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¿Cómo se vive el ambiente navideño en Canadá?

Jesús Martínez Soriano

 

¿Cómo se vive el ambiente navideño en Canadá?

Toronto, Canadá. Es el jueves 18 de noviembre de 2021; alrededor de las 17:30 llego a la Destilería, un complejo de establecimientos de poco más de 5 hectáreas ubicado en el sureste de la ciudad y que en el siglo XIX llegó a ser un gran exportador de whisky, pero que ahora está convertido en una amplia zona comercial. El motivo de mi visita es presenciar la ceremonia de encendido del árbol navideño de la Villa de Invierno, programada para las 18:00 horas. A pesar de que la mayor parte de las actividades aquí programadas se llevan a cabo en espacios abiertos, a todos los asistentes nos es requerido el certificado de vacunación anti COVID-19 y portar mascarilla para poder ingresar. El lugar es bastante concurrido y, como es natural, se respira un ambiente de festividad, aunque quizá más exacerbado debido a que el evento en mención no se realizaba desde 2018 por la pandemia. En el estrado principal, localizado a un costado del árbol de Navidad, un saxofonista ameniza el previo con música de la ocasión, quien después de cada interpretación se frota las manos ante el intenso frío que se registran en el ambiente (5 grados Celsius), y que se hace más intenso con los fuertes vientos que corren en esta zona muy cercana al Lago Ontario (sensación de 2 grados).

En punto de las 18:05 horas inicia la ceremonia con breves discursos por parte de un empresario, del representante del Premier de la Provincia de Ontario y del Alcalde de Toronto, John Tory, quien después de su intervención inicia el conteo para la encendida del árbol, 10 segundos en cuenta regresiva, al que de inmediato se une la multitud que corea al unísono: “… cinco, cuatro, tres, dos, uno”, seguido de una exclamación de algarabía y nutridos aplausos cuando el árbol, de 18 metros de altura (el árbol navideño más alto en Canadá) se ilumina en su totalidad. Comento con mi acompañante que el evento es muy similar al encendido del árbol del Rockefeller Center (cuya altura varia cada año, entre 20 y 30 metros), en la Cd. de Nueva York, el cual presenciamos hace algunos años, y que constituye una de las tradiciones navideñas de la cultura occidental, al menos en Norteamérica. Posteriormente los asistentes iniciamos el recorrido por diversos puestos de bebidas, comida y artículos navideños, entre otras cosas. En el trayecto observo que el espacio ocupado por Salvation Army o ejército de salvación, una organización no gubernamental de beneficencia, es altamente concurrido debido a la participación de muchos niños, adolescentes y jóvenes, quienes interpretan temas populares, como Silent Night, The First Noel o Winter Wonderland, generando nutridos aplausos. Este tipo de eventos se replican por diversos barrios y localidades de la ciudad.

Una temporada de festividad que cada vez se prolonga más tiempo

Sin duda alguna, en la cultura occidentales y en los países que tenemos una fuerte influencia de ella, la Navidad es la temporada más bonita del año, como señala el título de aquella vieja canción que inmortalizó Andy Williams en la época de los 60 y que cada fin de año se escucha por doquier: It´s the most wonderful time of the year. Por ello mismo, cada vez se ha buscado prolongar esta época el mayor tiempo posible; y aunque en lo anterior tiene mucho que ver la iniciativa de las grandes cadenas comerciales, también existe un interés indudable de la gente para que así suceda. Recuerdo que hace poco más de una década me encontraba radicando en esta misma ciudad y que la ambientación navideña y las festividades de la época iniciaban a mediados del mes de noviembre. Ahora constato que muchas de ellas se realizan con bastante anticipación.

Atraído por lo anterior, desde hace algunos meses he venido realizando un registro de las actividades más relevante que tienen lugar en esta temporada. Llamó mi atención, por ejemplo, que el pasado 23 de octubre se inaugurara un nuevo corredor luminoso, adicional al alumbrado público, de casi dos kilómetros de largo, sobre Danforth Avenue, que inicia, de este a oeste, en Victoria Park Avenue y se extiende más allá de Maint Street. En los postes públicos, separados entre sí por una distancia aproximada de 10 metros, fueron colocadas figuras en espiral, en forma de conos, de entre 80 centímetros y un metro de altura, de diversos colores: azul, blanco, amarillo y fiusha, que se activan cuando oscurece, alegrando la vista de quienes habitualmente transitamos por esa zona de la ciudad. De igual manera, comprobé que por esa misma fecha varias cadenas de supermercado como Loblaws y Metro se encontraban totalmente decoradas con motivos navideños.

Un gusto desbordado por la música navideña

El pasado 12 de noviembre, al iniciar mi jornada laboral en punto de las 7:00 a.m. y como lo hago de manera cotidiana, encendí el radio, sintonizando la estación 98.1 de F.M. de música pop; unos minutos después escuché decir a una de las locutoras que a partir de esa fecha iniciaban su transmisión de únicamente música de Navidad las 24 horas del día y la noche, hasta el 31 de diciembre. Me trasladé en retrospectiva al 2007, año en que también me encontraba radicando en Toronto; en aquella ocasión era la estación 97.3 de F.M. la que realizaba esa transmisión del 15 al 31 de diciembre. Pero desde principios de ese mismo mes, los locutores comentaban que mucha gente preguntaba cuándo iniciarían las transmisiones de la música de Navidad, a lo que ellos respondían: “ya muy pronto”. Dos años después, en 2009 la transmisión de esa música se iniciaba el 1 de diciembre. A poco más de una década, es otra la estación la que realiza dicha transmisión, 98.1, pero ahora con mucha mayor anticipación: 12 de noviembre. Me percato de que, a pesar de la popularización de los dispositivos móviles, las aplicaciones y los nuevos servicios multimedia, aquí la radio tradicional continúa teniendo su importancia y sigue siendo escuchada en muchos hogares, así como en cafés, cadenas comerciales y edificios departamentales.

El año pasado, a mediados de diciembre, visité Ottawa, la ciudad capital, que como es natural se encontraba totalmente decorada e iluminada con motivos navideños. Al caminar por la calle Rideau, una de las principales arterias que cruzan el centro de la metrópoli, escuché música navideña a un volumen bastante perceptible, pero sin alcanzar a identificar su procedencia, en primera instancia. Más tarde pude constatar que en la parte superior de los postes situados en cada esquina de esa calle, habían sido colocadas dos bocinas para ese propósito. Tanto en la madrugada como en el transcurso del día y hasta altas horas de la noche la música no se interrumpía. Para quienes gustamos de la Navidad, el presenciar este entorno de decoración y luminosidad, y escuchar música de la ocasión, llega a trastocar algunos de nuestros sentidos más sensibles: el gusto, la vista y el oído, acrecentando el sentimiento de alegría que esta temporada nos genera.

Iniciativas que surge de una necesidad se convierte en gran atractivo navideño

En 2019, ante la prohibición para permanecer en lugares cerrados debido a la pandemia, sobre la calle de Bloor, en el tramo que cruza el centro de la ciudad, entre Church Street y Avenue Road, fueron colocadas bancas circulares con una franja horizontal redondeada en su parte inferior que se ilumina con los tradicionales colores navideños: rojo, verde, azul y blanco, alrededor de pequeños árboles navideños adornados con luces color blanco cálido, que de inmediato atrajeron la atención y concurrencia de mucha gente. Hoy en día, a pesar de los fríos intensos que se registran en el exterior, varias personas gustan sentarse en esas bancas para tomar un café, comer una rebanada de piza o simplemente pasar un rato con los amigos. Tal fue su éxito de esta ambientación que se ha venido replicando en los años posteriores; en este 2021 fue inaugurada desde el pasado día 19 de noviembre. Lo que surgió como una necesidad por la emergencia sanitaria, se ha convertido en un gran corredor luminoso de casi 3 kilómetros de longitud en el centro de la Ciudad, alegrando el ánimo de los transeúntes cada temporada invernal.

Así se vive la Navidad en Canadá, el segundo socio comercial más importante de México y uno de los representantes icónicos de la cultura occidental, cuyas costumbres y tradiciones cada vez influyen e impactan con mayor fuerza en la nuestra, algunas de las cuales, como ha sucedido en pasado, muy probablemente tenderemos a adoptar y adaptar, enriqueciendo las propias, lo cual hoy en día es una de las características del mundo globalizado.

 

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