Óscar Wong
Ciudad de México
Ritmo y rima son fundamentales. La fluidez del verso, la sonoridad, descansa en la combinación de sílabas y, por supuesto, en la rima, de preferencia consonante (recordemos que hay rima perfecta o consonante: “arte” y “consolarte”, por ejemplo; y rima imperfecta o asonante: “hora” y “bolsa” u “horca”).
La calaverita clásica utiliza cuartetas octosilábicas (cuatro versos de 8 sílabas) con rimas: abba, abab, aabb y algunas llevan un verso suelto: a-aa, etc.
Busca cuestionar, criticar, satirizar a políticos y personajes públicos del arte, del deporte, etc. Es la oportunidad para disentir, burlándose, como lo hace un poeta satírico.
Responde el campo semántico a la situación misma (la lista de palabras es muy obvia):
Muerte / Parca / Huesuda / Catrina / Flaca / Panteón / Camposanto / Osario / Huesos / Esqueleto / Infierno / Purgatorio / Diablo / Cornudo
A veces se utiliza el recurso de los corridos (“Vuela, vuela, palomita”) y se dirige a la audiencia (“La Parca, dijo, señores”).
Se recomienda buscar rimas sencillas. Si el personaje se apellida Martínez:
Calcetines / Mocasines.
O si se apellida Ruiz:
Gis / Veliz / Lombriz.
Las situaciones deben ser actuales. Un ejemplo, incluyendo versos sueltos y rimas asonantes:
FRENA (Frente Nacional Anti-AMLO)
Estos señores de FRENA
andan muy desenfrenados,
quieren que el Peje renuncie,
aunque fue el más votado.
Y mientras son peras y gansos,
y se plantan en el centro
desde el Nacional Palacio
alguien los mira sediento.