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7 de noviembre de 1917 triunfo de la revolución rusa

Dr. Gilberto de los Santos Cruz

Este 7 de noviembre se cumplieron 106 años del triunfo de la Revolución Rusa dirigida por Lenin, el triunfo de la antigua Unión Soviética se convirtió en la esperanza de muchos revolucionarios de todo el mundo y ofreció un camino de desarrollo alternativo muy distinto al del capitalismo liberal.

La Revolución de 1917 dio vía libre al nacimiento de la Unión Soviética. Su legado marcó la política del siglo XX y ha dejado una huella indeleble en el mundo contemporáneo. Pero cuando dio sus primeros pasos en el gélido mes de febrero de aquel año, no fueron pocos los revolucionarios que la despreciaron.

El primer indicio de que estaba sucediendo algo importante se vio en la celebración del Día Internacional de la Mujer, el 23 de febrero de 1917 (según el calendario ruso entonces en vigor; 8 de marzo en el calendario gregoriano*). En el centro de la capital imperial, Petrogrado –la antigua San Petersburgo–, se concentraron las masas de mujeres trabajadoras de las fábricas. A pesar de que se les unió una multitud de obreros descontentos y hambrientos, algunos revolucionarios se mostraban escépticos sobre lo que podía suceder. Alexander Shlyapnikov era una figura destacada dentro del movimiento bolchevique, cuyo líder, Lenin, estaba exiliado desde 1905. El 25 de febrero, Shlyapnikov comentaba: «Dadles a los trabajadores medio kilo de pan y el movimiento se desvanecerá».

Las raíces del descontento ruso eran muy profundas. Bajo el zar Nicolás II, en el trono desde 1894, hubo hambrunas en el campo y se agravó la explotación y la miseria en las ciudades a causa de la incipiente industrialización. La revolución de 1905, desencadenada tras la sangrienta represión de una manifestación en San Petersburgo, fue seguida por una cierta liberalización política, con la introducción de un parlamento o Duma, una Constitución y partidos políticos.

Una década después, la conflictividad había aumentado y las tensiones sociales y económicas se magnificaron con la entrada de Rusia en la Gran Guerra, en 1914. Petrogrado, próxima a la frontera alemana, era un hervidero de soldados y de trabajadores hambrientos que soportaban sus padecimientos junto a lujosos palacios. A principios de 1917, la ciudad, agotada por la guerra y la escasez de alimentos, era un polvorín; la ira y la desesperación se dirigían contra quienes ostentaban el poder.

Lo que sucedió entonces no fue sólo una revolución, sino una multitud de revoluciones; un rechazo no sólo del Estado, sino de todas las autoridades: jueces, policías, cargos públicos, oficiales de las fuerzas armadas, sacerdotes, profesores y terratenientes, todos los padres y maridos de mentalidad patriarcal. Las protestas no se desvanecieron, sino que a finales de febrero crecieron como una bola de nieve y empezaron a aparecer las pancartas y banderas rojas que llamaban a derrocar a la monarquía.

A pesar de los desórdenes, las autoridades podrían haber contenido la situación simplemente evitando el choque directo con las masas, pero las fuerzas zaristas abrieron fuego y hubo muertos entre los manifestantes. Las protestas se convirtieron en una auténtica revolución cuando los participantes irrumpieron en el cuartel del regimiento Pavlovski. Los soldados, en vez de atacar a los manifestantes, se unieron a ellos, y algunos incluso llegaron a disparar contra sus propios mandos. Muy pronto, las autoridades se quedaron privadas de capacidad militar en la capital.
La difusión de la revuelta hizo que algunos pensaran que eran los partidos socialistas quienes se encontraban detrás de las protestas, pero lo cierto es que estaban lideradas por soldados, obreros y estudiantes cuyos nombres no aparecen en los libros de historia.

El 27 de febrero, una multitud entró en el palacio de Táuride, sede de la Duma, en busca de líderes. Allí se eligió un consejo de trabajadores o sóviet. La mayoría de líderes del sóviet de Petrogrado no tenía la intención de hacerse con el poder. Lo que querían era que los dirigentes de la Duma –demócratas burgueses– formasen un gobierno, en la línea de lo que pensaba Carlos Marx, para quien la revolución burguesa debía ser la antesala de la revolución proletaria.

El 1 de marzo se formó un gobierno provisional. El sóviet se comprometió a darle su apoyo siempre y cuando asumiera una larga lista de principios democráticos que ponían en cuestión la autocracia zarista. Estaba claro que el régimen sólo se podría mantener con la fuerza de las armas. Pero ante el curso desfavorable de la guerra para Rusia, tanto el estado mayor como la Duma instaron al zar a abdicar. El 2 de marzo de 1917, Nicolás II, que se había quedado sin apoyos, renunció al trono. El fin de la monarquía fue recibido con muestras de júbilo a lo largo de todo el Imperio, y sus símbolos fueron destruidos: blasones, escudos, águilas bicéfalas y estatuas de zares.

1. Lenin luchó por la construcción de un Partido revolucionario de la clase obrera, un Partido guiado por la teoría marxista.

para saber más El Partido Comunista (bolchevique) dirigido por el líder revolucionario ruso Vladimir Ilich Ulianov, mejor conocido como Lenin, fue protagonista de la insurrección armada de los obreros, campesinos y soldados en octubre de 1917, que conllevó al triunfo de la revolución socialista rusa el 7 de noviembre de 1917. Te invito a conocer los hechos claves que llevaron al triunfo de la Revolución Rusa1. Lenin luchó por la construcción de un Partido revolucionar

2. La existencia de un partido marxista-leninista fue decisiva para que el proletariado conquistara y retuviera el poder, basándose en la alianza obrera-campesina.

3. Los aportes de Lenin significaron una nueva etapa en el desarrollo del marxismo. 

4. El proletariado como clase pudo dirigir la lucha por revolucionar las relaciones de producción, modificando las relaciones humanas en el proceso de trabajo y decidiendo colectiva y democráticamente sobre el tiempo de trabajo social necesario que los productores entregan a la sociedad y el tiempo libre de que disponen y sobre la distribución del producto social.

5. En un plazo histórico en la Unión Soviética (URSS) se creó una potente industria moderna y se pasó de la escasa producción agrícola individual con arados (herramientas) de madera a cooperativas y haciendas estatales que reunían cada una el trabajo de cientos de campesinos dotados de maquinaria y técnica moderna.

6. Se terminó el analfabetismo que oscilaba en el 75 por ciento y los hijos de los obreros y de los campesinos accedieron a la enseñanza politécnica y universitaria.

7.  En la URSS se reconocieron 169 etnias en distintos niveles de estructuras estatales: Distritos Nacionales, Regiones Autónomas, Repúblicas Federadas y Repúblicas de la Unión.

8. Algunos pueblos lograron por primera vez que la escritura de sus lenguas originarias fuera reconocida.

9. Mientras el capitalismo estaba seriamente afectado por la gran crisis de 1929-33 y decenas de millones de personas estaban en la miseria, en la URSS, bajo la dirección del Partido Comunista encabezado por Stalin, se terminaba con la desocupación forzosa y se producía el gran salto a la colectivización y la industrialización.

10. Los aportes teóricos de Stalin sobre el poder revolucionario fueron impactantes en época del imperialismo y ahora.

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