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Estos Sabinistas quieren seguir medrando con el poder

Letras Desnudas

Mario Caballero

¿Quién no recuerda el gobierno de Juan Sabines Guerrero? Creo que todos, a doce años de distancia, tenemos una imagen vívida de lo que fue esa terrible y corrupta administración: la peor en épocas recientes.

Hipotecó al estado con una deuda pública y con proveedores por más de 40 mil millones de pesos, acabó con el sector salud, no realizó una sola obra digna de mención,  cincuenta de sus funcionarios están demandados por diversos delitos, como abuso de funciones, peculado y enriquecimiento ilícito; desvió miles de millones de pesos a través de empresas fantasma; invirtió ilegalmente más de 5 mil millones del erario en la bolsa de valores y nunca más se supo de ese dinero y, por si fuera poco, en su periodo más de 350 mil chiapanecos pasaron a la pobreza.

Son esos datos suficientes para no olvidar esos seis años de saqueo e impunidad.

Pero ahora, con la coyuntura política de la época, han comenzado a saltar varios miembros de ese sexenio al barco de Morena para “purificarse” y seguir medrando con el poder.

Hasta el momento tengo identificados a cuatro personajes que, desde hace algunas semanas, se placean en los restaurantes y cafés más sofisticados de Tuxtla Gutiérrez con el cuento de que ya tienen acuerdos con el gobernador electo Eduardo Ramírez Aguilar para aparecer con altos cargos en el próximo gabinete estatal.

Estos son:

JUAN CARLOS LÓPEZ FERNANDEZ

(EL CHAPITAS)

Antaño este sujeto no era más que un empleado de mostrador en un local comercial en el municipio de Palenque, pero por los locos azares de la vida desempeñó algunos cargos en la administración pública de los que nadie se acuerda que haya ocupado en verdad. Como el de secretario particular del director general adjunto de Modernización Tecnológica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Un nombre tan largo para un puesto de ínfimo nivel hace sospechar hasta al más estoico de los positivistas. Pero, en fin, en los tiempos del oscurantismo perredista, cualquier pelagatos podía hacerse pasar como licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública y presumirlo en su currículum. Como él, por ejemplo, que nunca ha revelado con certeza dónde cursó esos estudios profesionales.

Para el caso es que después de una larga trayectoria política, que según comenzó en los años noventa, era un político miserable y anodino. Hasta que se cruzó en el camino de Juan Sabines, quien le dio la oportunidad para salir de la pobreza y alcanzar, ahora sí, puestos relevantes.

Primero lo nombró representante de Tuxtla Gutiérrez en el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), durante su gestión como alcalde de la capital. Luego, entre los años 2006 y 2007, ya siendo gobernador, lo hizo coordinador general de Comunicación Social del Gobierno del Estado, de donde salió acusado de malversación de recursos públicos.

En las elecciones de 2007, Sabines lo impulsó al Congreso del Estado y, en 2009, a la Cámara de Diputados. Como diputado local, López Fernández fue uno de los principales operadores políticos que aprobó los préstamos solicitados por Sabines Guerrero y por los que hasta el día de hoy todos los chiapanecos seguimos condenados a pagarlos junto con los enormes intereses.

El otro personaje es…

PEPE ALONSO

José Alonso López Pérez es considerado el responsable directo de generar la monstruosa deuda con los proveedores del Gobierno del Estado, que al concluir el sabinato llegó a alcanzar los 19 mil millones de pesos.

Y es que como subsecretario de Planeación, Presupuesto y Egresos de la Secretaría de Hacienda tenía la función de coordinar el pago de los adeudos del gobierno, que según los afectados se remonta hasta el 2008. Es decir, Pepe Alonso no realizó ni un solo pago durante cuatro años.

Esto, en consecuencia, ocasionó que decenas de empresas se fueran a la quiebra, muchas simplemente cerraron, otras tuvieron que despedir parte de su personal y no pocas dejaron de pagar impuestos.

Recordemos que a las exigencias de pago de los empresarios, se sumó la presión por el atraso en el pago de las nóminas, lo cual “justificó” la aprobación de una nueva línea de crédito para el gobierno de Sabines por casi cuatro mil millones de pesos. Empero, las nóminas se pagaron en parte, y no porque el dinero no haya alcanzado sino porque desapareció. Por tal motivo, el exgobernador Manuel Velasco tuvo que solicitar otro préstamo para terminar de cubrir los sueldos y los aguinaldos de la burocracia.

Entretanto, los proveedores se quedaron mirando como el chinito sin mirar ni un quinto. Eso sí, López Pérez se hizo de una lujosa mansión en el exclusivo fraccionamiento San Patricio, donde vive actualmente.

JAVÍN GUZMÁN VILCHIS

Es otro de los que presumen que formarán parte del próximo gobierno.

Fue uno de los hombres, junto con sus hermanos, más privilegiados del Sabinato. Sabines Guerrero lo hizo diputado local por el PVEM y desde esa posición le ayudó a cabildear y destrabar los asuntos más apremiantes de su gobierno.

Antes, en su gestión como alcalde capitalino, lo nombró director de Tenencia de la Tierra del Ayuntamiento y se cuenta que, abusando de su autoridad y bajo la protección del hoy cónsul, vendió ilegalmente 80 hectáreas que eran propiedad del municipio, ubicadas en la zona de El Arenal, rumbo al Club Campestre, mismas que fraccionó, vendió y nunca reportó el dinero a las arcas. Simplemente, lo desapareció.

El 17 de octubre de 2012, Sabines le expidió la patente de notario. Su notaría es la número 167, con residencia en Copainalá, pero sus oficinas están ubicadas en la 10ª. Norte Poniente # 339, en Tuxtla Gutiérrez, que están disfrazadas como despacho jurídico.

EL TRACTOR

Por último, Ernesto Gutiérrez Villanueva, alias “Mr. Tractor”, quien nació en el PRI y lo persigue una historia de corrupción desde que formó parte del gobierno de Tomás Yarrington, en Tamaulipas, su tierra natal. De hecho, su exjefe enfrenta cargos por tráfico de drogas, extorsión, fraude y blanqueo de capitales en una prisión de Estados Unidos.

Gutiérrez Villanueva, en el sabinato, ostentó el cargo de secretario del Campo entre 2006 y 2009, y durante ese periodo fue acusado, entre otras cosas, por el desvío de mil 500 millones de pesos de los programas federales y estatales de apoyo al agro chiapaneco.

En 2020, incrustado en la Secretaría General de Gobierno, entonces al mando de Ismael Brito, fue señalado junto con su hijo Ernesto Gutiérrez Borges de defraudar por varios millones de pesos a por lo menos 15 organizaciones campesinas.

Por motivo de espacio, resumiré que la imagen de Gutiérrez Villanueva es la de un político que fue funcionario de un exgobernador ligado narco mexicano, que también fue secretario de Estado de otro exmandatario que es responsable del mayor desfalco de recursos públicos en la historia de Chiapas y que reiteradamente ha sido acusado de fraude, corrupción y abuso de poder.

¿LO SABE?

¿Conocerá Eduardo Ramírez lo que estos personajes andan diciendo? ¿En verdad habrá tomado acuerdos con ellos para que ocupen cargos en su futura administración? Yo no lo creo.

El llamado Jaguar Negro tiene todos los incentivos para transformar a Chiapas y para encabezar el mejor gobierno. Por tanto, no tiene ninguna necesidad de fichar a gente desacreditada y, lo que es peor, que tanto daño le ha hecho a los chiapanecos.

yomariocaballero@gmail.com

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