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Nuevas variantes del COVID-19

Dr. Guillermo Flores Flores

Que tal estimados lectores es un placer saludarles y compartir con ustedes algunos puntos relacionados con el COVID-19 que tantas complicaciones continúa causando. A la fecha se ha escuchado de la presencia de nuevas cepas de COVID-19, desde luego los expertos en el tema como es el caso del Centro de Control de Enfermedades Atlanta, están trabajando para obtener más información acerca de cuán fácilmente podrían propagarse, si podrían causar manifestaciones más graves de la enfermedad y si las vacunas autorizadas actualmente protegerán a las personas de estas variantes. Por el momento, no hay evidencia de que estas variantes provoquen manifestaciones más graves de la enfermedad o mayor riesgo de muerte, que las ya conocidas. A la fecha sabemos que los virus cambian constantemente su configuración espacial a través de diversos procesos de mutación, y como consecuencia se espera que aparezcan nuevas variantes del virus con el paso del tiempo. A veces, emergen nuevas variantes y no mantienen una estabilidad que perdure en el tiempo y por lo tanto afortunadamente desaparecen. En otras ocasiones, emergen nuevas variantes y persisten. Se han documentado diversas variantes del virus que causa el COVID-19 en los Estados Unidos y a nivel mundial durante esta pandemia. Los coronavirus reciben este nombre debido a los picos en forma de corona que se encuentran en su superficie. Los científicos que trabajan con estos microorganismos en el Centro de Control de Enfermedades (CDC) monitorean los cambios morfológicos del virus, incluidos los cambios estructurales en los picos de la superficie del virus, que curiosamente son un indicador de los cambios moleculares y biológicos del virus. Estos estudios, incluidos los análisis genéticos del virus, nos están ayudando a entender cómo los cambios del virus podrían afectar su forma de propagación y lo que les sucede a grupos diversos de personas de infectadas. Entre las observaciones más sobresalientes tenemos una que provoca temores importantes, se sabe que en Inglaterra se ha identificado una cepa conocida como B.1.1.7 y que expresa una gran cantidad de mutaciones genéticas. A pesar de que actualmente, no hay evidencia de que provoque manifestaciones más graves de la enfermedad actualmente conocida y o mayor riesgo de muerte. Esta variante se detectó por primera vez en septiembre del 2020 y ahora registra una alta prevalencia en Londres y el sudeste de Inglaterra. Desde entonces, se la ha detectado en numerosos países en todo el mundo, incluidos los Estados Unidos y Canadá. Por otro lado, en Sud África se ha identificado otra variante conocida como 1.35 y que es genéticamente diferente a la encontrada en el Reino Unido, esta cepa fue, detectada originalmente a principios de octubre, comparte algunas mutaciones con la variante detectada en el RU. Se han reportado varios casos de esta enfermedad en Sud África, pero no parece haberse extendido al resto del mundo, cuando menos en este momento. Algo parecido ha ocurrido en Brasil con una cepa denominada P.1 y que de la misma manera no se ha identificado en e exterior. El temor que generan estas nuevas cepas descritas estriba en el hecho que su crecimiento y diseminación puede ser más rápida que las de las cepas actualmente predominantes en el mundo. Cómo la enfermedad causada por estas nuevas variantes difiere de la enfermedad causada por las otras variantes que están circulando actualmente se genera actualmente una gran cantidad de dudas.

A la fecha se trabaja en la comprensión de las propiedades operativas de estas variantes:, como por ejemplo que tan cierta es la especulación relacionada con la probabilidad de que se propagan más fácilmente de persona a persona, otra duda importante se relaciona con el hecho de que causan manifestaciones más leves o más graves de la enfermedad en las personas, también nos queda aún por determinar la posibilidad de puedan detectarse con las pruebas virales disponibles, de manera interesante existe una pregunta relacionada con la posibilidad o no de que respondan a los medicamentos usados actualmente para tratar a las personas con COVID-19 y sobre todo también existe una pregunta importante relacionada con la posibilidad de que cambien la efectividad de las vacunas actualmente disponibles contra el COVID-19.

Los CDC, en colaboración con otras agencias de salud pública, están monitoreando de cerca la situación. Los CDC están trabajando para detectar y caracterizar variantes virales emergentes y ampliar su capacidad de búsqueda del COVID-19 y otras nuevas variantes. Además, los CDC cuentan con personal disponible de apoyo en el lugar para investigar las características de las variantes virales. Los CDC están trabajando para confirmar cuáles de los desinfectantes que figuran actualmente para el tratamiento del coronavirus (COVID-19) sirven sitio externo sirven para inactivar estas variantes del virus. El estudio de las propiedades individuales y genéricas de estas variantes, son un capítulo importante en el progreso del aprendizaje de la complejidad de estos microorganismos, subrayando además la necesidad de comprender mejor la facilidad con la que se pueden transmitir y al mismo tiempo para comparar la eficacia de las vacunas actualmente autorizadas contra ellas. En este momento, no hay evidencia de que estas variantes causen una enfermedad más grave o un mayor riesgo de muerte. Está surgiendo rápidamente nueva información sobre las características virológicas, epidemiológicas y clínicas de estas variantes.

Variantes emergentes

B.1.1.7 linaje (también conocido como 20I / 501Y.V1 Variante de interés (VOC) 202012/01) esta variante tiene una mutación en el dominio de unión al receptor (RBD) de la proteína de pico en la posición 501, donde el aminoácido asparagina (N) ha sido reemplazado por tirosina (Y). La abreviatura de esta mutación es N501Y. Esta variante también tiene varias otras mutaciones, que incluyen:

Deleción 69/70: ocurrió de forma espontánea muchas veces y probablemente conduce a un cambio conformacional en la proteína de pico

P681H: cerca del sitio de escisión de furina S1 / S2, un sitio con alta variabilidad en coronavirus. Esta mutación también ha surgido de forma espontánea varias veces.

Codón de terminación ORF8 (Q27stop): mutación en ORF8, cuya función se desconoce.

Se estima que esta variante surgió por primera vez en el Reino Unido durante septiembre de 2020.

Desde el 20 de diciembre de 2020, varios países han notificado casos del linaje B.1.1.7, incluidos Estados Unidos y Canadá.

Esta variante está asociada con una mayor transmisibilidad (es decir, una transmisión más eficiente y rápida).

Actualmente no hay evidencia que sugiera que la variante tenga algún impacto en la gravedad de la enfermedad o la eficacia de la vacuna.

B.1.351 linaje (también conocido como 20H / 501Y.V2) Esta variante tiene múltiples mutaciones en la proteína de pico, incluidas K417T, E484K, N501Y. A diferencia del linaje B.1.1.7 detectado en el Reino Unido, esta variante no contiene la deleción en 69/70. Esta variante se identificó por primera vez en Nelson Mandela Bay, Sudáfrica, en muestras que datan de principios de octubre de 2020, y desde entonces se han detectado casos fuera de Sudáfrica.

La variante también se identificó en Zambia a fines de diciembre de 2020, momento en el que parecía ser la variante predominante en el país. Actualmente, no hay evidencia que sugiera que esta variante tenga algún impacto en la gravedad de la enfermedad. Existe alguna evidencia que indica que una de las mutaciones de la proteína de pico, E484K, puede afectar la neutralización por algunos anticuerpos policlonales y monoclonales. 1, 2 Linaje P.1 (también conocido como 20J / 501Y.V3). La variante P.1 es una rama del linaje B.1.1.28 que fue reportada por primera vez por el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (NIID) en Japón en cuatro viajeros de Brasil, muestreados durante la detección de rutina en el aeropuerto de Haneda en las afueras de Tokio. El linaje P.1 contiene 17 cambios de aminoácidos únicos y 3 deleciones. Esta variante contiene tres mutaciones en el dominio de unión al receptor de proteína de pico: K417T, E484K y N501Y. Existe evidencia que sugiere que algunas de las mutaciones en la variante P.1 pueden afectar su transmisibilidad y perfil antigénico, lo que puede afectar la capacidad de los anticuerpos generados a través de una infección natural previa o mediante vacunación para reconocer y neutralizar el virus. Recientemente se ha informado sobre un grupo de casos en Manaos, la ciudad más grande de la región amazónica, en el que se identificó la variante P.1 en el 42% de los especímenes secuenciados desde fines de diciembre.  En esta región, se estima que aproximadamente el 75% de la población había sido infectada con SARS-CoV2 a octubre de 2020. Sin embargo, desde mediados de diciembre la región ha observado un aumento en los casos. La aparición de esta variante plantea la preocupación de un posible aumento de la transmisibilidad o la propensión a la reinfección de los individuos por el SARS-CoV-2.

Como podemos ver hasta este momento los virus al tratarse de sistemas biológicos con autonomía, sufren modificaciones estructurales en su composición, originadas a partir de mutaciones de su material genético y como consecuencia elevan desde el punto de vista de la salud publica varias preguntas. La primera seria: ¿las mutaciones corren el riesgo de generar organismos más agresivos que los actualmente conocidos? ¿Las mutaciones podrían generar organismos totalmente diferentes a los ya conocidos? ¿Los organismos derivados de la mutación de que se trate condicionarían la necesidad de un tratamiento diferente a los que actualmente se encuentran en uso? Indudablemente existen muchas más preguntas y observaciones, pero cuando menos podríamos considerar algunas de las posibles consecuencias de las variantes emergentes:

En las cepas derivadas de mutaciones recientes se especula que podría haber capacidad de propagarse más rápidamente en las personas. 

Capacidad para causar una enfermedad más leve o más grave en las personas. No hay evidencia de que estas variantes del SARS-CoV-2 identificadas recientemente causen una enfermedad más grave que las anteriores.

Capacidad para evadir la detección mediante pruebas diagnósticas específicas.

Disminución de la susceptibilidad a agentes terapéuticos como los anticuerpos monoclonales.

El centro de estudios avanzados para enfermedades Infecciosas (ACEGID) de la Universidad Redeemer, Nigeria, identificó dos secuencias del SARS-CoV-2 pertenecientes al linaje B.1.1.207. Estas secuencias comparten una mutación no sinónima en la proteína de pico (P681H) en común con el linaje B.1.1.7, pero no comparten ninguna de las otras 22 mutaciones únicas del linaje B.1.1.7. El residuo P681H está cerca del sitio de escisión de la furina S1 / S2, un sitio con alta variabilidad en los coronavirus. En este momento, se desconoce cuándo puede haber surgido esta variante por primera vez. Actualmente, no hay evidencia que indique que esta variante tenga algún impacto en la gravedad de la enfermedad o contribuya a una mayor transmisión del SARS-CoV-2 en Nigeria.

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