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Ignoró Carlos Morales petición de uso obligatorio del cubrebocas

  • Desde el 23 de abril se lo habían advertido y no hizo caso a la preocupación que mostró la Coparmex
  • No hay marco legal para amonestar a la ciudadanía, dice Barra Chiapaneca de Abogados
  • Pide PRI que en la compra de los insumos no vaya a volver a hacer trampas

M de R / Diario de Chiapas

Tarde como siempre, el gobierno de Tuxtla Gutiérrez quiere ahora, 129 días después de haber sido declarada la pandemia de Coronavirus en el estado, aplicar medidas de protección en los espacios públicos.

Carlos Morales Vázquez esperó a que tres fases de riesgo fueran declaradas para dirigirse a la población, como se lo reclamaron usuarios de redes sociales. Y si bien es necesario que los espacios públicos sean seguros, más ahora que la declaratoria de emergencia pasó del color rojo al naranja, y con ello se permite el funcionamiento de más establecimientos comerciales, llama la atención que este gobierno esté más dispuesto a seguir sangrando la economía de las familias, ya bastante golpeada por la caída en los puestos de trabajo.

Según la advertencia del munícipe, quien no use cubrebocas será sancionado, aunque en su escueto mensaje a la población tampoco dejó claro cómo es que llevarán a cabo este procedimiento, qué leyes y reglamentos fueron modificados y qué autoridad está facultada para hacerlo.

COPARMEX YA SE LO HABÍA ADVERTIDO Y SOLICITADO

En una investigación realizada por Diario de Chiapas, se documentó que el uso del cubrebocas ya le había sido solicitado al alcalde Carlos Morales Vázquez, pero éste hizo oídos sordos y de la ‘vista larga’, pues ni se inmutó cuando recibió en su despacho un oficio del Centro Patronal de Chiapas (Coparmex), que le exigió aplicar el uso obligatorio de cubrebocas.

El escrito, de fecha 23 de abril, suscrito por el Consejo Directivo 2019-2021, advertía que el Covid-19 se convertía en una contingencia sanitaria que estaba afectando a la sociedad en cuestiones de salud y en lo económico.

Le sugirieron replicar lo que otras entidades habían puesto en marcha como el declarar el uso obligatorio de cubrebocas para todas las personas que anduvieran en el espacio público, pues de esta manera los ciudadanos estarían más conscientes de tomar esta medida de seguridad para preservar la salud dentro del municipio.

Casi dos meses y medio después, el edil hace alarde de una imposición (el uso obligatorio) que de haberse aplicado desde que se lo externaron gente que no es funcionario público, pero que palpa y analiza lo que debe en realidad hacerse para gobernar en tiempos de apremio o de crisis, hecho que a Carlos Morales Vázquez le hace mucha falta.

AUTORITARISMO, LA MEDIDA DEL ALCALDE: PRI

Sobre esta acción desesperada del munícipe se pronunció el líder municipal del PRI, Iván Sánchez Camacho, quien reconoció la urgencia de salvaguardar la integridad de los ciudadanos, pero sin caer en excesos.

La amenaza de imponer multas administrativas es un reflejo del autoritarismo de Carlos Morales, y muestra hasta qué punto abandonó el diálogo y la comunicación con los gobernados.

Destacó que su acción tardía no es motivo para amenazar a la población, y pidió que, si piensa comprar cubrebocas, lo haga en la absoluta transparencia, para que no resulte en otro proceso que lastime el recurso público, como en el caso de los contenedores de Veolia.

Llama la atención que ahora sea el Ayuntamiento el que exija orden, cuando entre sus empleados el reclamo ha sido público. Murieron elementos de Tránsito, de la Policía y empleados municipales por falta de aditamentos de protección. Tampoco cumplieron con las medidas de sana distancia y limpieza en oficinas, y por si fuera poco, los baños de las direcciones municipales son una vergüenza; algunos tienen jabón líquido rebajado con agua, otros carecen de toallas y hasta de agua.

Con estas condiciones, la autoridad municipal quiere cargar la responsabilidad completa entre los habitantes, olvidando las omisiones que fueron denunciadas en las últimas semanas y las cuales ignoró reiteradamente. Amenazar ahora con sanciones, no es más que otro acto desesperado del munícipe, que realizó a tiempo las acciones de salud que otras ciudades llevaron a cabo.

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