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Disposiciones fiscales… ¡Rudeza innecesaria!

Disposiciones fiscales… ¡Rudeza innecesaria!

Mtro. Esdras E. Cruz y Cruz.

Uno de los documentos que integran la propuesta del paquete económico para 2021, es la miscelánea fiscal, en la que se proponen modificaciones y adhesiones al Código Fiscal de la Federación, Ley del Impuesto sobre la Renta, Ley del Impuesto al Valor Agregado y al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, entre los más destacados; por la trascendencia que tendrán los actos de la autoridad fiscalizadora (SAT) ante los contribuyentes, consistentes en nuevas atribuciones en el ejercicio de sus actuaciones, ahondaré al respecto sobre estas pretensiones. Algunos de los puntos sensibles de las propuestas de reformas al Código Fiscal de la Federación, es el de desarrollo de visitas domiciliarias y el uso de las tecnologías en el ejercicio de las atribuciones del SAT, las cuales serán discutidas ante el Congreso para su posible aprobación o modificación. En el ejercicio de sus actuaciones las autoridades fiscales pretenden incorporar el uso de herramientas como cámaras fotográficas y de video, grabadoras, teléfonos celulares y otros, que permitan recabar información que sirva de constancia de los hechos detectados por el SAT en sus actos de fiscalización. Los efectos que las autoridades fiscales buscan con esta propuesta, son robustecerlas herramientas de verificación fiscal, entre otros cambios que han generado más polémica están: los embargos a terceros relacionados con factureras; el uso de datos biométricos por el SAT; la regla general anti-abuso; causales para tener por no presentada la solicitud de devolución; ampliación de la actuación de la autoridad en la revisión del dictamen y excepción al secreto fiscal, entre otros. Para algunos especialistas, todas estas reformas tienen el objetivo de intimidar a las empresas a través de las súper facultades que ya desde el 2020 tiene el SAT(tanto la defraudación fiscal como delincuencia organizada y los actos ilícitos en contra del fisco, son considerados amenazas a la seguridad nacional) El gobierno de la actual administración federal prometió que no se aumentarían los impuestos ni se crearían nuevos, de ahí que la única forma de mejorar la recaudación es a través de los actos de fiscalización; sin embargo, en el proyecto de Decreto de Ingresos para el 2021, se refleja una disminución en la recaudación del impuesto al valor agregado, así como del impuesto sobre producción y servicios: (IVA 30mil millones de pesos menos; IEPS 5 mil millones de pesos menos),por lo que no parece ser congruente otorgar estas nuevas facultades al SAT en el impacto recaudatorio, al contrario, pareciera que no se está cuantificando o asociando con un incremento en los ingresos tributarios; por ejemplo, estos nuevos procedimientos de cobranza deberían reflejar que con estas medidas, se recuperará alguna parte del total del 1% del PIB que se pierde anualmente por evasión fiscal, es decir 249 mil millones de pesos. Por otra parte, actualmente hay 1.6 billones de pesos en litigios derivados de reglas y disposiciones que permiten la elusión fiscal y en ese sentido, muchas de estas, sorprendentemente, no fueron eliminadas; otro dato significativo que no preocupa ni ocupa ningún espacio en la miscelánea fiscal, es el enfocarse en una fiscalización institucional a los grandes contribuyentes que pagan solo el 2.2% del ISR cuando deberían pagar una tasa del 35% tratándose de alrededor de 13 mil empresas que representan el 65% de la recaudación total; hoy en día la mayor recaudación del total del ISR viene del 44.6% de las retenciones a los salarios y 49.4% de las empresas y solo 2.6% de las personas físicas.

No con reformas que legalicen el abuso de las autoridades fiscalizadoras, ni mediante un apretón de tuercas, basta para fortalecer la recaudación, como se prevé en el proyecto de Decreto de Ingresos para el 2021.

Al respecto, en mi opinión, se necesitaría una reforma fiscal más profunda para los rubros importantes, para los grandes evasores del país; hoy por hoy, los ingresos tributarios en México equivalen al 13.4% del PIB, muy lejanos del 35% promedio de la OCDE y muy por debajo también, del promedio del 20% que recaudan los países latinoamericanos, esa es la verdadera tarea, la realidad de México es que es uno de los países con menores ingresos tributarios en todo el mundo.

En los últimos 30 años de mi vida profesional he podido constatar la intención de los gobiernos existentes en ese entonces, para realizar una reforma al sistema impositivo que mejorara el panorama de los ingresos, fracasando esencialmente por la oposición en la Cámara de Diputados derivada de su conformación parlamentaria. En ese sentido, el gobierno de la cuarta transformación, con responsabilidad y con la ventaja de la mayoría necesaria para legislar un nuevo sistema tributario, tiene la gran oportunidad para efectuar el cambio impositivo que México necesita para que todo mundo pague correcta, cabal y oportunamente; así y solo así, se contribuiría a la transformación y al desarrollo con bienestar y con igualdad. Pasar de una versión fiscal más, culpando a los actores políticos ya las desafortunadas e ineficaces acciones de los gobiernos que anteceden a la actual administración. No se requieren rudezas, intimidaciones ni súper poderes, se requiere una gran reforma al sistema impositivo mexicano. ¡No hay excusa!

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