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Que ya termine… horario de verano

Marco Alvarado/Diario de Chiapas
La eliminación de la Ley del Sistema de Horario en México daría por terminado el Horario de Verano, vigente desde hace 25 años, propuesta que ya fue turnada por el Ejecutivo Federal a la Cámara de Diputados.
Terminar con este cambio anual es una idea que no disgusta a la mayoría de la población, especialmente porque no ven el fin práctico de adelantar o atrasar el reloj, sobre todo si se trata del pago por el servicio de energía eléctrica.
La gente que opina sobre el tema asegura que estos cambios anuales en nada han contribuido a su economía, incluso hay quien no se acostumbra y tarda semanas en adaptarse.
El llamado “horario de Dios”, parece ser la opción más solicitada, luego de más de dos décadas de haber adoptado esta modalidad que no es exclusiva de México.
Sin importar que los diputados aprueben esta iniciativa, en Chiapas, desde que se anunció este cambio en 1996, hay una resistencia en cientos de comunidades, especialmente en 41 municipios indígenas de los 124 que conforman el estado, para ellos solo es válido el “horario de Dios”, basados en la tradición de los usos y costumbres.
No obstante, se estima que los habitantes de hasta 70 municipios en el estado no siguen este cambio anual, para ellos la costumbre de su horario es inamovible, y así continúa ocurriendo entre las poblaciones tseltal, tsotsil, tojolobal, chol, zoque y lacandón.
En contra del Horario de Verano hay muchas posiciones, las principales acusan de que no genera un ahorro en los hogares, porque las personas emplean más iluminación por la mañana, también se dice que durante el periodo de adaptación la mayoría de las personas reportan trastornos en sus ciclos de sueño, o que afecta actividades cotidianas como en Chiapas, donde la mayoría de los municipios se declaró en rebeldía contra este cambio, y siguen con el denominado “horario de Dios”; viviendo en un horario distinto respecto a la capital y las principales ciudades del estado.
No obstante, organismos como la Secretaría de Energía (Sener), defienden el impacto de esta medida en el ahorro económico que generó, por ejemplo, en 2018, estimado en mil 393 millones de pesos para los usuarios domésticos.
Otro argumento tiene que ver con el cambio climático, porque en el año de referencia dejaron de emitirse 400 mil toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, esto es importante porque un 65 por ciento de la energía eléctrica que consumimos se produce de forma sucia, empleando el carbón.

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