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Polarización y magnetismo de la agenda política nacional

Polarización y magnetismo de la agenda política nacional

 

Juan Carlos Gómez Aranda

Algunos de los temas que impulsa el presidente López Obrador en el debate nacional pueden en efecto, transformar la vida económica y política del país, particularmente las reformas eléctrica y electoral.

Mientras, la convocatoria a la revocación de mandato es vista como de menor calado en el interés de la gente; indiferencia alimentada además por la estrategia de confusión que muy posiblemente se revertirá a sus impulsores con desdén a una ratificación inexistente en la Ley. Ocurre una paradoja, pues los detractores del presidente no piden que abandone el cargo, mientras que sus seguidores están siendo motivados para que sufraguen a favor de su continuidad. ¿Se trata de rounds de sombra para polarizar y obtener ventajas electorales de futuro?

De cualquier manera, se trata de un ejercicio democrático e inédito que empodera a los ciudadanos porque les permite evaluar a sus autoridades y decidir si se mantienen en el cargo para el que fueron elegidos. Sin embargo, en el escenario actual es innecesario, porque el presidente está bien calificado y no existe ningún movimiento nacional que exija su salida de manera anticipada.

Está por verse si los ciudadanos acudirán a las urnas en un proceso inexplicable para muchos para lograr que el proceso sea válido, pues deberá de concurrir por lo menos 40% de la lista nominal, que corresponde a 37 millones de personas. Recordemos que en la consulta popular de agosto pasado sobre el enjuiciamiento a los expresidentes participó sólo 7% de los electores. Mayor desaire, imposible.

Esta discusión transcurrirá al mismo tiempo que las campañas y elecciones en seis estados del país, pues el año próximo se renovarán las gubernaturas de Aguascalientes, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. La jornada electoral será el 5 de junio, donde en Quintana Roo se renovará la Cámara de Diputados y en Durango se votará además por presidentes municipales. Es decir, 436 cargos en disputa, lo que activará a miles de aspirantes a ocuparlos que cruzarán señalamientos a diestra y siniestra.

Por otra parte, la reforma electoral que promueve Morena incluye aspectos que dejarán irreconocible al sistema electoral actual, pues alude a la reducción de cien diputaciones y de 32 senadurías plurinominales, renovación total del Consejo General del INE y de magistrados del Tribunal Electoral así como la disminución de sus integrantes, reducción del presupuesto de las órganos autónomos especializados en el tema, de las campañas y de los partidos políticos, desaparición de las instituciones electorales estatales, voto en el extranjero y urnas electrónicas.

En este contexto, el tema que más causa polarización, magnetiza y repele a los polos y que ya está presente dominando la agenda de los medios y la conversación digital, es la reforma eléctrica donde apenas estamos viviendo las primeras escaramuzas y la comunicación la viene ganando el bando oficial, pero en los hechos los opositores la han detenido, enviado su revisión al próximo año y creando la percepción de que será modificada para quitarle los ángulos filosos.

Aplazar la discusión es sensato si de escuchar a los sectores involucrados se trata. Sin embargo, en la estrategia de control de daños, Morena aprovechará el viaje para

utilizarla como bandera de campaña en la promoción de la revocación de mandato y de sus candidatos que serán votados en junio.

Por su lado, el bloque opositor de partidos ya anunció que también iniciará una campaña nacional que contrarreste a la que efectuará el partido oficial.

Cabe recordar que para que una modificación constitucional sea avalada, debe ser aprobada por las dos terceras partes de los legisladores presentes en la Cámara de Diputados, obtener mayoría calificada en el Senado y en al menos 17 de los 32 congresos estatales.

Posponer la discusión significó reconocer que las cuentas no alcanzan para sacarla adelante, pero también es una oportunidad para resolver las dudas internacionales y domésticas que existen y perfeccionar la propuesta para que sea la palanca que fortalezca a esta industria que mantiene una creciente demanda, favorecer la generación renovable, mejorar el servicio y las tarifas, así como asegurar la transición y soberanía energética de México.

Atizar la polarización será continuar fomentando la intolerancia, la ira social, la descalificación de las ideas diferentes y los insultos, como lo podemos constatar en las redes sociales y en los discursos y en las pancartas que recién vimos en la Cámara de Diputados durante la discusión del presupuesto.

 

 

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