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Feliz día para los verdaderos y comprometidos maestros

Este lunes se conmemora, festeja y celebra el Día del Maestro y de la Maestra. Decenas de miles en el país y en Chiapas están desde el fin de semana celebrando el acontecimiento. Y cómo no hacerlo si durante toda su vida se abocan a estar en el aula, con gis y frente al pizarrón, para enseñar a los niños y jóvenes a conocer el camino de la vida, a dar sus primeros pasos.

Seguramente su mayor anhelo y satisfacción es que si no todos, la mayoría alcance y logre la meta trazada. Una ardua labor que merece todo nuestro reconocimiento y más si se trata de hombres y mujeres que inician sus actividades laborales en las comunidades más recónditas de la geografía mexicana, y vaya que tiene lugares apartados que hoy en día, a pesar de los avances que dicen los gobiernos han hecho en materia urbana, tienen que caminar varias horas por lugares inhóspitos, con el peligro que ello conlleva para las mujeres, principalmente. 

Pero ahí están, orgullosas y orgullosos de su labor, de su profesión, de lo que les gusta hacer. Este 15 de mayo también miles serán reconocidos con una medalla por su labor incansable durante 25, 30, 40 y hasta 50 años de servicios formando conciencias humanas para que, en primer lugar, aprendan a leer y escribir, y posteriormente, cimentarles las bases del conocimiento general para enfrentar la vida.

Ver vislumbrar una sonrisa y hasta lágrimas de felicidad por el deber cumplido no tiene precio. Ver colgar de su pecho una medalla de reconocimiento por haber forjado el camino de la orientación, la enseñanza y el aprendizaje en miles de niños y niñas que vieron y ven pasar por los salones de clases, es como el sueño de haber ganado una presea olímpica o mundial.

Incluso hay maestros y maestras que nos representan en las altas esferas de la política, pero eso, hay que decirlo con claridad y transparencia, es otro cantar, pues muchos han quedado a deber y en lugar de ser ejemplo de vida para sus alumnos, se convierten en una decepción, pero, insistimos, es otra historia que no cabe en estas líneas.

En la práctica, en nuestra vida común, a veces se discute si la educación primordial debe iniciar en el hogar y consolidarse en el aula. Lo que sea primero no interesa en este momento, lo que nos debe ocupar es que, tanto en la casa como en la escuela, los padres de familia como los maestros se esfuerzan en sus funciones y obligaciones para hacer de nuestra niñez unos verdaderos hombres y mujeres de bien.

Pero no aquellos o aquellas que se dedican a causar desmanes, a desestabilizar gobiernos, a bloquear, a tomar edificios, a ser la plataforma de impulso a base de actos vandálicos para que se ascienda al poder. No, no nos referimos a ese tipo de hombres y mujeres que son utilizados por supuestos maestros que buscan ostentar el poder a través de las dirigencias sindicales. Ese tipo de connotación educativa está identificada, estigmatizada, señalada por la sociedad.

Esa educación no debe existir en el aula ni los líderes empujar para alcanzar sus fines aviesos. Justo en este tema sale a la reflexión el pasado proceso de elección de las dirigencias sindicales de la Sección 40 y 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. La medición de fuerzas fue desigual, las trampas fueron evidentes.

Dos temas o factores salen a relucir en estos procesos. Primero, no es nada extraño que un par de meses antes de la elección para dirigir al nuevo líder de la Sección 7 del SNTE, los jóvenes normalistas hayan emprendido una campaña intensa de movilizaciones para supuestamente exigir a la autoridad educativa que les cumpliera con sus demandas, que, por cierto, la misma Secretaría de Educación y de Gobierno, se encargaron de aclarar que se les ha dado hasta las “perlas de la virgen”.

Fueron días aciagos para los trabajadores que estaban por terminar la obra de los dos pasos a desnivel en la zona de Plan de Ayala, o los desmanes frente a Palacio de Gobierno y en la Subsecretaría de Educación.

Por lo tanto, no debe parecer extraño que una vez que ganó el candidato de Pedro Gómez Bámaca, para imponer a quien le cubriría las espaldas ante las denuncias de corrupción en su gestión, las protestas hayan terminado por arte de magia y los alumnos y alumnas estén quietecitos en su cuartel de batalla, como buenos y aplicados estudiantes.

Y segundo, fue contrario lo que realizó la Sección 40 del SNTE, donde los maestros del nivel estatal que una vez que les fue oficializado el triunfo de Oved Balderas Tovilla, han salido a dar la cara para entablar un proceso de renegociación con las planillas perdedoras e incluirlas en la política educativa diseñada para esta administración sindical.

Ojalá mañana lunes los maestros tengan un buen día, de recuerdos, de anécdotas, de reflexiones, de aportaciones para mejorar el sistema educativo, pero, ante todo, deseamos y reconocemos en la labor diaria de la inmensa mayoría, su aportación para conducirnos en el rol que hoy dignamente y orgullosamente, jugamos en esta vida. ¡Felicidades!

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