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Nueva amenaza a la educación

No basta con la ola de inseguridad que se registra en algunos municipios de Chiapas, ahora se tiene la amenaza de que los maestros adheridos a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la educación (SNTE) se irán a paro nacional porque el gobierno federal no les ha cumplido sus demandas, entre las que resalta la tan cacaraqueada Reforma Educativa y el compromiso de aumento de salario.

En este último punto, se les autorizó y aplicó un incremento de 6.2 por ciento, pero denuncian que el gobierno se quedó con el 2 por ciento, situación que los ofende como institución que ha dado todo para educar a la niñez, según dijeron durante la manifestación del lunes pasado en la capital chiapaneca.

El lunes, por las principales calles de la ciudad, unos mil maestros marcharon por las calles de la capital para solidarizarse con el movimiento nacional que hizo la CNTE, tras reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador, encuentro del que no hubo nada concreto en las respuestas a las demandas de los mentores, por lo que quedó abierta la posibilidad de que haya, de nueva cuenta, una embestida a la educación de miles de chiapanecos y mexicanos, donde tiene presencia la Coordinadora.

Chiapas ya ha experimentado varios paros y en todos ellos, el único resultado que se ha constatado, como consecuencia de estos movimientos, es el atraso abismal en el proceso de enseñanza-aprendizaje que se genera en los niños de educación básica y media superior.

El inicio del próximo ciclo escolar 2024-2025 sería la fecha para que los maestros se vayan a huelga o paro nacional, que para el caso es lo mismo. En la última década, los vaivenes políticos y el empoderamiento de la CNTE al tomar el control del sindicato de la Sección 7 del SNTE, ha dado como resultado que, si bien no ha habido una recuperación educativa, las aguas han estado en paz.

Lo peligroso de hoy se visualiza que al estar por terminar la actual administración federal y ésta no le ha dado las respuestas comprometidas al gremio, la presencia de escenarios aciagos están volver a ensombrecer al sector educativo, y, por consiguiente, pausar el desarrollo de una entidad que sigue en los últimos lugares en cuanto a aprovechamiento educativo.

Los maestros exigen la abrogación de la Reforma Educativa, de la Ley USICAMM, de la caja de ahorro y Fabes, así como la reconstrucción de escuelas pendientes desde el terremoto 2017

Se quejan que, pese a la entrega profesional en las aulas, no son compensados como deberían, ya que la Secretaría de Educación Pública mantiene una política de sesgo contra su gremio.

Los maestros dicen que no están de acuerdo en la forma en que está conduciendo al sector educativo la secretaria Rosa Aidé Domínguez Ochoa pues ha dado el visto bueno al despido de trabajadores por manifestarse y denunciar actos de corrupción en dicha dependencia.

La marcha del lunes fue una advertencia, dijeron, pues de no cumplirse sus demandas vendrá el paro nacional de la CNTE. Cierto es que la propia SEP no ha dado ninguna respuesta oficial al ultimátum y también habría que decir al día de hoy no se ha dicho nada de lo que se habló en el encuentro con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Un segundo encuentro programado para este lunes 22 de abril podría ser la fecha crucial para conocer el rumbo que tomará el sector educativo.

Lo cierto es que, a estas alturas del sexenio, el gobierno federal está descapitalizado y, por lo tanto, de no autorizarse el aumento salarial con sueldo mínimo de 16 mil pesos mensuales, la Ley del ISSSTE -sin Afores, ni UMAs -; reinstalación de maestros despedidos y basificación de quienes tienen contratos temporales, es evidente una ruptura.

El magisterio, el que se alió a López Obrador para ayudarlo a llegar al poder, están a días de que les den una patada en el trasero, situación que será prácticamente la bomba de tiempo que el presidente le heredará a la próxima presidenta de México.

Los maestros saben que no hay dinero para todos, por eso hacen su lucha y entre tanto, aprovechan para poner sobre la mesa del diálogo que se atienda el caso de los padres de los normalistas de Ayotzinapa, así como el esclarecimiento del asesinato del estudiante Yanqui Kothan Gómez en Guerrero. Ponerlo está bien, pero de que haya respuesta satisfactoria en el tema de los jóvenes desaparecidos, está por verse.

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