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Voluntad, intenciones y razones

Lilia Ma. Calderón/Las Margaritas, Chiapas lcalderón2009@hotmail.com

Segunda y última entrega

…Por consiguiente, puede decirse que por un lado, a la relación entre la intención de un actor y los hechos del mundo que él percibe como razón o razones de su intención atañen a la relación entre sus actitudes mentales, es decir, a la relación entre intenciones relativas a los fines e intenciones relativas a los medios para realizar el fin, entre otras. Debe mostrarse, por lo tanto, qué es lo que adicionalmente otorga peso normativo a su intención, aun cuando la persona no utiliza los medios necesarios para la realización del fin proyectado.
Pero, ¿Que podría identificar el peso normativo de las intenciones y cumplir, así, la condición de racionalidad objetiva?, en primer lugar, la razonabilidad de una intención no radica, entonces, en su relación con razones que son válidas independientemente de ella (así sean enjuiciadas conscientemente o registradas inconscientemente). Por el contrario, parece que la fuente de la normatividad radica en la actitud especial misma de tener la intención de algo. Y esto se debe a que una persona que se forma una intención se da a sí misma, precisamente por tratarse de una intención, una razón para actuar. Esto sucede en el acto de decidir y de comprometerse. Y esta razón está definida, entre otras cosas, por el hecho de no poner en cuestión a dicha intención. Definida de otra manera, esta razón es una razón para mantener la intención y, de hecho, para hacerlo aun cuando —dado el caso de que se la revisara— fuera incluso racional abandonarla.
En segunda instancia, si las intenciones se basan en los mejores juicios, entonces, la razón que es juzgada como la mejor conduciendo a la formación de una intención de llevar a cabo dicha razón. Las intenciones son objetivamente racionales en la medida en que se basan en juicios justificados acerca de lo mejor. Ellas aportarían al juicio acerca de lo mejor únicamente los elementos volitivos y motivacionales que son necesarios para representar la voluntad de una persona.
Ahora bien, ¿Qué es lo que sucede cuando no se lleva a cabo una intención justificada y se llegamos a ser irracionales?
Cuando un actor ha formado una intención justificada parece que su mapa normativo se altera de una manera significativa. Él obtiene razones que no tendría sin la intención. Dado que él ha hecho suyo un fin por medio de la intención y tiene razones para este fin, adquiere razones adicionales para llevar a cabo dicho fin y para no tomar más en cuenta otros fines que no ha convertido en objeto de su intención. Parece que entre los fines ya proyectados y su realización existe una conexión normativa. Si se enfoca en el contenido de las intenciones resulta claro que se proyecta primero un fin y que esta intención genera la intención adicional de procurar los medios necesarios para la realización de dicho fin.

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