La justicia del más fuerte

El “empoderamiento” que han asumido en la mayoría de los casos las zonas indígenas ha tomado una dirección equivocada, en la que lamentablemente, quien tiene la mala suerte de sufrir un percance en la región es obligado a indemnizar con cantidades desproporcionadas que fijan las autoridades.

El mal hábito u ocurrencia que se le ha dado al sistema de “usos y costumbres”, proviene desde el levantamiento armado zapatista, donde los indígenas tomaron fuerza y la ley que impera dentro de su jurisdicción nadie la puede quebrantar, sobre todos, los ladinos o mestizos.

Hasta matar accidentalmente un perro, un cochi u otro animal, tiene sus repercusiones, pues de llegar a detener al infractor, le exigen que pague a sobreprecio los daños ocasionados, así no haya tenido la culpa, pues un puerco que ande a orilla de carretera siempre tendrá el riesgo de ser embestido por alguna unidad motora.

Cierto que hasta se provocan estos desenlaces, pero el fondo de este asunto no es insignificante, pues el comportamiento de las autoridades municipales y de justicia indígena demuestra que hay confabulación, pues de inicio, se abstienen de intervenir o mediar y prácticamente le informan a quien se queja y busca la ayuda, de que es obligatorio que paguen.

El reciente caso registrado en el municipio de Zinacantán es una prueba de ello. En la comunidad Piedra Parada, que se ubica sobre la carretera federal libre Tuxtla Gutiérrez-San Cristóbal, dos personas fueron privadas de su libertad y sólo si desembolsan 170 mil pesos los dejarían en libertad. Su delito: Haber protagonizado un accidente carretero.

Los heridos fueron llevados al Hospital de las Tres Culturas en San Cristóbal; posteriormente fueron sacados y llevados a la comunidad donde fueron encerrados y liberados si pagaban lo que la comunidad estimaba debían por haber causado daño al entorno ambiental y terrestre.

Ni Benigno ni Roberto, padre e hijo, llevaban dinero para poder ser liberados. Una mujer, Rocío, hija y hermana de los detenidos, tuvo que regresar desde uno de los estados del Golfo de México para intentar liberarlos. Sin embargo, se topó con pared. No ha podido verlos y al mismo tiempo, se cercioró, con sus procedimientos, que ninguna autoridad hace algo para apoyarla.

Tres días incomunicados, sin saber de su raza.  Acudió a la Fiscalía General del Estado, a la Fiscalía de Asuntos indígenas y a las Unidades Médicas para obtener información, pero había nada. Llegaron hasta el kilómetro 43, donde se presentó el percance y ahí los atendió el regidor plurinominal y Juan Enrique, el responsable de recibir el recurso. El tema se empantanó porque no tiene dinero.

Lo inconcebible es que en la Unidad Antisecuestro de la Fiscalía General del Estado le dijeron, textual, que no podían hacer nada, que en los usos y costumbres de los indígenas no se meten y, por lo tanto, habría que pagar “sí o sí”.

Como pudo, cooperando con la familia y amigos, logró recaudar 100 mil pesos que se entregaron a la Fiscalía de Asuntos Indígenas a través de Juan Antonio Bautista Carpio; ahí estaba el delegado de Gobierno, Luis Felipe Gordillo, el regidor Manuel Enrique Jiménez, y nada. Su padre y su hermano siguen retenidos.

Adónde se quiere llegar con esta relatoría de hechos, pues al fondo y esto quiere decir que la ciudadanía está indefensa, no hay forma de atravesar aquella o cualquier zona indígena, con “filosofía” zapatista, sin que exista el peligro de que puedan ser maltratados o secuestrados, sólo porque se les pega la gana para tener dinero.

El chantaje ha sido la principal arma que utilizan para presionar y sacar dinero. El ejemplo más claro está a finales de 2023, cuando un grupo de elementos de la Guardia Nacional, por equivocación se introdujeron a un camino del municipio de Oxchuc. Esta maniobra les costó la retención y que la autoridad desembolsara más de un millón de pesos por los nueve elementos.

Seguros estamos que esto no puede seguir presentándose, pero sabedores también que pasarán muchos años, antes de que la cultura de los pueblos étnicos, modifique sus acciones para con los ladinos.

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