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Tiempos, géneros y candidaturas

Razones

Jorge Fernández Menéndez

La decisión del INE de que sean cinco mujeres y cuatro hombres los que se dividan en el tema de género las candidaturas a las nueve gubernaturas que se disputarán en junio próximo, alterará la ruta que se habían fijado los partidos, y es un adelanto de cómo se plantearán también las cuotas de género en las diputaciones, senadurías y otros cargos de elección popular.

No habrá cambios en la decisión porque evidentemente ni Claudia Sheinbaum ni Xóchitl Gálvez pueden entrar a un debate de género de esas características, aunque sus partidos, y quizás ellas mismas, hubieran pensado en una distribución diferente.

Lo cierto es que eso obligará sobre todo a Morena (porque el Frente Amplio resulta evidente que está esperando que el oficialismo agote sus tiempos para así ver cómo juega sus cartas) a realizar cambios: todo indica que la gubernatura de Chiapas será para la senadora Sasil de León, que además tiene todo el apoyo de Manuel Velasco y puede ser entendida como una cuota para el partido verde que tiene su mayor espacio electoral en ese estado.

Rocío Nahle será la candidata en Veracruz. No creo que haya otras mujeres definidas en Morena, aunque el veto que se le impuso a Lucy Meza en Morelos (senadora por Morena que estaba arriba en las preferencias, pero muy enfrentada con Cuauhtémoc Blanco, quien la acusa de estar relacionada con el fiscal Uriel Carmona) posiblemente los obligue a recurrir a una candidata mujer, aunque no se ve a ninguna cerca de ser muy competitiva (quizás Margarita González). En Puebla hay buenas posibles opciones, pero no parece que ninguna tenga más posibilidades que el senador Alejandro Armenta, mucho más arriba en las encuestas internas.

En Tabasco, se abren posibilidades, en un estado muy dividido dentro de Morena, para una mujer, Rosalinda López (funcionaria del SAT, esposa del gobernador de Chiapas Rutilio Escandón y hermana de Adán Augusto López, el ex secretario de Gobernación) aunque allí ya está apuntado desde hace semanas el ex director del Fonatur, Javier May. Son de dos grupos políticos opuestos en el estado.

En Guanajuato se ha registrado por tercera ocasión Ricardo Sheffield, pero Antares Vázquez o Martha Lucía Micher (depende lo que pase con Ebrard) pudieran aparecer, en un estado que en principio tendría asegurado el PAN con Libia Denisse García. En Jalisco, con una sobrepoblación de aspirantes de Morena, en un estado con fuerte predominio de Movimiento Ciudadano, no aparecen en los primeros lugares mujeres, mientras que en Yucatán la candidatura parece asegurada para Joaquín Díaz Mena. En la ciudad de México, es muy difícil que Clara Brugada pueda revertir la candidatura de Omar García Harfuch. La diferencia entre ambos en expectativa de votos es demasiado amplia.

Es mucho lo que habrá que decidir en Morena, incluso más allá de las encuestas y no será sin divisiones y tensiones internas que, en parte, se tendrán que sostener con negociaciones posteriores de senadurías y diputaciones.

Queda pendiente el tema, dentro de Morena, de Marcelo Ebrard. En lo personal sigo teniendo mis dudas sobre si el ex canciller romperá o no con su partido. Muchos en Movimiento Ciudadano dejan trascender que así será, pero quedan dudas por despejar. Por ejemplo, Movimiento Ciudadano votó en contra de la reforma presupuestal para desaparecer los fideicomisos del poder judicial. El grupo de diputados de Morena que siguen a Ebrard, votaron a favor de la desaparición. Si Ebrard hubiera querido marcar una diferencia (sobre todo cuando se dijo que tiene un grupo de 40 diputados y senadores que son fieles a Marcelo) ésta hubiera sido una oportunidad en un tema que ha polarizado como pocos a la sociedad por el peso político que tiene. ¿Podrá ser Marcelo candidato presidencial de un partido que ha votado en forma tan diferente en un tema tan trascendente? Es pregunta.

Porque, además, Movimiento Ciudadano parece haber llegado a un acuerdo interno muy pragmático después de la reunión que sostuvieron Dante Delgado y Enrique Alfaro. No sabemos los términos de ese acuerdo, pero bien podría ser que Dante tenga mano en la elección de la candidatura presidencial y que Enrique la tenga en la decisiva elección, para su partido, de Jalisco. Y repentinamente se ha dejado de hablar de la aspiración de Samuel García por la candidatura presidencial (quizás porque se comprobó que su separación del cargo no garantiza que el gobierno estatal quede en manos de MC, en realidad todo lo contrario).

En el Frente Amplio se han dado una suerte de compás de espera que implica no sólo dejar que Morena avance primero en las candidaturas sino en recomponer su frente interno, avanzar en la negociación entre los partidos y los grupos ciudadanos que integran el FAM y comenzar a integrar el equipo de Xóchitl Gálvez, que está lejos de estar ya construido.

Han hecho un buen ejercicio en el tema del presupuesto alterno, una vía que deberían explotar mucho más, pero aún falta determinar los acuerdos que se establecerán en las gubernaturas pese a que resulta claro que el PAN tendrá preminencia en estados como Guanajuato, Yucatán, Morelos y muy probablemente la ciudad de México, pero tanto el PRI como el PRD querrán cubrir sus cuotas legislativas a cambio de ello: pero eso en el FAM será después, por lo pronto, en su caso, lo primordial es terminar de armar el equipo y la estrategia de su candidata presidencial.

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