Dr. Jorge Alberto Rincón Acebo Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Finaliza el mes de septiembre, la OMS al fin reconoce como signos y síntomas del Covid 19 la diarrea, conjuntivitis, erupciones cutáneas, congestión nasal, cefalea y dolor faríngeo intenso, pérdida del gusto. Reconociendo como datos de gravedad el dolor toráxico con insuficiencia respiratoria, como datos de mala oxigenación pulmonar, color violáceo en dedos como deficiencia circulatoria periférica y confusión mental a consecuencia de la afección encefálica. Es grave si hay daño respiratorio, circulatorio y cerebral. El 80% con síntomas leves o asintomáticos, lo asocian a mutación genética y decremento de la acción del interferón. Al fin existe estudio científico en forma, de la acción de la Invermectina, antiparasitario de uso animal y humano, como limitante de la acción viral en el citoplasma celular, avalando el uso temprano y en contactos.
Los signos y síntomas nos son novedosos, se conocían. El uso del antiparasitario, a pesar de no hallarse en los protocolos, se realizó. La excepción a la regla: un médico la usó, se agravó y murió, el uso debe ser temprano y sin olvidar la cantidad de virus inhalados y las lesiones previas agravantes. Poseer fibrosis a consecuencia de infecciones previas, ahora en la era de la resistencia antimicrobiana, el uso prolongado de antiinflamatorios y analgésicos deja en desventaja al hígado. Son factores de riesgo que no se mencionan.
Es imprescindible la biósfera para preservar la salud. ¡Se desertifica el suelo!
La tierra pierde sus capas. En 60 años habrá desaparecido la capa superior, carece de raíces que la fijen, sin bacterias productoras de vida. Las que se reproducen por partenogénesis, esa forma a quienes los internistas católicos la consideran la forma en que los seres menos evolucionados se reproducen. ¡Destructividad! ¡No habrá qué comer! Los profesionales de la salud carecemos de biofilia. No preservamos, ni enseñamos cómo mantenerlo. Carecemos de raíces fijadoras. La estulticia y contumacia, maridadas, cultivan la autodestrucción.
Referencias
Terra. Redacción 20/09/2020. “Realmente estamos viendo una serie de informes de personas que informan fatiga prolongada, dolores de cabeza, vértigo (y), curiosamente, dificultades cognitivas, pérdida de cabello, problemas cardíacos y disminución de la capacidad cardiorrespiratoria. Lo que vamos a descubrir es que una gran parte -no todo, pero una gran parte de eso- probablemente se relacione con el daño significativo a nivel celular que este virus puede causar”, dice el Dr. Poland”.
