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Letras Desnudas

Mario Caballero

¿Abuso de poder?

Ya es una cultura -mucho más que una costumbre- que en buena parte de la sociedad la única ley que vale es la que cada quién entiende, interpreta o inventa. Y para esa parte de la sociedad las leyes escritas, ya sean la Constitución o las leyes que de ella emanan, valen poco o no valen nada cuando cada uno busca su propio beneficio.

Lo que importa para esa gente es el juicio particular, individual, interesado. Es decir, sin ver los hechos a la luz de la verdad, para muchos ciudadanos el único juicio que vale es el juicio mediático, el que dictan las redes sociales, esas que se han convertido en refugio de oportunistas, o el que proponen y deciden los rumores personales y políticos.

Ese es el pobre, pedestre y vulgar debate público en las redes sociales, en el que intervienen supuestos académicos, reputados “abajo firmantes” y dizques líderes de opinión, que más allá de orientar a la opinión pública, llaman a quemar en leña verde a todo aquel que les estorba o que les es útil difamar, calumniar, agredir.

Hay que entender que en esos juicios mediáticos hay manos políticas que alientan la desconfianza, el descrédito y la debilidad de las instituciones. Son voces y manos a las que poco o nada importan los ciudadanos y sus demandas, quizá ni sepan escribir sus nombres correctamente, pero se especializan en sembrar odio, sospecha, discordia, duda y mentira para sacar raja política.

Lo más lamentable es que cuando florece lo que siembran, cientos o miles de personas ya se han tragado el odio, la discordia y las mentiras. Han sido envenenados y vociferan sin saber por lo que gritan. Más lamentable todavía es el hecho de que ignoran -y por lo visto no les importa saber- que las voces y las manos detrás de esos engaños mediáticos buscan derribar gobiernos, debilitar a las instituciones y aplastar adversarios a través de tuits o “facebucazos” y ellos los están ayudando con cada retuit, con cada Me Gusta, cada vez que comparten un texto, un audio o un video.

Si se convirtió en escándalo nacional el incidente del sábado por la tarde, en el que una persona hirió de un balazo en la pierna a otra en pleno centro de Tuxtla Gutiérrez y en el que además se vieron involucrados familiares del gobernador Rutilio Escandón Cadenas, fue por los juicios mediáticos y de redes sociales que encontraron en él una oportunidad de medrar políticamente.

Todo lo que se difundió por redes sobre este caso nunca mostró el interés de informar a la sociedad, sino de manipularla. He ahí las acusaciones de “abuso de poder”, “autoritarismo” y “despotismo”. Acusaron falsamente para hacer ver un balazo en la pierna como un genocidio ordenado por el poder. La intención fue derribar la imagen, la confianza y la credibilidad del gobierno del Dr. Escandón Cadenas.

DESTRUIR AL GOBERNADOR

El incidente quedó videograbado. Pero la información que se suscitó detrás de la difusión de los videos tiene la apariencia de haber sido manejado por diferentes intereses políticos. Vea por qué.

Comencemos por preguntar, ¿qué hubiera pasado si en los hechos no estuvieran implicados los familiares del gobernador del estado?

Seguramente, se hubiera manejado como otro incidente delictivo de los que ya han ocurrido en la capital de Chiapas y su mención en los medios quedaría plasmado en las páginas de nota roja. Aunque, tal vez, no faltaría quien señalara enérgicamente los niveles de inseguridad en Tuxtla, pero hasta ahí. En este caso, como se trata de personas que están ligadas con personajes de la vida pública, trascendió tanto y porque además convergieron los afanes y las ambiciones de los buscan sacar ganancias del morbo.

Vayamos a los hechos. Lo que se logra ver en los videos de Juan Carlos Armendáriz, el agredido, es que se baja de su camioneta y discute con un hombre de guayabera blanca y éste le da un disparo en la pierna. Inmediatamente, Armendáriz acusa a su agresor de ser escolta de la hija del gobernador y le pide ayuda al mandatario para que se haga justicia. Además, dice que él sólo quería ver a su hijo, que tiene con su expareja María Escandón.

De ahí que muchos se adelantaran a calificar el acto como un abuso de poder. Pero, en el fondo, se trata de un asunto privado. Algo que María Escandón y Armendáriz deben resolver en privado y no en la plaza pública, menos en las redes sociales. Aquí otra prueba de la manipulación mediática.

No es todo. El agresor, de nombre Alberto Consospó, no es escolta de la hija del mandatario y tampoco pertenece a ninguna de las instituciones de seguridad del gobierno, pues es trabajador de una empresa de seguridad privada.

Recordemos que el gobernador Escandón Cadenas ordenó desde el primer día de su administración que se eliminaran las escoltas a los funcionarios. Tomó la medida por dos razones fundamentales: dignificar a la policía y fortalecer la seguridad de los chiapanecos.

En primer lugar, los ochocientos policías que fungían como escoltas eran utilizados para cuidar políticos desempleados y hasta los ponían a lavar baños, cuando su función era cuidar y proteger a los ciudadanos. Segundo, al acabar con esos privilegios se les dio un mejor destino a los más de 100 millones de pesos que se destinaban al servicio de escoltas mensualmente. Pues del dinero de los chiapanecos se pagaban los salarios de estos policías, las comidas, los carros del Estado, la gasolina y, si salían de viaje las personas que cuidaban, también les pagaban viáticos.

Dice el gobernador Escandón: “No hay en Chiapas ningún policía al servicio de ningún particular ni mucho menos de un funcionario público. Los policías están para servir al pueblo”. Es decir, ni él, ni su hija y ninguno en el gobierno tiene guardaespaldas.

NO HABRÁ IMPUNIDAD

“El incidente que sucedió con mi familia, son policías de instituciones privadas, que ya le pedí con todo respeto al Poder Judicial, a la Fiscalía General del Estado, que se hagan las investigaciones y que nadie quedé impune. Porque ya se acabó, ya quedó en el pasado el abuso de autoridad, el tráfico de influencias, el nepotismo, las parafernalias”, dijo Escandón Cadenas en un mensaje público.

Resulta que, por los hechos del 20 de junio, el agresor y una persona más están detenidos. La Fiscalía abrió una carpeta de investigación por el delito de homicidio en grado de tentativa en contra de Alberto “N” y también se investigan los antecedentes y permisos de la empresa de seguridad privada para la cual trabaja. Asimismo, inició otra carpeta de investigación por el delito de violencia familiar en agravio de María “N” y un menor cuya identidad ha sido resguardada.

En efecto, se puede cuestionar todo lo que se quiera sobre el caso, se le pueden endilgar los calificativos más enérgicos, pero también es cierto que el gobernador Rutilio Escandón ha salido a dar la cara, ha actuado con imparcialidad, ha dicho que “a la familia se le quiere con el corazón, pero la justicia es lealtad al pueblo y esa está por encima de todos (sic)”.

Que se engañe quien quiera dejarse engañar. No hay tal abuso de poder, no hay tal escolta, sino un trampero juicio mediático que a base de desinformación busca debilitar, desacreditar, descarrilar y, si es posible, derribar a Rutilio Escandón.

Es una tragedia que la libertad de expresión y la democracia sean un pretexto para los verdaderos abusadores del poder. ¡Chao!

?@_MarioCaballero

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