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Tiene el sur de Chiapas corredor de obras “fantasma”

  • Fueron anunciadas en gobiernos anteriores para beneficio de productores de carne, granos y combustibles, pero hoy son sólo ruinas

José Cancino / Corresponsal Diario de Chiapas

Huixtla, Chiapas.- Desde Unión Juárez hasta Huixtla, el sur de Chiapas tiene un corredor de obras “fantasma” que en sexenios pasados fueron anunciadas como detonantes económicos y benefactoras para pobladores de, al menos, 14 municipios.

Hoy, rastros, procesadoras de café, plantas de tratamiento y otras industrias están convertidas en refugio de maleantes, paracaidistas y en el total olvido, con el sello de corruptelas y desvío de recursos millonarios.

En la carretera que lleva hacia el volcán Tacaná, en Unión Juárez, se encuentra la Torrefactora de café, anunciada por el entonces gobernador Juan Sabines Guerrero con una inversión mayor a los 25 millones de pesos.

Según dijo en aquel tiempo el actual cónsul de México en Florida, esta “magna” obra sería de beneficio para 750 caficultores en la región y contaría con secadoras, centros de acopio, área de etiquetado y envasado, camiones para su distribución, entre otros módulos, pero todo quedó en promesa y ahora es solo un elefante blanco, insignia del gobierno sabinista.

Kilómetros abajo, en el municipio de Cacahoatán, se encuentra la Terminal de Cortos Recorridos, un sitio que en la actualidad sólo sirve para consumir bebidas embriagantes y no ser molestado por nadie.

En enero de 2017, el entonces gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, inauguraba esta terminal en la que se invirtieron 30 millones de pesos, según informó en ese entonces el área de comunicación social. Todo fue un engaño.

Otra magna obra de la que incluso fue testigo la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en noviembre de 2010, fue planta de procesamiento de biocombustible.

En ese entonces, Juan Sabines Guerrero presumió este complejo que procesaría la palma africana para generar combustible y dotar con esto los camiones conocidos como Tapachuteco-bus. Nunca operó y ahora está inmersa entre matorrales, despilfarro de dinero y el olvido en Puerto Chiapas.

Se suman a la lista el rastro frigorífico situado sobre la carretera Huixtla – Villa Comaltitlán, en el cual se anunció a los ganaderos de la región Soconusco que podrían sacrificarse hasta 200 reses diarias para el consumo local, estatal y nacional.

Hoy el rastro es solo un muladar habitado por supuestos paracaidistas que se han asentado allí desde hace años.

La textilera dentro de la cabecera municipal de Huixtla es otro fantasma que ronda desde 2003, durante el gobierno de Vicente Fox Quesada.

El complejo albergó por poco tiempo mil 500 máquinas de costura dentro de las bodegas que dio en comodato la empresa Tabamex, con la generación de más de tres mil 500 empleos.

Sin embargo, denuncias de maltrato y sueldos bajos comenzaron a provocar la debacle de esta textilera, que ahora está convertida en la bodega de una ensambladora de autopartes.

La planta de beneficio de ajonjolí (Mazatán) y la aceitera ( Huixtla) cierran esta lista de obras que dejaron de operar, aunque en el caso de esta última lugareños han señalado que reinició operaciones.

Obras que fueron promesa de desarrollo en la frontera sur, hoy convertidas en ruinas.

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