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Las fuerzas armadas como pilares para la llamada cuarta transformación

Alto Mando

Miguel Ángel Godínez

 

Las fuerzas armadas como pilares para la llamada cuarta transformación

A tres años de la administración de López Obrador no se han dejado de señalar las excesivas tareas que el ejecutivo ha puesto en manos del Ejército Mexicano, algunas fuera de las funciones constitucionales de la milicia. Nunca se ha dudado de su gran capacidad para resolver y cumplir, incluso para resistir las crisis políticas en las que los mandatarios los han implicado. Disciplina y subordinación como el rector más apreciado por el militar y el pueblo, aunado al poder operativo en planeación y ejecución que le distingue, son las razones para que un hombre, reacio en compartir el control como lo es el Presidente López Obrador, ponga en manos del Gral. Secretario Cresencio Sandoval la custodia y gestión de asuntos de alta prioridad para su gobierno. Sin embargo, una muy importante, si no es que la más importante para las Fuerza Armadas, es la Seguridad Nacional, tarea en la que aún no se logra pacificar al país, ni obtener los resultados que exige una sociedad que se encuentra bajo una ola de violencia sin tregua, ni control. Crecen los territorios ingobernables para el estado controlados por el crimen, el índice de homicidios va al alza y el desafío para enfrentarlos de la manera en que se permite enfrentarlos cada vez es más peligroso para todas las autoridades encargadas del orden público y de la Seguridad Nacional acéfala desde el inicio del mandato morenista. No tener un líder capaz y empoderado desde la Presidencia para dirigir y redirigir la estrategia de combate a organizaciones criminales le ha costado imagen y aprobación al Gobierno Federal, quien hoy finalmente por los últimos eventos y declaraciones parece depositar en la Guardia Nacional el futuro plan de seguridad. Aquel hombre que difícilmente acepta datos que no le son favorables, en la inauguración de una instalación más para la GN declaró que de no lograr resolver el tema de la violencia, no será reconocido como un buen gobernante. Al presidente ya se le nota preocupado por no tener control del Estado en términos de seguridad y, por si fuera poco, la presión de fuera se torna ríspida con la visita sorpresiva de altos funcionarios encargados de la Seguridad Nacional de los Estados Unidos de Norteamérica, incluyendo, la pasada visita de la Vicepresidente que sólo vino a tratar asuntos de interés en seguridad binacional, disfrazados de cordialidad y temas sociales, pero contundentes respecto a lo que está pasando en sus fronteras y en la nula pacificación interna de México. La endeble confianza entre ambos países se agudiza por discrepancia en los acuerdos de colaboración con la DEA que han paralizado las investigaciones sobre narcotráfico que tenía en curso la agencia y el fortalecimiento de cárteles y denuncias cada vez más evidentes sobre su involucramiento en la vida pública del país, son razones que sin duda debilitan frente a EU al Estado Mexicano. López Obrador empieza a darse cuenta que debe gobernar para la Seguridad Nacional escuchando a sus funcionarios en este tema más cercanos, apoyando reformas necesarias para una nueva realidad, definiendo la cabeza de quien dará el ancho para tomar las riendas de resolución al problema que le da vida a todos los demás. Por lo pronto al Ejército Mexicano le da luz verde para una reforma orgánica dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional que implica en una nueva dirección operativa al frente del primer Comandante del Ejército Mexicano, un General con aptitudes suficientes para desempeñar la responsabilidad de comandar al Ejército y equilibrar los mandos entre la Fuerza Aérea, la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano. Una reforma estructural que le permitirá al Gral. Secretario y a sus generales más cercanos junto con su Estado Mayor tener una mayor libertad y detallado desempeño para seguir siendo la Institución en la que el Presidente deposita la esperanza de alcanzar los propósitos de un proyecto de gobierno, que se ha visto mermado por los miles de muertos que la peor ola de violencia en el país ha dejado. El Gral. Eufemio Ibarra, designado para este nuevo cargo, cuenta con una importante trayectoria como comandante de Región, una muy amplia experiencia como Licenciado con Maestría en Administración Militar, Seguridad y Defensa Nacional. Conoce el campo en situaciones críticas y se ha ganado el respeto de sus subordinados quienes lo describen como un jefe afable y empático con sus soldados. Sin duda un buen perfil para desempeñar tan honroso y exigente cargo, que más allá de generar muchas otras lecturas, servirá para profesionalizar la nueva realidad de las Fuerzas Armadas en beneficio de la vida pública de nuestro país.

De manera sorpresiva que nadie esperaba, en el taller Interinstitucional sobre actualización en materia de Justicia Penal en el que participó la SEMAR y en presencia del Presidente de la SCJN Arturo Zaldívar, el Secretario de Marina Almirante Rafael Ojeda se disculpó públicamente con el Poder Judicial por haberlo calificado en meses pasados como enemigo del Estado. Muy bien vista su disculpa porque muestra el reconocimiento del Almirante Ojeda de la necesidad del trabajo conjunto con el órgano judicial, siendo los marinos operadores del Sistema de Justicia Penal. Sin embargo, nos gustaría pensar que dicho acto del Almirante fue el resultado de una profunda reflexión y no de alguna presión externa por el tiempo que en ella tardó, pues la unión para enfrentar los retos de estos nuevos tiempos reclama la colaboración coordinada, el respeto y el trabajo interdisciplinario.  El comité de autoridades invitadas al evento de entrega de la concesión aeroportuaria del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles estuvo cuidadosamente integrado por quienes de alguno u otra forma comparten los intereses de la nación en un proyecto de tanta relevancia como es el nuevo Aeropuerto Internacional de México; los Gobernadores del Estado de México y de Hidalgo por compartir el territorio de su ubicación, la presencia de los tres Poderes de la Nación representados por el Presidente López Obrador como el Poder Ejecutivo, el Presidente de la SCJN Arturo Zaldívar por el Poder Judicial, Dolores Padierna en representación del Poder Legislativo y el Gral. Secretario por ser el responsable de la construcción del mismo. Quien parece que sólo fue invitada y no representa ningún interés de su gobierno en el proyecto fue la Jefa de Gobierno de la CDMX, sin embargo, fortalece la idea tan vitoreada de ser la candidata de López Obrador para el 2024, demasiada anticipación podría descarrilarla.

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