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Leopoldo Mendívil

¡Todos unidos por el Estado de Derecho!

LIC. JESÚS RAMÍREZ CUEVAS, DIRECTOR DE COMUNICACIÓN SOCIAL, PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA:

+La posverdad tiene que ver con la pereza mental. Se aprovecha de los sesgos, de lo que preferimos pensar.

Daniel Gascón

Ahora sí que no se midió su jefe. En las dos últimas mañaneras, Andrés Manuel López Obrador nos brindó dos joyas de su manejo de la posverdad, la tercera “P” de su estilo de gobernar.

Por si usted no leyó mi columna de ayer, déjeme decirle que me referí al libro La venganza de los poderosos, que expone las tres “P” de todo gobernante con aspiraciones autócratas. Las “P” se refieren al populismo, la polarización y la posverdad.

He aquí los más recientes intentos de AMLO por manipular la realidad y fortalecer su discurso:

Don Andrés criticó ayer la convocatoria a la marcha que se realizará en febrero en defensa del Instituto Nacional Electoral y en repudio a su Plan B de la Reforma Electoral. Pues bien, su jefe dijo que “lo que quieren es seguir atacándonos, a lo mejor lo que están buscando ahora es salir a la calle para decir ‘el INE no se toca’, pero lo del fondo sea el decir que ‘García Luna no se toca’.”

Tal declaración es delirante, por decir lo menos, pero muy útil para la posverdad amloísta, en el sentido de que todo aquel que marche en defensa del INE es, automáticamente, un ser corrupto y vinculado a Genaro García Luna (GGL), ex secretario de Seguridad, hoy sometido a juicio en Nueva York. En cualquier descuido, hasta mi abuelita o mis nietos resultan fans de GGL.

Pasemos a la segunda joya:

“Cuesta defender a García Luna,” afirmó anteayer el presidente, “porque tiene que ver con ese pasado (…) y el proyecto que avalaron las élites. No solo los traficantes de influencias, sino también los medios de información, los intelectuales orgánicos, los alcahuetes del régimen… Sin escrúpulos morales de ninguna índole… Sectores de clase media, aspiracionistas, porque querían establecer como forma de vida ‘el que vale es el que tiene’”.

Me referiré al ámbito que me corresponde, el de los medios de comunicación. Desde que GGL estaba en funciones fue objeto de continuos señalamientos por parte de muchos periodistas, empezando por Anabel Hernández, Denisse Maerker y Peniley Ramírez. Esta última difundió los malos manejos de GGL en la Secretaría de Seguridad Pública, con base en el reporte 2011 de la Auditoría Superior de la Federación.

Las críticas le llovieron a GGL en 2013, cuando Florence Cassez fue puesta en libertad por violaciones al debido proceso en su acusación por secuestro. Más aún y sobre el caso, el brillantísimo escritor Jorge Volpi publicó la obra “Novela criminal” que le mereció el premio Alfaguara.

No me chupo el dedo y tengo claro que en todos los gremios hay algunos elementos cooptados, pero puedo asegurarle que son los menos. No se vale estigmatizarlos a todos.

Entiendo que en la lógica del presidente se quiera sacar raja política del juicio a GGL, pero me parece de mal gusto e innecesario que tenga una sección en la mañanera, siendo que todos los medios impresos, radiofónicos, televisivos y digitales le dan amplia cobertura.

En los programas de opinión, el consenso es de crítica no solo a este personaje, sino a toda la estrategia contra las drogas emprendida en México desde hace 16 años, la cual hasta la fecha ha dado muy magros resultados y tiene a gran parte del país bajo el yugo de las distintas bandas del crimen organizado.

Hay un punto nodal en las relatorías mediáticas sobre el proceso de GGL: La incapacidad del Estado Mexicano para armar una buena carpeta de investigación y llevar a juicio a este tipo de personajes.

Habiendo ya estado cuatro años en la Presidencia, ¿qué tiene que decirnos sobre esto el inquilino de Palacio?

Nada hasta ahora.

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

Lmendivil2010@gmail.com

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