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Por recorte presupuestal, INE en la mira

A diez días de la elección presidencial, el Instituto Nacional Electoral reconoce que, por cuestiones presupuestales, hubo la renuncia de cientos de capacitadores electorales en el país, problema que está resolviendo a la voz de ya, por lo que no hay de qué preocuparse para el día de la jornada.

Quisiéramos contagiarnos del optimismo del órgano electoral no porque no pueda en este tiempo conseguir algo así como 800 vacantes entre supervisores y asistentes electorales, sino porque el tiempo es muy corto para que quienes accedan a esta chamba, puedan tener los conocimientos necesarios para complementar las tareas del 2 de junio, fecha en que los mexicanos decidirán el rumbo del país.

Integrantes del Consejo General del INE reconocen que no hay el suficiente recurso para responder al cien por ciento a las tareas que tiene encomendadas el Instituto. Es triste que esta situación se presente al cuarto para las doce, cuando los partidos políticos, principalmente Morena, haya despilfarrado millones de pesos en campañas publicitarias que viene haciendo desde hace tres años.

Además, este es el resultado del recorte presupuestal que vino sufriendo el INE cuando tenía las riendas el consejero Lorenzo Córdova Vianello, personaje que defendió a capa y espada la autonomía del instituto a manos de la jauría de morenistas que acataron la instrucción de recortarle 5 mil millones de pesos y que la Cámara de Diputados y el Senado de la República aprobaron sin chistar.

Un semestre después las consecuencias están a la vista. Lo advirtieron expertos electorales y políticos de oposición en noviembre de 2023 y en consecuencia hoy el INE tiene problemas significativos para la organización de la elección.

Lo que se apostó en aquel entonces era ponerle una zancadilla, una trampa, al INE para que no cumpliera sus objetivos al cien por ciento y entonces hoy surge la posibilidad, como se asentó a finales del año pasado, de que el partido en el poder tiene un pretexto para descalificar al árbitro electoral por aquello de que los resultados no se le acomodan, como parece ser en algunas entidades de la República.

A las renuncias del personal contratado desde principios de año, el INE tuvo la necesidad de rotar a su personal, pero es indudable que dichas tareas son insuficientes porque se tapa un hoyo para destapar otro, que quizás represente mayores problemas.

Al inconveniente de la falta de hombres y mujeres que hagan un trabajo medular los días previos y el día de la jornada, a ese agréguele el tema de la inseguridad que padecen algunas zonas del país y del que Chiapas no está desligado.

Además, impensable que en 10 días haya el tiempo razonable para preparar a una persona que tenga el conocimiento para la ubicación e integración de casillas; preparación y distribución de la documentación a las presidencias de las mesas de casilla; mecanismos de recolección; sistema de información del desarrollo de la elección, operativo de campo del conteo rápido y el PREP.

En la sesión del pasado martes, los sesudos representantes de Morena y sus partidos satélites, le daban mayor importancia al hecho de que los consejeros electorales ganan más que el presidente de México ¡Por favor! En qué país estamos viviendo y qué personajes hoy le dan más importancia a este hecho que a la falta de personal para la organización completa de la elección electoral.

El horno no está para bollos, pero se entiende que cada partido y político, desde su trinchera, defiende lo que más le conviene a sus intereses, no a los de los mexicanos, que, si no protestan, por lo menos tienen en su mente los atropellos que han tenido a lo largo de estos años, por lo que se percibe, el día de la elección se reflejará su respuesta con su voto masivo.

Pese a esta situación, el INE asegura que no hay riesgo para llevar a cabo la jornada electoral, porque sólo son distritos electorales muy especiales, “donde es necesario generar condiciones para que los consejos distritales cuenten con el personal necesario”.

Justo ahí está el dilema, en algunas zonas no hay condiciones y con la falta de personal, el tema pone con los pelos de punta a los consejos distritales. Chiapas, por ejemplo, requiere un supervisor electoral de un total de 292 que forman parte del organigrama, así como 42 asistentes electorales de un universo de mil 751 que harán el trabajo asignado.

El dato duro que huele a sospechosismo y que de alguna manera dio pie a este problema fue el rechazo de mil 561 capacitadores electorales que no cumplían con el requisito por estar afiliados a algún partido político, es decir, intentaron infiltrase, camuflajeados, para hacer pillerías, y así no se puede. 

En su momento justo, lo dijimos, el INE tendría problemas para cumplir con su trabajo por el recorte de recursos y hoy lo estamos viviendo. Ojalá haya la capacidad para atender el problema, pese a que se aprobó ayer en sesión extraordinaria, las opciones para resolverlo, porque ya estamos escuchando los dardos de aquellos que dirán que la inoperancia del INE los hará perder.

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