Migración, el gran reto de las candidatas presidenciales
El domingo y martes estarán en el municipio de Tapachula las candidatas presidenciales Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, en lo que es prácticamente la mitad de la campaña presidencial. No es normal que ambas mujeres estén en la misma zona, con diferente público, aunque con la misma intención: buscar el voto ciudadano, intentar convencer que son la mejor opción para el desarrollo del país.
Por lo que se sabe, la aspirante de la coalición Juntos Haremos Historia, que la integran los partidos Morena, Verde Ecologista y del Trabajo, tendrá actividades el domingo en el Soconusco y el mismo día por la tarde, estará en la capital chiapaneca.
La representante del frente Fuerza y Corazón por México, compuesta por los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática, llegará dos días después, el martes, a Tapachula, y también el mismo día por la tarde, sostendrá un encuentro con sus simpatizantes en Tuxtla Gutiérrez.
Su presencia en ambos municipios tiene la mayor importancia, porque seguramente deben fijar una propuesta que intente resolver el problema de la migración, el tema que mantiene arrinconado al gobierno federal por las presiones que hace Estados Unidos de Norteamérica para que no se dejen pasar las caravanas que se forman, cuyos integrantes añoran y sueñan el suelo americano como la solución económica a sus problemas que vienen arrastrando de sus países de origen.
Ambas tendrán que visualizar el tema de las denuncias que existen por el manejo que el Instituto Nacional de Migración le proporciona a los hombres y mujeres que buscan avanzar hacia el centro y norte del país.
Seguramente ya deben tener conocimiento de la red de corrupción que al interior del instituto se gesta y que ha sido ampliamente difundido, con denuncias de activistas que han exhibido como el trato es distinto, según “paguen” los servicios.
Esta casa editorial ha sido una ventana abierta para dar a conocer la situación que padecen los miles de personas que se dicen engañadas por las autoridades de migración. Sin embargo, no sólo está este tema, también el problema de la baja producción de café, los conflictos que los productores tienen con la Nestlé, la inseguridad que se ha apoderado de la Frontera Sur, pero, además, las candidatas tendrán la oportunidad de palpar cómo se encuentra la zona considerada la capital económica de Chiapas.
Este status se ha ido perdiendo debido a la mala planeación y falta de estrategia para atacar el problema migratorio, el cual desde hace décadas se mantiene en la zona, pero cuya presencia se ha triplicado en los últimos años
Desde inicios de este gobierno se dijo que tiene que ser un asunto compartido, entendemos que entre los gobiernos federal y el de los Estados Unidos, así como de los países de donde son originarios los migrantes no hay conexión al cien por ciento. La carga la lleva el Estado mexicano por ser el último escalón para ingresar a tierra americana.
Además, para nadie es un secreto que la movilidad y la migración internacional es todo, menos regular, ordenada y segura. Para el caso, se resume que no hay organización eficaz ni protección garantizada para los miles de personas que cruzan la frontera, y por tanto su movilidad al interior del país es una ficción.
Es decir, los migrantes, los de a pie, los que no tienen recursos para moverse, tienen y forman parte de las aventuras que, si bien les va, podrán contarles a sus hijos o nietos, porque está comprobado que la mayoría no cruza los Estados Unidos y son regresados a su nación, si bien les va, pues lo que hace el país del norte es regresarlos a la frontera, en México, o traerlos hasta la frontera sur.
A lo que se quiere llegar es que no hay una política migratoria que vea y atienda sus causas. Hoy nos han dicho que se han implementado programas para que los hermanos migrantes se queden en sus países, pero quién lo desea si los de Venezuela o Cuba, por ejemplo, son dos países donde su gente prefiere intentar luchar a morir en su pueblo o ciudad, por la pobreza existente y los gobiernos autoritarios.
Ese es el gran reto que enfrentará cualquiera de las dos candidatas que llegue al poder, y vaya que no es nada fácil, para un gigantesco problema que sigue creciendo, convertido hoy en un conflicto de seguridad nacional por sus consecuencias en detrimento de los mexicanos.
