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La verdadera migración se da en la frontera sur, desde que les ofertaron trabajo a los extranjeros

Comentario Zeta 

Carlos Z. Cadena  

 

La verdadera migración se da en la frontera sur, desde que les ofertaron trabajo a los extranjeros

Muchos de los que no viven en esta frontera sur, opinan sobre el fenómeno migratorio que en los últimos días se ha convertido en el “Talón de Aquiles” dela propia cuarta trasformación, pero se encuentran totalmente desfasados de la realidad, y no se coincide en un poder de la verdad de lo que está ocurriendo en esta puerta fronteriza de México.  Dice el Presidente López Obrador que la migración debe de ser opcional y no forzada, desde luego que sí, pero en el caso de la frontera sur, el forzamiento, la coacción vino desde que se dijo que se les pagaría un buen salario a los extranjeros de Centroamérica, y que había un programa denominado “Sembremos vida” en Tapachula, el más grande del país, donde podrían trabajar los migrantes que llegaran a México.  

Esta ocurrencia    para muchos mexicanos y lo peor para investigadores del Colegio de la frontera sur, una vil vacilada, originó que después de esta invitación que realizó  el Presidente López Obrador, desde el 2018, los éxodos de extranjeros empezaron a crecer, hasta llegar a la llamada “caravanas” y después “caravanas madres”, y hay hasta declaraciones de hermanos centroamericanos que dijeron que venían a México porque el Presidente López Obrador,  había dicho que se les pagaría a los extranjeros que trabajaran en México.  

Para muchos analistas de esta frontera sur, estas migraciones extranjeras que están inundando desde 2018, en que México firmó el Pacto de Marrakeish para una migración ordenada, segura y regular, es la verdadera esencia de que la gente se esté viniendo más por las promesas laborales  y salariales de López Obrador, que, por la pobreza y la inseguridad que dice que hay en Centroamérica, porque  desde los 70 y 80 empezaron los primeros éxodos de centroamericanos huyendo de las guerrillas de los países de esta franja territorial, y fue cuando también empezó “El sueño americano” para esta población extranjera.   

Después de esos años se siguió esta fórmula de tránsito a la que se les llamó, “los ilegales o indocumentados”, que eran los primeros que llegaban a Chiapas –Ciudad Hidalgo y Tapachula-  en grupos burlando siempre el rio Suchiate, porque cada año es más que baje el nivel del agua a que suba, y se da justamente en la temporada de lluvias.  Se empezó hacer una forma de vivir de que extranjeros de Guatemala, El Salvador y Honduras, empezaran a trasladarse a México y era lo más normal, sin embargo, después de estas invitaciones y casi “llamados” laborales -2018- creció la migración Centroamericana, pese a que Donald Trump en ese momento como Presidente de los Estados Unidos, venia amenazando con construir el famoso muro.   

Pues con todas estas amenazas, intimidación o chantaje del Presidente Trump, como se le quiera llamar, la población de Centroamérica estaba entusiasmada, apasionada y casi fanática y no miraban el “Muro de Trump”,  menos los gritos y manotazos del expresidente gringo, sino miraban a un mesías mexicano que les ofrecía trabajo y que les iba a pagar, pues esto también se llama “forzamiento” de una oportunidad de trabajo que nunca se había escuchado, y ahí están las estadísticas de extranjeros que  son los números más grandes en la historia de éxodos y caravanas desde el 2018 hasta ayer. Fue el llamado forzado a que se vengan a trabajar y aquí pagamos bien, y eso no se dice en “La mañanera”. Quien no se viene así.  

Entonces no fue opcional, este fenómeno migratorio sino forzado salarialmente a que se vengan a trabajar a México y ahora se sabe que no solamente era para el programa “Sembremos vida” en Tapachula, sino para conformar un padrón de trabajadores centroamericanos para las grandes obras del sur del país, como “Dos Bocas”, el Tren Maya y el Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y para los periodistas de Tabasco “Dos Bocas” ya está Centroamericanizada y una parte el Tren Maya. 

 Pero el problema ya no es Centroamérica, sino que esta noticia de las salidas de las caravanas en Centroamérica, aligeró que otros piases como Cuba y Haití, se desprendieran para llegar a Centroamérica y también cruzar a México (Mas allá de sus problemas sociales y sísmicos) para buscar el “Sueño Americano”. Pues también lo vieron fácil el transitar por todo el territorio mexicano y cruzar a los Estados Unidos, y ojo estábamos hablando de cuando Donald Trump estaba “encambronado” diciendo que ya no iba a ver migración ilegal que cruzara a su país. Fue otra inundación de migrantes que se exteriorizo por el país.   

Pero viene la africanización de la frontera sur, y al menos más de 25 países del continente africano empiezan a llegar también en demasía y en un exceso total a Tapachula, y todos se hacían de los “desentendidos “y distraídos, desde la secretaria de Relaciones Exteriores, pasando por Gobernación, y llegando a “Las Mañaneras”, pero la bomba social se estaba creando en Tapachula. Invitaron a los Centroamericanos a venir a trabajar a México prometiéndole sueldos decorosos, y lo aprovecharon Cuba, Haití, África, República Dominicana, y hasta población árabe que en el 2019 y 2020 hubo muchos grupos en Tapachula que se distinguía por sus turbantes y túnicas y esos se fueron rumbo a los Estados Unidos. Fue un fenómeno donde todo fue forzado. 

Hoy explotó el problema migrante y México, y ya es el país que más viola los derechos humanos de extranjeros en el mundo, ante las corretizas y golpes que se dan en las carreteras de Chiapas. Y lo peor es que todavía nuestro Presidente López Obrador, le dice a los Estados Unidos, que inviertan en Centroamérica en “Sembremos vida” y los que se porten bien que el gobierno gringo les diera –les dé-  una visa de cortesía. Ni Rusia ni China ni Alemania les había ordenado tanto a los Estados Unidos. La visión de López Obrador es totalmente distinta a lo que puede pensar un habitante de la frontera sur y peor aún el actual Presidente de los Estados Unidos como Joe Biden.   

El grave problema es que este pensamiento de López Obrador nos llevó entre las patas a los chiapanecos, que hasta movió el lápiz geográfico de la frontera sur para trasladarlo al límite entre Oaxaca y Veracruz y que Chiapas se convirtiera en un corral o campo de concentración de refugiados de todos los extranjeros que se internan por la frontera sur. Durante años se hacían convenios internacionales con Guatemala, hoy Guatemala y México están tan distanciados en desarrollo regional, que no hay absolutamente nada de estrategia de desarrollo regional entre ambos países.   

El Presidente Alejandro Giammattei, cuando asumió el gobierno guatemalteco promovió el proyecto binacional de Zona Económica entre ambos países, nunca respondió López Obrador, porque su estrategia ya estaba marcada de que desde Veracruz y Oaxaca estaría el desarrollo de su gobierno y Chiapas solamente para recibir a los extranjeros, esos que les prometió pagar para “sembremos vida” y las obras de los otros estados siempre y cuando sacaran su documento oficial en Tapachula y así poder transitar por el país. Que maldad, que ni siquiera hay obras federales de la 4T, y las que se inauguran son de la tercera trasformación y otras con apoyo del estado de Chiapas. Increíble…Dixe.   

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