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Alcaldes, renuncien si no pueden

36ª Sesión Ordinaria del Consejo Estatal de Seguridad Pública

Tres de tres

Rodríguez

 

Alcaldes, renuncien si no pueden

 El enésimo llamado que el gobernador Rutilio Escandón Cadenas les hizo a los alcaldes de Chiapas para que contribuyan a la paz y a la gobernabilidad en sus municipios, además de que acudan a las mesas de seguridad de sus regiones es una muestra inequívoca de que la mayoría de mujeres y hombres que conducen los destinos de sus demarcaciones desde el primero de octubre de este año, se están equivocando.

Algo anda muy mal para que sea el propio gobernador el que les jale las orejas a los munícipes. Apenas cumplieran tres meses al frente de los ayuntamientos, la mayoría por los partidos Morena y Partido Verde Ecologista de México, y otra vez, aprovechando la celebración de la 36ª Sesión Ordinaria del Consejo Estatal de Seguridad Pública, el mandatario exigió que se pongan a trabajar.

Gobernar no es nada fácil y esta regañada ojalá sirva para que los alcaldes y presidentas municipales se ubiquen en tierra firme y respondan al pueblo que les dio la oportunidad de ser sus representantes.

Está demás mencionarlo, pero la misión de un representante popular es velar por la seguridad de su pueblo. Es desgastante y hasta humillante que se les exhiba públicamente como unos funcionarios que no ponen el ejemplo y les valga un comino la función pública. No es lo mismo en campaña prometer las perlas de la virgen y ya estando en la silla del poder, hacer como que la virgen les habla. Eso se les llama falta de compromiso y los partidos políticos, de por sí vapuleados por su grilla barata, son los que quedan mal parados.

Decimos desgastante porque no hay necesidad de que el gobernador se eche un gran discurso persuasivo si a los ediles les vale. Sino sólo tomen en cuenta este mensaje pronunciado por el Ejecutivo estatal: “reitero la petición a las presidentas y los presidentes municipales de materializar en sus territorios las tareas a favor de la seguridad que contribuyan a que el pueblo chiapaneco transite en paz y con la certeza de que nadie le arrebatará lo que legítimamente le corresponde, ya que esa es la puerta al progreso. El exhorto es a que asistan todos los días a las mesas regionales para la Construcción de la Paz y la Seguridad, tal y como se hace a nivel nacional y estatal”.

Qué necesidad de ello. Los alcaldes y las alcaldesas están erradas. Si se metieron a políticas pues a servir, a dar certeza social, a dar seguridad. Al paso que van en lugar de recuperar la confianza del pueblo, como se los pidió el gobernador Rutilio, darán lastima y el progreso será otra vez una ilusión. Cómo dice el adagio popular, si no pueden ¡que renuncien! o en esta ocasión sí valdría la pena que les apliquen la tan sonada faramalla de la revocación de mandato.

 

 Mariano Díaz Ochoa, para eso me gustabas

En campaña, Mariano Díaz Ochoa, hoy alcalde de San Cristóbal de Las Casas, fue tajante y convincente: venga quien venga a vivir a San Cristóbal, se respetan las leyes, “aquí no se aplica usos y costumbres”. Apenas transcurría el mes de abril y ya intentaba persuadir a los coletos que no habría en su gobierno, de ganar la elección, presión de ningún tipo.

El entonces candidato del Partido Verde Ecologista de México dijo que la ley se respeta y hoy, a dos días de finalizar el 2021 y a casi tres meses desde que asumió el poder, su gobierno está inmerso en pura contradicción y casi es seguro que los habitantes de este importante y turístico municipio, ya se arrepintieron.

Mariano es otro hablador, de los miles que abundan en los partidos políticos. Ahora se entiende el por qué se hizo tanta presión para que no gobernara si a la primera de cambio echa por la borda lo que con tanta euforia propagó: soy el único aspirante a gobernar esta ciudad con el valor suficiente de poner orden y acabar con los ‘usos y costumbres’ que predomina en algunas colonias, ya que no se puede permitir impongan sus propias reglas, pues la ley debe ser pareja para todos”.

Bien dice el dicho que de lengua me como un plato. Sus contrincantes, llámese Juan Salvador Camacho Velasco, Enoc Hernández Cruz y demás, ahorita han de estar ‘muertos’ de la risa, burlándose de su palabrería, ya que a los que más criticaba y decía que les aplicaría la ley, a los motonetos, le mostraron músculo al detener a funcionarias y a cambio de la liberación de éstas personas, exigieron la libertad de tres sujetos de esta organización que habían cometido desmanes el sábado pasado.

El lunes, don trabajadoras del cereso 5, Esperanza de Jesús Trejo Domínguez actuaria del juzgado tradicional; Silvia Alcázar Guzmán Proyectista y Uriel García Alcázar, hijo de la proyectista, fueron secuestrados por sujetos desconocidos al salir del reclusorio. Dos días antes, tres sujetos, miembros de los motonetos, fueron detenidos por la policía municipal, acusadas de estar involucradas en una balacera luego de un choque automovilístico entre miembros de dos grupos armados, uno de ellos se negó a pagar el golpe y pidió la ayuda de la policía municipal, se hicieron de balazos y los uniformados detuvieron a tres de los implicados.

La tarde del martes, fueron liberados y estos a su vez, dejaron en libertad a las dos funcionarias y a un hijo de éstas.

El choro del alcalde de que estaría al frente de los operativos para dar la cara por la ciudadanía es una verdadera falta de respeto. Tan es así que, en lugar de poner orden, la ciudad se ha convertido en un serio peligro para la llegada del turismo. Entendemos que haya mentido para ganar, pero ya estando al frente de un municipio tan importante, la imagen que debe dar es de fortaleza, no de un alcalde que a las primeras de cambio le tiemblan las piernas. Dónde quedó la braveza del edil.

 

 

Ignoran a ómicron

Tarde, muy tarde están reaccionando, otra vez, las autoridades de salud federal, pues dejaron que la población mexicana se volcara a las calles para ir de compras, hacer reuniones masivas y ahora que ya vieron que la cuarta ola de contagios está presente, no haya qué hacer para intentar revertir los daños colaterales.

Para muestra un botón. El 23, 24 y 25 de diciembre, el Zócalo de la Ciudad de México y sus alrededores era un enjambre de gente que después de las cuatro de la tarde ya no se podía circular. La ciudadanía, ávida de volver a gozar esa libertad añorada, se concentró en la gran urbe para caminar por sus calles de concreto, tomarse una foto frente a Palacio Nacional o en los gigantescos árboles de Navidad que el gobierno capitalino instaló en la Plaza Central o la pista de hielo.

El reporte de Salud señalaba que, en las últimas 24 horas, México sumó 4 mil 426 nuevos casos de covid y 125 muertes, con lo que se acumulan 3 millones 956 mil 372 contagios y 298 mil 944 defunciones, de acuerdo con el informe de la Secretaría de Salud. El informe técnico también contabiliza: 579 mil 544 casos sospechosos; 7 millones 766 mil 744 casos negativos; y 22 mil 783 casos activos estimados.

Por un lado, hay la necesidad abrirse a la normalidad, sobre todo si se toma en cuenta que ya muchos tienen las vacunas anti COVID, por otro, no le han dado la importancia que merece a los reportes de contagios que en el mundo se han presentado por la variante ómicron. Lo cierto es que mientras para el próximo año las clases presenciales serán al 50 por ciento de aforo para guardar la sana distancia, en las calles de nuestro querido México la gente hasta hace interminables colas para subirse a los juegos que el gobierno instala para darle circo al pueblo. El populismo en su máxima expresión, aunque a muchos no les guste. En fin.

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