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Miguel Ángel Maldonado
“El Chiapaneco”
Ciudad de México
¡El caso de Sasha Sokol y Luis de Llano, remueve las polvorientas y rancias conciencias de la sociedad!
¡Aló, amigos! Quizá para algunos resulta incomprensible que después de casi 36 años, Sasha Sokol hoy de 52 años demande a Luis de Llano Macedo de 77, por abuso sexual. La cantante ya legalmente tramitó la demanda, exigiendo una disculpa pública e indemnización económica para depositar esa suma a una fundación en pro de los derechos de la mujer. Me queda claro que lo que menos le interesa a Sasha es el dinero, pero sí desea que quede un precedente de que las niñas, adolescentes y mujeres, tengan voz y voto y no sean violentadas en el silencio. Las autoridades serán quienes dicten si Luis de Llano es culpable o inocente, pues sabido es que hubo un romance entre ellos cuando la ex Timbiriche apenas tenía 14 años, y de acuerdo a sus declaraciones, todo empezó por un abuso. Sasha hoy es una mujer madura, es obvio que sabe defenderse, cuenta con el apoyo de su actual pareja, el poderoso empresario Alejandro Soberón Kuri, amo y señor de OCESA, la industria más grande de entretenimiento de América Latina. Sasha ya no necesita el apoyo de su padre Fernando Diez Barroso Azcárraga, que de acuerdo a las declaraciones de la cantante, él le quitó el apellido justamente cuando fue novia de Luis de Llano. Hoy los tiempos cambiaron, si bien es cierto que los acosos, abusos y feminicidios siempre han existido como parte de los renglones torcidos del ser humano, también es real que se había normalizado y las leyes se aplicaban de acuerdo al silencio o el moche $$$ a las autoridades. Pero también hoy nuestra sociedad se está expandiendo como una liga, pues por un lado ya son muchas las mujeres de cualquier estatus social que están dispuestas a denunciar, pero por otro lado, de acuerdo al crecimiento de la población, siguen aumentando las violencias. ¿A dónde vamos a llegar? Me quedan muchísimas dudas… ¿Es culpa de los gobiernos, de los alcances de la subliminal publicidad sexual o de la situación económica mundial? ¿Se necesita concientizar a la sociedad desde la instrucción escolar vía la SEP? ¿Deberá haber un policía en cada casa? ¿La educación, humanidad y civismo, empiezan desde el calor del hogar?


¡Mónica Dossetti entre ‘El Castillo de la Pureza’ y ‘La Tragedia Greco-Mexicana!
Mónica Dossetti tiene 56 años y desde hace 14 padece esclerosis múltiple, que le impide movilizarse. Por consecuencia no tiene trabajo ni dinero, está soltera, sin hijos y vive en la casa de su hermano mayor Pepe Dossetti, quien tampoco tiene trabajo ni entradas de dinero, y a quien Mónica en sus tiempos de gloria de los 90 en Televisa lo impulsó para abrirse camino en la producción televisiva. Ambos viven solos en esa casa en Tepoztlán, Morelos, que a simple vista se ve como un pequeño paraíso con jardín y lo necesario para que ella pueda desplazarse en silla de ruedas. Pero los videos de su vida cotidiana salieron a la luz: él intentó estrangularla en la desesperación de no tener recursos para atenderla y declaró que esa agresión se debió a que la situación de salud y económica lo rebasó. Ahí en ese video, él le grita que se muera para luego él también quitarse la vida. Las autoridades se hicieron presentes, pero la actriz ha defendido a su hermano, lo quiere y extraña. Él está restringido ahora para estar cerca de ella en su propia casa de él. O sea: Pepe Dossetti no puede entrar en su domicilio. Lanzan otro video en donde él supuestamente intenta besarla y desmiente el hecho, pues asegura que se trate de la toma engañosa, que ciertamente suele suceder. Pepe también dice querer a su hermana. Aquí yo intento comprender esta situación: mala salud, cero trabajo, cero ingresos, el encierro de la pandemia y el encierro por sí mismo me llevan a una tragedia greco-mexicana. Y no dejo de pensar en el libro ‘La Carcajada del Gato’, novela de Luis Spota de 1964 y basada en hechos de la vida real sobre un hombre que encerró a su familia en un lugar de Guanajuato. Esta misma novela fue adaptada para el cine con un guión cinematográfico de José Emilio Pacheco, cinta que se estrenó en 1972 con el título ‘El Castillo de la Pureza’, dirigida por Arturo Ripstein, producida por Angélica Ortiz (mamá de Angélica María) y protagonizada por Rita Macedo, Claudio Brook, Diana Bracho y Arturo Beristain. En entrevista con Jorge Ortiz de Pinedo, miembro del Patronato de la Casa del Actor, nos explicó que Mónica Dossettti no puede ser recibida, pues según las reglas de la casa, por su aún joven edad no la puede recibir.


¡Adiós a Meche Carreño ‘La Diosa Fílmica’ del Monokini!
Si bien la inmortal Isela Vega fue la ‘Reina del Sexo’ del Cine Nacional, Meche Carreño fue la ‘Diosa Fílmica’, insuperable en la actualidad. La entrevisté hace muchos años en una amplia semblanza y ahí me platicó que su verdadero nombre era María de las Mercedes Carreño Nava, nacida en una cuna humilde de Minatitlán, Veracruz y siendo muy pequeña su familia se trasladó a vivir a la Ciudad de México, en especial al Barrio Bravo de Tepito y en la colonia Morelos, en donde su madre se ganaba la vida vendiendo tamales tabasqueños. Fue así que desde pequeña tomó cursos de ballet en el mercado Abelardo L. Rodríguez. Su vida dio un giro para tomar clases en la Academia Andrés Soler, para luego trabajar con el director de teatro Alejandro Jodorowsky y compartir escenario con Carlos Ancira. Jovencita, se casó con el empresario millonario José Lorenzo Zacani, quien le produjo algunas cintas y se convirtió en el símbolo sexual de culto, pero la lanzó también en el mundo del Jet Set y alternar con lo más granado de la Intelectualidad de la década de los 70. Tuvo a su primer hijo: José Zakani, que hoy le sobrevive. Luego se casaría por segunda vez con Juan Manuel Torres, quien falleciera en un accidente automovilístico junto con su segundo hijo: Juan María. Estos fueron los dos grandes golpes que hicieran que Meche Carreño se viniera abajo junto con ‘La Choca’ del Indio Fernández y ‘Zona Roja’, y tomó un nuevo camino en Los Ángeles, California, no de la forma que había previsto. En sus viajes a México tuve el honor de conocerla y entablamos una bonita amistad. Ya casada con un fotógrafo estadounidense, vivió en la década de los 2000 por el rumbo de Santa Fe y luego en Tepoztlán, Morelos. Siempre me sorprendió su manera tan sencilla, cero pose, era como una niña inocente, pero alegre. Sí, alegre, extrovertida, reía y sonreía sin esos aires de Diva de telenovelas. Tenía todo un mundazo, se había relacionado con lo más refinado del séptimo arte, con intelectuales, la alta burguesía, sin perder el piso. Hace unos 10 años como a las doce del día yo transitaba por el circuito Rio Churubusco, a la altura de lo que fueron los Estudios Churubusco, cuando me sorprendió ver a una señora en bikini, amarrada con un pañuelo en la cabeza y otro en los senos pero barriendo la banqueta. Le dije a la unidad de TeleFórmula: baja la velocidad, frena un poco. Pude identificar a la mujer: ¡era Meche Carreño! Por la tarde la entrevisté vía telefónica y me confirmó que era ella, la Chica del Monokini, y que justo estaba visitando la casa de su madre y al notar que la banqueta estaba llena de hojas, decidió darle una manita. Así de sencilla y versátil era Meche Carreño, quien partió a los 74 años tras batallar contra el cáncer de hígado. ¡Esto es México!

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