Dr. Gilberto de los Santos Cruz
A quienes nos interesa lo que ocurre en el país, es decir los diversos problemas sociales y políticos por los que se atraviesa permanentemente intentamos reunirnos con otros actores para comentar eso que ocurre. Sin embargo, existen Políticos de Café. Así se les reconoce a aquellos asiduos a las mesas de determinados cafés a platicar acerca de todos los temas de la vida en comunidad, especialmente los que tienen que ver con el análisis de la acción gubernamental de todos los niveles; de temas preelectorales, para adivinar quienes serán candidatos, de temas relacionados con las jornadas electorales, y desde luego, para, una vez pasadas las elecciones, hacer sus apuestas en torno a quienes integrarán, el gabinete, y luego de ello, quienes caerán, etc. En esas mesas se arregla el mundo, se desarregla y se vuelve a arreglar. La referencia al café no es por su afición a tomar café, sino por su asiduidad a determinado lugar a platicar tomando café, sin que necesariamente se distinga por ser militante o activista de algún partido político.
Los cafés son espacios por excelencia de opinión publica ahí se comenta analiza y se duele la vida. Por supuesto también la vida política, inclusive es frecuente encontrar en muchos de esos espacios mesas dedicadas casi exclusivamente al análisis político. En cada ciudad hay al menos un café restaurante emblemático con sus respectivas mesas políticas. A ellos acuden por supuesto políticos en activo, políticos en espera de ser llamados, funcionarios, periodistas, curiosos analistas, en fin.
Las mesas políticas no suelen ser las favoritas de quienes atienden y sirven en los cafés pues tienen fama de no ser los clientes más amables y más generosos. En esos espacios no hay tema que se escape, pero cuáles son los temas favoritos de los analistas de café, comentaremos algunos temas.
El futurismo político el futuro es un ingrediente esencial para el analista político de café. Es el oxígeno de la especulación elemento que nutre la conversación en la mesa política, Quien será el candidato, acertaran las encuestas, prenderá o se desvanecerá los candidatos independientes, como estará conformado su gabinete. Para todas estas preguntas siempre hay una respuesta, los argumentos transcurren a la par de los sorbos de café, la realidad política se entreteje en cada uno de los integrantes de la mesa. Finalmente se concluye que hay que esperar que sucedan las cosas.
El análisis de las decisiones políticas en cada acción u omisión de Gobierno tiene una teoría conspirativa en la mesa del café. Siempre se hizo para afectar, beneficiar o desplazar a alguien. El analista de café pocas veces acerca datos duros para su análisis. Sus dichos se basan casi siempre en la fuente privilegiada que no puede revelarse o en las clásicas frases. “Se dice por ahí”, “dice la gente”, “de acuerdo a mis contactos”. En esta mesa no pueden faltar los angustiadores profesionales para quienes todo lo que pasa en los centros de poder terminarán por hundir tarde que temprano a la sociedad. Los analistas parecen saberlo todo. La sucesión presidencial. La especulación sobre la elección y quien será el próximo Presidente de México, nunca puede faltar en una típica mesa de analistas políticos de café. Al menos cinco años antes se comienza a discutir el tema Las encuestas, esa bola de cristal en crisis fomenta desde hoy la especulación. Los analistas de café suben, bajan y mantienen candidatos con las más diversas y a veces extrañas variables. Este tema es un paraíso para la especulación. Y dura años y casi lo que dura un sexenio.
La conformación del Gabinete. Nada hay más tenso para quien ha ganado una elección para un cargo ejecutivo, que armar su gabinete. Su suerte está ligada en mucho a esta decisión. Por eso en muchos casos esta decisión se deja al final. Los analistas de café se impacientan con este hecho y empiezan a conformar desde la especulación una y otra vez los Gabinetes. Ponen y quitan, ordenan compromisos políticos, reparten espacios políticos a los grupos de interés. Finalmente, casi siempre ocurren sorpresas.
Los políticos de café arman planteamientos, proponen consulta a las bases, tienen sus propias encuestas, critican el piso parejo. Critican la política asistencialista, proponen la segunda vuelta electoral y en algunos casos comparan al Gobierno de México con países como Cuba, Venezuela, Nicaragua y Colombia. Muchos analistas y políticos de café, señalan que los dictadores piensan que no los podrán derrocar y que no imaginan otro escenario más que su permanencia en el poder. Se olvidan que no hay mal Gobierno que dure cien años ni pueblo que lo aguante.
