La burla de Carlos Morales y su director de Recursos Humanos
Los allegados al duro y explotador de Cristóbal Flores López, director de Recursos del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, quien mantiene a raya a los empleados, se reían irónicos, cuando al cerrar la puerta de su oficina, tras atender de manera fugaz a los empleados quejosos, el funcionario municipal soltó una carcajada para de inmediato comentar en voz alta, “saben cuándo el alcalde (Carlos Morales Vázquez) les va a cumplir: Nunca.
Al tema del goce de vacaciones y el cumplimiento al pago de los días económicos y todas aquellas figuras jurídicas que rigen la vida interna de un Ayuntamiento, sale sobrando. Sólo es una medida que el alcalde utilizó para poder maniobrar la llegada de su alfil, Aquiles Espinosa García, y que finalmente no le alcanzó
La presión para tener encapsulada a la base trabajadora y hacer de ella un juego de pin pon era todo lo que el edil quería, un experto en las maniobras maquiavélicas para operar en elecciones. Sin embargo, a pesar de que tuvo y tiene todo el poder en sus manos, el munícipe simplemente no pudo imponer sus condiciones.
Aunque está a punto de dejar la silla municipal, Carlos Morales Vázquez se ha trazado la meta de ponerle piedras en el zapato al candidato de Morena a la presidencia municipal, Ángel Torres Culebro, y hará hasta lo imposible porque su cuate Francisco Rojas le alcance para ganar la elección de junio próximo.
Sin embargo, hay algo que al presidente municipal le molesta o, mejor dicho, le ocupa: Que a pesar de que se diga que Morena tiene ganada la elección en el municipio, la venganza es la principal arma que le rodea y que utilizará a fondo a partir de este de mes, cuando inicie oficialmente la disputa por el poder.
Junto con Aquiles Espinosa García, quien hoy ha guardado prudencia y salido de la escena pública, el alcalde tuvo que ceder, en apariencia, al reclamo y alboroto que le hicieran los trabajadores, la semana pasada, cuando se amotinaron frente al área de Recursos Humanos para exigir el cese a los actos de represión, acoso laboral y abuso de poder emprendido contra todos aquellos que no se prestaron a apoyar la campaña de Aquiles.
Con ello se demostró lo que tanto se denunció en estas líneas: La intromisión del Ayuntamiento tuxtleco para apoyar la candidatura del ex titular de la Secretaría de Movilidad y Transporte. Los empleados le reprocharon a Cristóbal Flores López el hostigamiento y fabricación de delitos para destituir a todos aquellos que no apoyaron el proyecto de Aquiles Espinosa García, a quien Morales Vázquez pretendía imponer como su sucesor.
Lo interesante de la confabulación contra la base trabajadora es que Flores López fue impuesto por Jorge Morales Vázquez, hermano del alcalde, quien atendió muy bien la instrucción recibida: Nada de apoyos a los trabajadores, aguantar hasta donde sea posible aumentos salariales, ni en los vales de despensa ni en servicios médicos.
Está claro que como ciudadanos estamos desamparados pues no se tiene el apoyo del Cabildo, para protegernos. Los representantes populares simplemente están al servicio del gobernante en el poder.
En el Ayuntamiento de Tuxtla, el 99 por ciento de quienes integran el Cabildo, que en teoría deberían ser el contrapeso para evitar los atropellos del alcalde, son levanta dedos, no tienen criterio propio ni defienden las causas populares.
Su complicidad en su actuar es más que evidente, sólo acuden martes y jueves a las sesiones, como mero requisito, pero no se meten con las iniciativas presentadas para no herir la susceptibilidad del presidente municipal. Así, ¡qué chiste!
