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Deforestación, principal problema de Chiapas

 A. Marroquín/ Diario de Chiapas

El cambio climático, es —por mucho— el problema más grave por el que atraviesa la humanidad.

El nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es desolador y demuestra que las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades humanas son responsables de un calentamiento del planeta en un 1.1 grados centígrados desde el periodo 1850-1900 hasta la actualidad.

Empero, lo más alarmante es el hecho de que el estudio predice que se espera que la temperatura global alcance o supere los 1.5 grados centígrados o más de calentamiento en las próximas dos décadas.

Tras divulgarse el informe, António Guterres, secretario general de la ONU, comentó que los resultados representan “un código rojo para la humanidad. Las señales de alarma son ensordecedoras y las pruebas son irrefutables“.

DE LO GLOBAL A LO LOCAL

 Porque el cambio climático está afectando a cada rincón del planeta sin excepción alguna, investigadores en México, refieren que durante la última década, el impacto ambiental ha sido más notorio, donde las lluvias y la radiación solar son cada vez más intensas; situaciones que muestran que las cosas no se están haciendo bien.

Silvia Guadalupe Ramos Hernández, investigadora y directora del Centro de Investigación en Gestión de Riesgos y Cambio Climático de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), menciona que el informe presentado por la ONU urge a los países a tomar acciones urgentes para hacer un cambio de orden global y local.

“Las Naciones Unidas están urgiendo a todos los países, a todas las regiones que realmente se hagan cambios, sino abruptos, sí acciones que vayan fundamentadas en hacer cambios de orden global y de orden local”, apunta.

En el caso de Chiapas, refiere que el cambio climático se presenta de distintas formas en la entidad, pero que sin duda, la deforestación y el cambio del uso de suelo de los ecosistemas es lo que está generando el mayor problema al medio ambiente local.

“En Chiapas las emisiones de efecto invernadero no es por la industria, porque no tenemos, no somos un estado industrial, pero las emisiones están focalizadas en la deforestación, es decir, toda esta parte que dejamos abierta al ambiente, son emisores de dióxido de carbono y el dióxido de carbono es el que está generando el calentamiento global, estos gases de efecto invernadero, así que yo pienso que una de las metas que tiene en este momento el gobierno federal es justamente la parte de reforestación y de intensificar estos sistemas agroforestales”, puntualiza.

Conforme a los últimos trabajos realizados en el Centro de Investigación en Gestión de Riesgos y Cambio Climático, la doctora en Ciencias señala que el 5.8 por ciento de las emisiones de efecto invernadero han sido generadas por el cambio de uso de suelo, la deforestación y por la ganadería.

“Por ejemplo, Chiapas… hasta el último inventario de gases invernaderos que hicimos, en el último estudio, un 5.8 por ciento de las emisiones las provocan el cambio de suelo, la deforestación y la cuestión de la frontera ganadera también”, remarca.

EFECTOS DEL MAR

Asimismo, Ramos Hernández plantea que los efectos negativos en el medio ambiente chiapaneco también se aprecian en el mar.

“El agua está tendiendo a tener un efecto erosivo y particularmente cuando hay estas cuestiones de marea, pues sí están afectando las comunidades que viven en las zonas de ribera de playa”, comenta.

Sin embargo, la investigadora de la Unicach destaca que es en las ciudades donde se observa el mayor impacto ambiental; lugares donde se concentran las denominadas “islas de calor” por factores de la urbanización, que son generadas por el uso de automotores a gran escala.

“En ciudades, principalmente en capitales en donde más se observa el efecto, el impacto porque se tienen lugares, o lo que se llaman islas de calor que están localizados básicamente en los centros de los grandes centros urbanos, y así van disminuyendo sus efectos si hay parques, si hay áreas grandes de vegetación, jardines, en fin, todo lo que se haga para mitigar el efecto calor, esto es real. El calor de nuestras emisiones que hacemos con vehículos pues también contribuye”, detalla la galardonada con la presea Rosario Castellanos.

Por lo anterior, resalta que el fatalismo es parte de la nueva realidad social, de lo que es el mundo en la actualidad, y que para revertir este problema se requiere más que voluntad, sino soluciones colectivas que estén acompañadas de todos los sectores.

“Nos podemos dar cuenta que revertir eso en poco tiempo no es sencillo, no va a ser fácil y no es fatalismo, más bien es una realidad para que sentarnos a todos los niveles para plantear soluciones desde cada uno, individualmente, es decir, individualmente o colectivamente puede plantear hacer cosas desde nuestros hogares”, reflexiona.

En consecuencia, la investigadora manifiesta que el sistema educativo local y nacional debe entrar más fuerte con el tema del cambio climático, ya que más allá de provocar angustia, pánico o terror, se debe atender como una enfermedad que requiere cura. “Tenemos que hacer esto y esto tal como lo haríamos si conocemos una enfermedad, como lo que está pasando con el COVID”.

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