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El “Juan Vargas” de Cintalapa

Letras Desnudas

Mario Caballero

Gobernar, pero lo que se dice gobernar verdaderamente, no es un asunto fácil de llevar a cabo y menos aún una actividad que pueda ser realizada por cualquier persona.

Se trata de una enorme responsabilidad cuyo fin primero y último es dirigir a una sociedad, estado o país hacia el logro del desarrollo y el bienestar común. En consecuencia, aquel o aquella que quiera asumir esa responsabilidad deberá tener los pantalones bien puestos y la cabeza lo suficientemente amueblada para saber qué hacer, cómo dirigir y cuándo disponer de lo necesario para alcanzar dichas finalidades.

Por eso, no es extraño que a menudo nos encontremos con gobiernos fallidos, corruptos o incompetentes. Consideremos que en todas partes sobrarán los que quieran encabezar un gobierno, pero siempre serán pocos los que tengan la capacidad y la vocación de servicio para gobernar y entregar buenos frutos de ese trabajo.

Creo que los mejores ejemplos los tenemos en los gobiernos municipales. El eslabón más débil en la gran estructura gubernamental.

Ahí está el caso de Carlos Morales Vázquez y su pésimo desempeño como alcalde de Tuxtla Gutiérrez.

Tras seis años de “gobierno” heredará una ciudad saqueada, pletórica de males, con falta de alumbrado público y agua potable en decena de colonias, con un alto nivel de percepción de inseguridad, con grupos criminales adueñándose de la paz y la tranquilidad en diferentes zonas de la periferia, con funcionarios que llegaron pobres al gobierno y que saldrán convertidos en nuevos millonarios.

Por si fuera poco, Morales Vázquez acabará en el mismo costal donde se encuentran los presidentes municipales más corruptos e ineptos que ha tenido Tuxtla en los últimos cuarenta años.

Otro ejemplo es Juan Antonio Castillejos Castellanos, edil de San Fernando, quien desde hace más de 20 años ha ejercido un gobierno caciquil en esa importante localidad.

A la par de haber condenado a la pobreza, miseria e ignorancia a miles de familias, él y su parentela han acumulado una riqueza al amparo del poder y bajo la protección del Partido Verde Ecologista de México.

Tan sólo Castillejos Castellanos es dueño de varias empresas constructoras que en los últimos seis años han obtenido infinidad de contratos de obra pública por adjudicación directa. Además, posee ranchos ganaderos, tiendas comerciales que son proveedores del Ayuntamiento, flotillas de transporte público, concesiones de taxi, decenas de mototaxis, más de cien casas y automóviles de lujo.

En documentos de la Auditoría Superior del Estado, constan diversos desfalcos de Castillejos Castellanos a la Hacienda Pública. Nada más el informe de la Cuenta Pública de 2020 presenta 14 observaciones de tipo económico que alcanzan un daño por 17 millones 344 mil 387 pesos con 78 centavos.

Como lo he mencionado en líneas anteriores, son muchos los políticos que buscan liderar un gobierno, pero no todos están aptos para hacerlo. Más allá de su fracaso como gobernantes, terminan casi todos ahogados en la misma pestilente cloaca de corrupción.

“EL PROFE”

¿Sabe qué es lo más triste? Que muchos de nuestros políticos en la actualidad, aparte de no tener los tamaños y las ideas para construir un buen gobierno, no buscan el poder para gobernar sino para salir de pobres.

Otro ejemplo es Ernesto Cruz Díaz, quien en la reciente jornada electoral logró la reelección como presidente municipal de Cintalapa.

Este personaje es el clásico “Juan Vargas” de la película La ley de Herodes, que después de años de fungir como encargado de un basurero se convierte en un presidente municipal corrupto y déspota en una localidad olvidada por Dios.

Cruz Díaz llegó a la alcaldía de Cintalapa en 2021, pero no tenía ningún mérito y ni una carrera política destacable. No dirigía un basurero, pero era un donnadie.

Su primera participación en una elección fue en 2018, como candidato a la presidencia municipal de ese municipio, y perdió. Obvio, pues era un político irrelevante que obtuvo esa postulación después de 12 años de pertenecer al movimiento obradorista. Nadie lo pelaba. Y eso que, en 2014, fue miembro fundador de Morena.

Ahora es conocido como “el profe Neto”, debido a sus 17 años como docente de educación especial. Empero, el profe terminó siendo un gran maestro para el hampa. Juzgue usted.

La Auditoría Superior del Estado de Chiapas revisó una muestra de la Cuenta Pública de 2022, que fue el primer año de la gestión de Ernesto Cruz, consistente en un importe de 32 millones 780 mil 775 pesos con 33 centavos, y concluyó con que el Ayuntamiento sólo logró comprobar 9 millones 931 mil pesos.

¿Qué pasó con el resto? Hasta el momento sigue sin ser justificado.

Nada más en su primer año de gobierno Cruz Díaz, quien ahora es conocido como el nuevo millonario de Cintalapa, provocó un presunto daño al erario por 22 millones 849 mil 51 pesos y 64 centavos.

En esa misma auditoría se descubrió que el alcalde morenista pudo haber desviado más de 4 millones 683 mil pesos a través de la contratación de personal para la Dirección de Asistencia Técnica para el Fomento al Desarrollo Urbano y Regional. O bien, sino fue un desvío de recursos públicos propiamente dicho, entonces se trata del pago de aviadores correspondiente al año 2022, ya que el órgano fiscalizador no obtuvo documentación que comprobara dicho gasto.

Por otra parte, investigaciones periodísticas dieron a conocer que Cruz Díaz ha desviado fuertes sumas de dinero mediante empresas fantasmas y factureras, las cuales son operadas por un tal Alberto Palacios, que es primo del esposo de la síndico Anayeli Reyes Clemente, quien a su vez tiene como cómplice a su sobrino Edgar Mass, encargado de las compras en la Oficialía Mayor.

Por estas mismas investigaciones se supo que entre abril y octubre de 2022 se facturaron alrededor de 5 millones de pesos por supuestas adquisiciones a las empresas de Alberto Palacios, quien recibió el 4% de comisión. Mientras tanto, se presume que el 50 por ciento de ese total fue a parar a las manos del alcalde.

Para más inri, se habla de la existencia de varias grabaciones en las que se escucha la voz del extesorero municipal explicando “cómo se le hace” para sacar recursos del erario municipal en beneficio de Cruz Díaz y sus parientes.

MÁS CORRUPCIÓN

Ahora bien, hay un video que circula en las redes sociales que exhibe a Ernesto Cruz extorsionando a constructores del Ayuntamiento para financiar su campaña a la reelección.

Dicha extorsión consiste en exigirles a los empresarios un moche del 15% sobre el finiquito adeudado por obras concluidas el trienio anterior. Los que accedieron a darle el soborno, recibieron la promesa de que les daría más obras para los siguientes tres años. Caso contrario, los amenazó con retrasarles los pagos.

El encargado de recibir los moches era el secretario de Obras, Amir Cruz Pérez. Y se habla de por lo menos 50 contratistas.

Como la cereza en el pastel, Ernesto Cruz, el “Juan Vargas de Cintalapa”, también está señalado de comprar votos y utilizar a sus funcionarios para el relleno de urnas con votos a su favor.

No sé usted, pero a veces me pregunto qué hicimos tan mal para merecer políticos de esta calaña: a los que no les importa gobernar, sino medrar con el poder.

yomariocaballero@gmail.com

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