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Cultura política en México

Roger Heli Díaz Guillén
Chiapa de Corzo, Chiapas
La cultura política en México en tiempos de elecciones, invita a observar dónde se delimita la parte cultural; que no es propiamente la parte normativa de los procedimientos electorales, sino la parte del ejercicio e intervención social en la democracia de un pueblo que elige a sus gobiernos, cuyos momentos previos y posteriores a las elecciones, son recortes de nuestra realidad para observar el grado de madurez política que los mexicanos hemos alcanzado después de la transición de forma de gobierno en el 2018, destacando las formas de participación social, basada en un sistema de partidos.
Para hablar sobre madurez de política ciudadana, partiremos del paradigma de la manipulación del voto apoyado en viejas prácticas de compra, promesas, acarreos, dádivas y apoyos económicos a grupos, organizaciones y organismos, que el viejo régimen instauró en la cultura popular con los lemas “político pobre, es un pobre político”, “sin dinero no se gana una elección”, entre otros que parten de la creencia que la ignorancia de los pueblos es eterna, haciendo uso en su beneficio, de la pobreza y necesidad inmediata de muchos ciudadanos.
Paradigma que en esta elección 2024 permea en los grupos políticos en contienda, donde la ciencia política que permite documentar y fortalecer los proyectos de gobierno no resulta importante; prueba de ello es que en el proceso electoral iniciado el pasado 30 de abril, los objetivos de gobierno, misión, visión, ejes rectores, ejes transversales, programas y proyectos que se proponen realizar como gobierno, no es materia de información en redes sociales de candidatos, ni de exposición metodológica del proyecto de municipio, estado o nación que se propone.
En este marco, se observa que el voto libre y secreto asumido como votos de conciencia ciudadana, es atentado con el manejo previo de credenciales y alimentación de base de datos de partidos y grupos políticos, construyendo esperanzas y acuerdos; donde la realidad de la expresión del voto está basada en intereses y no en la obligación de informar de forma plural e incluyente a la ciudadanía, para generar esa palabra mágica que es la conciencia alimentada de la razón por el bien común y el bienestar social.
Se deja de reconocer en la ortodoxia política, que en México ha crecido una población crítica o más crítica de la realidad social centrada en jóvenes y no muy jóvenes, que se delimitan en las decenas de millones de ciudadanos cuyo voto se deja de atender como tema prioritario en la policía contemporánea, que en junio pueden dan sorpresa de incremento de población votante.
Esta elección, por su participación esperada, modificará muchos escenarios políticos, sustantivamente municipales, donde se espera votos duros y votos resentidos, que fueron omitidos o dejados fuera de la contienda electoral que hoy, por la diversidad de políticos universales del bloque de partidos dominantes en el gobierno, que provienen de identidades políticas diversas, presenta un escenario que bien no cambiará las estadísticas y sondeos actuales, pero sí el posicionamiento de los partidos en lo individual, donde Morena, como partido, no fue el líder en Chiapas en el 2018.

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