José Cancino / Tapachula
Este domingo fueron sepultadas en su natal San Marcos, en Guatemala, las víctimas que murieron en Camargo, Tamaulipas, en medio de clamor de justicia para dar con todos los responsables de esta masacre.
En Catarina, localidad situada a unos 30 kilómetros de la frontera con México, la familia Zacarías Guzmán veló los restos de Dámaris Paola, una de las 16 personas guatemaltecas que murió carbonizada y fue hallada en una camioneta en el norte de México.
Los restos de la joven de 22 años arribaron a la capital guatemaltecas el viernes a las 7:30 horas y tras un homenaje póstumo viajó hasta su ciudad natal, donde fue velada todo este fin de semana, para ser sepultadas la mañana de este domingo.
Gerardo Zacarías, padre de la víctima, expuso que la pérdida es irreparable y fueron 48 días que pudo volver a ver lo que quedó de su hija, por lo que ahora pide a las autoridades guatemaltecas y mexicanas que hagan justicia en este cruel hecho que ha conmocionado a todo el país.
“Se fue y regresó muerta, ella iba por una mejor vida y un trabajo para poderse sostener y ayudarnos a nosotros también, ahora se ha ido y nos deja mucho dolor”, expuso el padre.
Junto a Dámaris, pero en Comitancillo, las familias de otros 15 guatemaltecos recibieron los cuerpos y los velaron en medio de un luto que ha llevado al gobierno de este país a decretar tres días de luto nacional.
Tras la masacre, 12 policías estatales de Tamaulipas fueron detenidos por su supuesta participación en la retención de estos migrantes que buscaban llegar a Estados Unidos.
Las familias han solicitado a ambos gobiernos que se indemnice al círculo más cercano de las víctimas, debido a todos los gastos que ha representado la búsqueda y velación de sus hijos.
