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Otra burla

Letras Desnudas

Mario Caballero

Otra burla

Fue otra burla. Sí, otra reverenda burla en la cara de todos. Carlos Morales Vázquez utilizó la ocasión de su Segundo Informe para quererles ver la cara de tontos a los tuxtlecos y de paso a las autoridades estatales. Pero es entendible: un político como él que no conoce el significado de moralidad jamás tendrá un gesto de respeto hacia nadie. Habla siempre de su responsabilidad con la sociedad, pero se siente superior a todos. La burla del martes pasado a la investidura, al gobierno, a los ciudadanos fue brutal. ¡Y pensar que todavía piensa continuar en la vida pública en 2021!

Si algo debiera aprender Carlos Morales es dignidad, que no es un asunto de alta alcurnia. Mucha gente humilde, como los indígenas, nos dan clases de dignidad: se respetan a sí mismos y respetan a los demás.

Esa dignidad debe acrecentarse cuando se ejerce una función. De un médico esperamos que se desempeñe con la dignidad que merece tan importante profesión. Del director de un hospital se exige mucho más. Del secretario de Salud que actúe con la dignidad que gana ser el primer médico del país. En otras palabras, a mayor responsabilidad, mayor atención a la dignidad y al respeto. La misma definición lo dice: respetarse a sí mismo y “hacerse respetar”.

Pero el presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez ni respeta a su propia persona y le importa un pepino el resto de la gente.

Detengámonos en su discurso del Informe de Gobierno. Dirigirse a los ciudadanos es un honor y una altísima responsabilidad, más todavía cuando se entregan cuentas de la administración pública. Cada palabra, cada gesto, incluso la vestimenta debe ser cuidada. El alcalde capitalino, pero de origen coiteco, mintió, no fue respetuoso de su puesto ni de sus invitados. Insultó desde la primera hasta la última palabra. Hasta las expresiones de agradecimiento al Gobierno del Estado sonaron a burla. Fue la expresión de divagaciones y falsedades de un hombre enfermo de poder que no tiene la menor idea de su puesto y el valor que éste representa.

UN MUNDO DE FANTASÍA

Nunca los Informes de los presidentes municipales han tenido la intención de rendirle cuentas a la ciudadanía acerca de lo que han realizado durante todo un año de administrar los recursos públicos. Los utilizan para lucirse ante los gobernadores, para impresionar, curarse en salud o, la mayoría de las veces, como plataforma política.

Carlos Morales no lo usó para rendir cuentas, sino para quedar bien con sus superiores y hacer promoción de sí mismo mediante la invención de un mundo de fantasía. De ese tamaño su egolatría, su desprecio por el ciudadano común, al que le miente y no respeta.

El presidente municipal utilizó la tribuna para decir que hay avances importantes en materia de seguridad, salud, alumbrado, obra pública, economía, servicios, entre otros, y que su gobierno se compromete a seguir trabajando con la misma entereza, a armonizar los intereses ciudadanos, a garantizar la seguridad, promover la inversión y transitar hacia la normalidad con los cuidados necesarios para garantizar nuestra salud y, sobre todo, juró a los tuxtlecos que los impuestos serán manejados con total transparencia y que servirán para mejorar la vida de la ciudad.

El Informe es francamente agraviante. Veamos dos aspectos.

Morales habla de que Tuxtla Gutiérrez es la quinta ciudad con menos incidencia delictiva y la tercera capital del país con mayor reducción de ilícitos, pero la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI lo desmiente, pues ha colocado a la capital chiapaneca entre las diez ciudades más inseguras del país en los dos trimestres pasados. Además, informa que el 75.1 por ciento de los tuxtlecos no se siente seguro donde vive.

El Observatorio Ciudadano Chiapas indica que las tasas por cada 10 mil habitantes en cuanto a homicidio doloso y robo de vehículo aumentaron en el segundo trimestre de 2020. El análisis del robo con violencia, robo de vehículo, robo a casa habitación, robo a negocio, robo a transeúnte y extorsión arrojó que la tasa en esos seis delitos es superior a la estatal en el mismo periodo.

A la sazón, ¿quién puede creerle a Carlos Morales que Tuxtla es la quinta ciudad más segura del país, cuando casi a diario se sabe de asaltos a cuentahabientes, de asaltos a mano armada, de robo a tiendas de conveniencia y a empresas? Esto a pesar del alto índice de delitos que no son denunciados ante las autoridades. Se me olvidaba: la tasa municipal por violencia familiar es más alta que la tasa nacional, con 42.39 por ciento.

Para el colmo, casi a la misma hora que él rendía su Informe, dos sujetos armados balearon a una persona en un intento de asalto en el fraccionamiento Villa San Marcos. Y el miércoles, por la tarde, dos asaltantes se metieron a una casa y amarraron a dos niños que se encontraban en el lugar para después huir campantes con todo lo que encontraron de valor.

Pasemos, ahora, a la obra pública. El alcalde asegura que su gobierno ha construido más obras que todas las anteriores. Empero, presume con sobrero ajeno.

Muchos podrán haber constatado trabajos de rehabilitación de calles y avenidas, algunas vitales para la ciudad; también en colonias como Terán, Plan de Ayala, El Brasilito, entre otras; o la construcción de colectores sanitarios como el de la 5ª. Oriente y Libramiento Norte, en la Albania, o en la colonia Niño de Atocha, pero todas esas y otras obras de gran relevancia fueron realizadas por la Secretaría de Obras Públicas del Gobierno del Estado. Es decir, se hicieron con la planeación y recursos estatales.

Carlos Morales llegó al evento convencido de sus propias mentiras. Tanto que tituló su Informe como “soluciones firmes”. Por eso, con datos incomprobables, cifras falsas y vil palabrería negó que Tuxtla ha empeorado en materia de seguridad, que el ambulantaje sigue ganando terreno y afectando a la economía formal; que el centro de la ciudad y decenas de colonias siguen en penumbras a pesar de los millones de pesos que se gastaron en la compra directa de luminarias a una empresa de la Ciudad de México.

Que él mismo se muestra como un funcionario honesto cuando hace algunos meses fue sancionado por autoridades electorales por hacer promoción personalizada con recursos del Ayuntamiento; que a lo largo de estos dos años ha gastado decenas de millones de pesos en publicidad oficial; que hay corrupción en el manejo de los dineros y falta de transparencia en los ingresos municipales, como en el caso de los baños en los mercados públicos.

Que ha comprometido la salud de los tuxtlecos al proteger a Veolia, esa empresa francesa con la que ha hecho jugosos negocios (como la compra directa de contenedores de basura por más de 28 millones de pesos) y que es responsable de la contaminación de ríos y se presume que hasta de la muerte de más de 20 personas del ejido Emiliano Zapata que desarrollaron cáncer al consumir agua contaminada por residuos filtrados del vertedero de basura de esa compañía.

DESPRECIO

Total, Carlos Morales trató a los ciudadanos con desprecio. No es digno del cargo. Al negar la realidad y disfrazar sus errores con mentiras, se burla de ellos. Que respete a la institución que representa, que respete a los tuxtlecos. Tuxtla no es una ciudad de indignos. ¡Chao!

yomariocaballero@gmail.com

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