En los seres humanos el acto lúdico se remonta a los orígenes. Las personas al nacer comenzamos a explorar y descubrir nuestro cuerpo. Inmediatamente somos conscientes también de estímulos externos naturales y artificiales. Frente a esos factores nos movemos en dirección a conocerlos.
Se puede decir que es la primera apuesta que hacemos en nuestra existencia; buscamos alcanzar algo sin saber si será posible; solo sabemos que existe un algo.
Luego en la adolescencia la idea de jugar cambia radicalmente y nosotros con ella. Apostamos como motivados por un espíritu de competencia de todo o nada.
El ego, la vanidad, el orgullo nos empujan a ganar para luego ser reconocidos, aceptados; respetados y queridos; protegidos y defendidos: como de niños, pero con diferencias.
Es por ello que, ensayo y error por medio, nuestras habilidades fuertes y blandas, y como sacarles provecho, se vuelve una prioridad frente a retos intelectuales y desafíos físicos.
Como adultos buscamos competir para apostar con otros para demostrarnos de lo que somos capaces de alcanzar. La idea última es llegar a la tierra prometida del dinero.
Naturalmente, sin perder la cabeza ni los pies de la tierra.
Mucho más que apostar…
A nivel lúdico tanto en el norte como en el sur; en el lejano Oriente como en América; en la Prehistoria como en la Edad Media, el apostar cambió tanto como la tierra. Sin embargo, se aprecia también que el azar en formato clásico como digital mantuvo viva la imaginación, creatividad, innovación, competencia y ganas de superación.
Existen testimonios desde la era del Go en la China Imperial, como hoy día en mesas de BlackJack en Las Vegas o bien en la Ruleta de un casino online.
Siempre bajo la mirada atenta de Morfeo que nos invita a soñar con riqueza y bacanales.
El acto de jugar conecta varias ideas; lo mental con lo espiritual; lo físico con lo simbólico, los sueños con las necesidades.
Algo llamado casino…
Tanto en Oriente como Occidente a lo largo de miles de años los ámbitos donde se ha jugado y apostado, usando la mente y el corazón, cambiaron muchísimo. La idea casino tiene una presencia en la humanidad muy reciente, casi podría decir que está en su infancia. Y me refiero a su formato típico, porque a nivel digital apenas ha visto la luz.
Las infinitas partidas perdidas y ganadas por el ser humano tuvieron lugar, sobre todo, en cavernas, tabernas, sótanos, altillos, espacios elitistas.
Recién con el Renacimiento tuvo lugar el surgimiento del casino como se ha conocido hasta hoy. Obviamente, internet hizo que luego del año 2000 las reglas para jugar, apostar, ganar y hacerse rico cambien y mucho.
La aparición del casino online, es actualmente el sitio adulto por excelencia a nivel global para vivir una experiencia de entretenimiento con características muy superiores al casino clásico.
Es interesante que históricamente el ser humano buscó reunirse y conectar con otros uniendo anonimato y reconocimiento mediante una charla o un juego; actualmente con seguridad, confidencialidad, anonimato, inteligencia, oferta lúdica, diversión se encuentra en el casino online.
