- Hernán será recordado por su incansable labor y su inquebrantable espíritu de servicio
M de R / Diario de Chiapas
Tapachula, Chiapas. – Con una misa de cuerpo presente y honores despidieron al rescatista que perdió la vida al ser arrastrado por las corrientes del agua del río Coatán, el pasado 28 de junio en la ciudad de Tapachula, y por último sus restos fueron sepultados en el panteón Prados del Descansos.
Realizando una guardia de honor y pasando lista en su memoria, que contó con la presencia de paramédicos del Grupo SAE y de Carch, Protección Civil y personal de Bomberos, así como numerosos amigos y conocidos.
Todos quisieron expresar sus condolencias y brindar apoyo a la familia en este difícil momento, Hernán González Galdámez, de 22 años, conocido cariñosamente como «El Cochiloco» debido a su notable parecido con el actor que llevaba el mismo apodo, dejó una marca indeleble en la vida de quienes lo conocieron.
Hijo de Hernán y Rosa Idalia Galdámez, Hernán se destacó como un ejemplar bombero y voluntario en el SAE.
Desde los 17 años, Hernán soñaba con ser rescatista, fue entonces cuando Juan Osorio, comandante del SAE, le dio la oportunidad de cumplir su sueño, con el apoyo incondicional de su padre; durante cinco años, Hernán se dedicó con pasión y entrega al rescate y a salvar vidas, demostrando una vocación y compromiso incomparables.
Hace poco más de un año, Hernán ingresó formalmente como bombero, ganándose el respeto y la admiración de sus compañeros por su responsabilidad y dedicación. A pesar de ser un miembro formal del cuerpo de bomberos y recibir un sueldo, nunca dejó de lado su labor voluntaria en el SAE, dedicando su tiempo libre a seguir ayudando a los tapachultecos.
La despedida de Hernán González Galdámez, «El Cochiloco», se llevará a cabo en su domicilio en Framboyanes, donde sus padres recibirán el apoyo y las condolencias de amigos y familiares.
Tapachula pierde a un héroe, pero su legado de servicio y valentía permanecerá en los corazones de todos.
Hernán será recordado por su incansable labor y su inquebrantable espíritu de servicio. Su vida y sacrificio no serán olvidados, y su ejemplo continuará inspirando a futuras generaciones de rescatistas y voluntarios en Tapachula.
