin embargo, para el mundo exterior, el que no tiene acceso a lo que ocurre intramuros de la clase gobernante, asume que existe, pero nunca lo ha comprobado.

Es decir, las pugnas en privado no trascienden a la opinión pública y, en caso de permear, por alguna filtración, los supuestos protagonistas lo niegan todo.

Es un tema que siempre adereza los sexenios, pero que, insisto, al final siempre queda como una leyenda urbana.

Es propia de todos los niveles:

Entre telones, se oía decir que, en el jardín de Los Pinos, el entonces secretario de Gobernación Miguel Osorio Chong y el exsecretario de Hacienda Luis Videgaray Caso, disentían periódicamente, confrontación que habría escalado hasta el panorama político, pero los abrazos, apretujones y la camaradería ante los reflectores hacía que aquello se redujera a una simple hipótesis.

En la cuatroté, según versiones, hay una marcada discrepancia entre el jefe de Oficina de Presidencia Alfonso Romo con cercanos al Presidente como el coordinador nacional de Programas Federales Gabriel García Hernández, pero se cuidan las formas para evitar que sea un dato de dominio popular.

Si hacemos una retrospectiva, en la aldea han existido épicas enemistades al interior de los gobiernos.

Una que por el tratamiento y secrecía que se les daba a los temas privados no cruzó la delgada línea de entre lo íntimo a público, es la ríspida relación entre el influyente asesor César Chávez Castillo y el secretario General de Gobierno Emilio Zebadúa González, choque de trenes en el sexenio pablista. 

Me revela una fuente que, fue tan tóxica e irreconciliable que, Pablo Salazar Mendiguchía, decidió, en 2003, darle una salida política a la situación: hacer, a ambos, diputados federales para que el gabinete no se fraccionara en dos.

Sin embargo, fue un duelo, el de Chávez y Zebadúa, que el colectivo nunca supo.

Quizá la que más se socializó fue la del gobierno de Juan Sabines Guerrero, pero que, por falta de elementos nunca escaló el rango de un trascendido, está protagonizada por el otrora poderoso subsecretario de Gobierno Nemesio Ponce Sánchez y el encargado de las Relaciones Políticas Antonio Gamboa López, provocada por las prolongadas ausencias de Juan Sabines Guerrero y por la ambición de pretender llenar ese vacío.

Pero, insisto, para el grueso social, Nemesio y Gamboa, eran dos personajes anclas del gobierno de Sabines, hasta ahí.

En el segundo semestre de 2020, arreció la versión de que se había roto la relación entre el secretario General de Gobierno Ismael Brito Mazariegos y el fiscal General Jorge Llaven Abarca.

La teoría, hasta ahí, no reunía los requisitos de rigor para dar nota, ni para preocupar a quien manda en el primer piso de palacio.

El punto fino en la supuesta escaramuza, es que, las redes sociales “espontáneamente” empezaron a insinuar de que los recientes acontecimientos sociales se derivan de la hipotética mala relación entre uno y otro.

La presunta discrepancia entre Llaven y Brito, empezaba a ser tema de conversación en la gente de a pie y, en paralelo, corría el riesgo de que, aunque sea una postverdad, repetida mil veces se convirtiera en verdad.

Es decir, estaba traspasando lo que marcan los cánones de que, de ser cierta la contienda, la información a ese respecto debería ser de absoluta reserva, quedar en el primer círculo, en petit comité.

Nadie tiene pruebas de que la comunicación entre Ismael y Jorge Luis se haya enfriado, todo es especulación.

No obstante, las recientes postales, donde ambos personajes raudos y veloces se apapachan, sorbetean café y saborean pan coleto, contradice a lo que se murmuraba ya en el peatón.

Las fotografías del número dos y el Fiscal, analizando con singular sonrisa la agenda pública estatal en temas de seguridad, justicia y gobernanza, llegó en el momento oportuno.

Nadie más va a volver a esbozar un supuesto “trinquete” entre el encargado de la política interior y el de la procuración de justicia, pues las imágenes son sumamente explícitas, todo es miel sobre hojuelas.

Pero, de eso, a que estén en pláticas relativas a hacer alianzas y fusionar sus proyectos políticos, nunca.

No tiene nada que ver una cosa con otra. Al Tiempo.

Comentarios Atrincherados

*** El espaldarazo que recibió la alcaldesa de Tapachula Rosa Irene Urbina, el fin de semana, de manos del gobernador Rutilio Escandón Cadenas, fue sin precedentes.

No solo en la arena pública, sino también en una reunión privada con una veintena de alcaldes extraídos de Morena. Luego abundaré.

*** Mensajazo que el secretario Particular del jefe del Ejecutivo, José Esquinca Kobeh, haya acompañado a su jefe a la gira que desahogó durante dos días por Tapachula.

Sin duda, Kobeh, es cercanísimo a Escandón Cadenas. Bien dice la sabiduría popular que la confianza se gana.

***Saludé el fin de semana a Yamil Melgar Bravo que, por cuestiones de trabajo estuvo en su natal Tapachula, Melgar sigue concentrado en su labor dando resultados mismos que saltan a la vista.

***Mencion aparte merece la regidora morenista de Frontera Hidalgo, Claudia García Navarro, por su compromiso con sus coterráneos.

Claudia, pese a ser oposición en la comuna, es la que más trabajo realiza a favor de la sociedad. HASTA PRONTO.

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