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No entienden que no entienden

Letras Desnudas

Mario Caballero

 

No entienden que no entienden

Los partidos políticos no entienden que no entienden. Saben de la apatía que la gente siente por la política y de que los ven como instituciones corruptas, y a pesar de eso insisten en hacer de la política un circo postulando celebridades a cargos de elección. Como dice el dicho, ven la tempestad y no se hincan.

Lo digo por el atrevimiento de Movimiento Ciudadano de lanzar a Roberto Palazuelos como candidato a gobernador de Quintana Roo. Lo primero que pensé fue que es otro caso en que un partido impulsa a una estrella de la farándula para ganar votos. Nada nuevo. Ahí está, por ejemplo, Carmen Salinas (q.e.p.d.) que saltó de las películas de ficheras a diputada federal.

¿Así es como quieren recuperar la confianza de la gente y la credibilidad de la política?

 

CIRCO, MAROMA Y POLÍTICA

No digo que esté mal que un partido político haga candidato a una celebridad. Por el contrario, bienvenidos. Vivimos en un país democrático y todos, absolutamente todos, sean cantantes, deportistas, artistas, actores, actrices, modelos, etcétera, tienen derecho a ser votados. Sin embargo, su incursión en la política nada ha abonado para la construcción de buenos gobiernos. Porque independientemente de su fama ganada en base a su talento y profesionalismo, como gobernantes han sido un fiasco. Y ejemplos hay muchos.

La exatleta Ana Gabriela Guevara es uno de ellos, quien ha sido senadora y por breve tiempo fue diputada federal, cargo que dejó tres meses después de entrar en funciones por aceptar la invitación que le hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador para que ocupara la dirección de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).

Guevara alcanzó gran notoriedad como deportista. Incluso, no sería un despropósito decir que se convirtió en un ídolo importante del deporte en México. Fue campeona mundial de atletismo y medallista olímpica de plata en Atenas 2004, pero como política ha sido un desastre.

Su paso por el senado fue sin pena ni gloria. No se le conoció ninguna propuesta y sus intervenciones en tribuna fueron tan interesantes como ver crecer el pasto.

Ahora, como directora de la Conade, ha estado implicada en el desvío de más de cien millones de pesos del extinto Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento, según demuestra el Informe de Fiscalización de la Secretaría de la Función Pública.

Pero el mayor ejemplo de esto es Cuauhtémoc Blanco, el mediocre gobernador de Morelos que ha sido visto rodeado de maleantes.

Blanco fue un personaje muy peculiar tanto dentro como fuera de las canchas de fútbol. Inolvidable será la ocasión en que para festejar un gol simuló orinar la portería del equipo contrario como si fuera un perro. También la vez que le dio tremendo puñetazo al comentarista David Faitelson desde la ventana de los vestidores y, por supuesto, sus goles con la selección mexicana.

A muchos sorprendió que alguien tan extrovertido como él, inculto, majadero y que nunca había mostrado el mínimo interés por la política fuera de pronto lanzado como candidato a presidente municipal de Cuernavaca. El Partido Socialdemócrata lo postuló en 2015 y ganó. En 2018, se convirtió en gobernador de Morelos respaldado por la coalición Morena, PT y PES.

¿Cuál fue el resultado de esa osadía? Un estado acorralado por la violencia y el crimen organizado, con un gobierno sumergido en escándalos de corrupción y tráfico de influencias, y con un gobernador, Blanco, siendo exhibido en la prensa nacional por sus presuntos nexos con el Cártel Jalisco Nueva Generación, como da a entender la fotografía en la que está en medio de Homero Figueroa, Irving Solano y Raymundo Isidro Castro, líderes de esa agrupación criminal.

 

PALAZUELOS Y MC

Vayamos al caso de Roberto Palazuelos, conocido como Diamante Negro. Pero antes hablemos del partido que lo postuló, y de ahí veamos las incongruencias.

Movimiento Ciudadano tiene dos aspectos a destacar: el presentarse como un partido diferente, tanto al gobernante como a los clásicos PRI, PAN y PRD, y la fama de lanzar buenos candidatos, que han logrado ser competitivos a pesar del pequeño tamaño del partido. Y es gracias a esto que ha crecido mucho en los últimos años. Tal es el caso que gobierna en dos estados importantes del país por su grandeza poblacional y por su poder económico: Jalisco y Nuevo León.

Enrique Alfaro, que gobierna en Jalisco, fue un candidato si no excepcional sí muy luchón. Le entra duro al debate, sabe confrontar con argumentos y su campaña se caracterizó por sus propuestas. Samuel García, por otro lado, ganó la gubernatura de Nuevo León por su capacidad mediática y creatividad para mostrar sus propuestas. No digo que sean buenos gobernadores, pero sí fueron buenos candidatos.

Aunque, hay que reconocerlo, eso de que MC se presente como un partido diferente les ayudó mucho. Por un lado, se muestra alejado del presidente López Obrador y cuestiona el comportamiento de los morenistas; por el otro, no hace alianzas con las viejas fuerzas políticas (PRI-PAN-PRD). Inclusive, en voz de su fundador y líder, Dante Delgado, ha dicho que irá solo en las elecciones presidenciales de 2024. En pocas palabras, le dice a los mexicanos que sí hay una tercera opción política: él.

Por ello, no entiendo por qué MC pretende llevar como candidato a Palazuelos, que es un niño rico, un “aspiracionista”, un actor y empresario con fama de prepotente, gritón y presumido, que mira a todo mundo por encima del hombro. ¿Esto le ayuda al partido? No lo creo. A la política, menos. Y su presentación en este escenario ha sido por mucho desastrosa.

A finales del año pasado, la periodista Lydia Cacho lo señaló como parte de una red de lavado de dinero, despojos y desapariciones en Tulum, donde él tiene hoteles. Palazuelos, obviamente, negó los señalamientos y amenazó con demandarla.

Más recientemente, en un programa de chismes, dijo: “Ninguna guerra sucia me va a parar y todas esas gentes que están difamándome, que están diciendo cosas, yo estoy apuntando, ¡eh!, no crean que no estoy apuntando, estoy apuntando y tomando nota, ya llegará el momento, cuando yo sea titular del Ejecutivo, que ajustemos cuentas”.

Supongo que se refería a demandarlos, pero se entendió como una amenaza de otra índole. Como sea, le afectó. Pero no tanto como las declaraciones que hizo en el programa de Yordi Rosado en 2020, en el que emocionado confesó haber estado implicado en el asesinato de dos personas o –como él dijo-: “¡Se armó una puta balacera, Yordi! ¡Matamos a dos cabrones! ¡Pinche balacera de su chingada madre!”.

Si Movimiento Ciudadano sigue apoyándolo y éste llega a ganar la elección, ya me imagino que el gobierno de Quintana Roo será de la chingada –usando el fino lenguaje de Palazuelos.

Por eso digo que los partidos no entienden que no entienden. Porque con este tipo de cosas parece que no les importa recuperar su credibilidad, menos aún presentar buenos proyectos, sino solamente ganar los votos que, si no les alcanzan para llegar al poder, al menos les permita conservar el registro como partidos políticos y con ello seguir prendidos a la teta presupuestal.

 

yomariocaballero@gmail.com

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