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Leopoldo Mendívil

¡TODOS UNIDOS POR EL ESTADO DE DERECHO!

DR. JORGE ALCOCER,

SECRETARIO DE SALUD: 

+Ética es saber la diferencia entre lo que

puedes hacer y lo que es correcto hacer

Ptter Stewart

En lo que va del sexenio usted ha dado muestras fehacientes de fungir como florero en la Secretaría a su cargo, dejando a su subalterno Hugo López-Gatell (HLG) hacer y deshacer con la salud de los mexicanos.

Aun así, me dirijo a usted para ver si tan solo por una ocasión detiene la última aberración de HLG. Me refiero a la cancelación de 30 Normas Oficiales Mexicanas (NOM) relacionadas con la salud.

Las normas de salud no se hicieron para gastar el papel del Diario Oficial de la Federación; forman parte de las políticas públicas en la materia y se establecen para determinar estándares mínimos de calidad en beneficio de los pacientes y evitar discrecionalidades en las instituciones públicas y privadas, en cuanto a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades.

Para no inventar, me di a la tarea de echar un ojo a la NOM-014-SSA2-1994. Muy claramente indica que su objetivo es “uniformar los principios, políticas, estrategias y criterios de operación para la prevención, diagnóstico, tratamiento, control y vigilancia epidemiológica del cáncer cérvico uterino (CCU)”.

Dos aspectos llamaron mi atención: Primero, que la NOM pone énfasis en la detección oportuna, para luego pasar al tratamiento y el control de la enfermedad. Segundo, establece qué hacer para efectos estadísticos y de vigilancia epidemiológica.

Ambos aspectos son relevantes, porque según informa la “Hoja de datos sobre cáncer de cuello uterino 2019, (…) en México, desde 2006, el CCU es la segunda causa de muerte por cáncer en la mujer. Anualmente se estima una ocurrencia promedio de 13,960 casos, con una incidencia de 23.3 casos por cada 100,000 mujeres.” Nuestro país tiene la más alta mortalidad de CCU dentro de los países de la OCDE.

Sin embargo, dice HLG que las NOM no son necesarias, pues “en México, el sector Salud brinda atención integral médica sin que sea necesaria una NOM.” López-Gatell miente, una vez más. Ni hay “atención integral”, ni la 4T está respetando las NOM; ahí están los tres mil niños muertos por falta de quimioterapias y los diabéticos sufriendo por la escasez de insulina.

Pero volvamos al CCU como ejemplo. Si no hay una NOM que obligue a las instituciones públicas de salud a llevar a cabo labores preventivas o de seguimiento a los casos comprobados, mucho me temo que los casos van a aumentar. Tampoco lo sabremos bien a bien, porque no habrá estadísticas.

Esto nos lleva al segundo problema: si no hay datos duros, no habrá manera de asignar los recursos públicos para atender una enfermedad de tanto riesgo para nuestras mujeres.

Para corroborar mi hipótesis, platiqué con un amigo médico internista, con amplio reconocimiento en México y en el extranjero y quien ha dedicado su vida a trabajar en el sector público y privado; llamémosle Dr. González. Él me indica que al no haber NOM, una institución puede determinar unilaterlamente que los estudios de control se hagan cada año y otra cada dos años, según les parezca distribuir los recursos cada vez más escasos. Porque la 4T ha recortado al sector Salud un montón de dinero, eso sin contar con el agotamiento del fondo de gastos catastróficos cuyos dineros nadie sabe a dónde se fueron.

Otra afectación seria es de las enfermedades raras, como el síndrome de almacenamiento de glucógeno y otros padecimientos genéticos, pues no habrá protocolos para atenderlas.

El asunto es serio porque sin los datos de enfermedades comunes y raras no se puede hacer un pronóstico de morbilidades y epidemiología, planear la adquisición de medicamentos, capacitar a los médicos y organizar los tratamientos en los distintos hospitales y clínicas.

Pero el Dr. González puso el dedo en la llaga sobre las verdaderas motivaciones para cancelar las NOM: Al no haber normas, el sector salud gubernamental puede decidir comprar medicamentos más baratos, pero no los más modernos ni los más eficientes. ¿Hacia dónde pretenden orientar los dineros, entonces?

Además, si un paciente quiere demandar judicialmente al sector Salud por no recibir el tratamiento pertinente, pues no hay una NOM que sustente su alegato legal. Y ya sabemos que HLG tiene varios cientos de demandas en su haber. Para mí que las NOM le estorban.

Le pregunto al Dr. González a dónde vamos a llegar con estas medidas. “Estamos retrocediendo 15 años en niveles de salud,” me responde y hace una pausa. “Lo que ha hecho López Gatell (con la pandemia) y lo que sigue haciendo, es inmoral como médico y como persona. Algún día lo veremos en la cárcel.”

Espero que así sea.

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

Lmendivil2010@gmail.com

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