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Letras Desnudas

Mario Caballero

 

Otra vez el ISSSTE

Este año han suscitado varias protestas en contra de los directivos del Issste en Chiapas, tanto de derechohabientes como de los mismos trabajadores del organismo.

Comienzo con los reclamos de los derechohabientes. A inicios de agosto, un grupo de familiares de al menos 70 pacientes señalaron que el delegado y el subdelegado médico, Miguel Ángel Vázquez Castañeda y Carlos Domínguez Maldonado, respectivamente, fueron denunciados penalmente por distintas irregularidades.

Una de ellas, quizá la principal, es que bajo una licitación amañada estos funcionarios públicos envían a los enfermos a tratarse en el Centro Chiapaneco del Riñón (CCR), mismo que hace dos años fue clausurado tras la muerte de tres personas.

La señora Esther Guillermina Melchor Coutiño, cuya madre recibe tratamiento de hemodiálisis desde hace más de nueve años, aclaró que estos dos personajes han abusado de su autoridad para impedir que los derechohabientes, incluso los nuevos pacientes con problemas renales, reciban atención subrogada en clínicas particulares distintas al CCR, que la no contar con la capacidad suficiente y profesional pone en riesgo la salud y la vida de sus familiares.

Cuenta: “Hemos sido víctimas de servidores de la Delegación del Issste en Chiapas, y ya nos hemos quejado ante todas las instancias, incluida la Presidencia de la República, porque existe gente corrupta que ha abusado del servicio público.

También refirió que a la vista de lo inútil que han sido las quejas administrativas a nivel local, acudieron a la Fiscalía General de la República para denunciar a Miguel Ángel Vázquez y Carlos Domínguez Maldonado. El número de la denuncia es el G/Chiapas-TGZ0001089/2021, y en esta constan pruebas de la corrupción de estos funcionarios.

Melchor Coutiño dijo que hace dos años estos dos médicos obligaron a los pacientes a cambiarse al CCR así porque sí, a pesar de que recibían una buena atención en otras clínicas, lo cual provocó, y cito: “que tres pacientes fallecieran por infecciones, y los demás quedaron muy graves, y por eso abogamos para que los regresaran a donde estaban”.

En mencionada denuncia se hace hincapié en que estos funcionarios han realizado convenios bajo el agua para enviar a los pacientes a ese centro médico que, como ella lo ha declarado, carece de las condiciones para operar. Lo más grave es que existen documentos de la Dirección de Riesgos Sanitarios que comprueban que ese lugar no puede funcionar, pero aun así siguen enviando ahí a los enfermos de riñón.

No es todo. Hay fotografías que comprueban que el CCR está operando a pesar de que está clausurado. “Taparon los sellos, por lo que atentan contra los pacientes, y el Issste los solapa”, dice Esther Melchor.

Antes, allá por el mes de abril, don Clemente Campo Pérez salió a los medios a declarar lo que sufrió durante las semanas que estuvo bajo tratamiento médico en el Centro Chiapaneco del Riñón, donde por poco pierde la vida debido a una infección que contrajo por la reutilización de instrumentos médicos.

Esto dijo: “Es una clínica mal atendida. Para cinco pacientes daban una sola enfermera que no se daba abasto, y el doctor nunca llegaba. Ahí se infectaron varios compañeros, entre ellos yo, que me puso en estado de coma. Eso sucedió en el mes de noviembre (2020), y me tuvieron que trasladar nuevamente al Issste, donde con mucho trabajo me lograron recuperar”.

 

DENUNCIAS DE LOS TRABAJADORES

Revisemos, ahora, las denuncias de los trabajadores. Empecemos por la más actual, suscitada en días de la presente semana.

Acusan que los directivos no cumplen con los pagos de los salarios, especialmente de los empleados de Bolsa de Trabajo. Se trata de decenas de enfermeras, enfermeros, químicos, radiólogos, personal médico, de trabajo social, entre otros, a los que les deben desde dos hasta doce quincenas.

También señalan que el delegado y el subdelegado médico les niegan sus derechos laborales. En primer lugar, no les pagan a pesar de que son ellos los que han venido sacando el trabajo durante todo este periodo de contingencia sanitaria por coronavirus, mientras los empleados de base simplemente se negaron a presentarse a sus puestos. En segundo lugar, no cuentan con servicio médico.

En meses anteriores, también la directora del Hospital General del Issste en Tuxtla Gutiérrez, Bellaney Morales Cigarroa, ha sido acusada de corrupción en diferentes hechos, como la compra fantasma de medicamentos.

Empleados que pidieron el anonimato por temor a represalias, señalaron que Morales Cigarroa está ligada a empresarios poco transparentes con los que desde hace más de dos años se ha puesto de acuerdo para inflar las facturas en la compra de medicamentos e insumos médicos.

En cuanto a Miguel Ángel Vázquez Castañeda, quien fue acusado de enriquecimiento ilícito en su paso por la Secretaría de Economía durante el sexenio de Manuel Velasco Coello, un grupo de médicos inconformes, dijo: “Él no sabe ni cómo se llama su nueva encomienda, pero es muy bueno para transar”.

Estos trabajadores dicen que él tiene en su poder un paquete de facturas apócrifas con las que en complicidad con Bellaney Morales han simulado compra de medicamentos y demás equipos e insumos médicos.

Respecto al subdelegado médico, Carlos Domínguez, lo denuncian por nepotismo, pues aseguran que ha colocado a más de veinte de sus familiares en la Clínica de Medicina Familiar del Issste.

También lo acusan de despotismo, ya que en varias ocasiones a agredido verbal y físicamente a los trabajadores, incluso a los propios derechohabientes.

Él es el responsable del despido injustificado de personal médico, enfermeras, camilleros y personal administrativo con más de diez años de servicio intachable dentro de la institución.

Es el caso de Karen Rubí Pérez Jiménez, química del Hospital General del Issste en Tapachula, a quien Domínguez Maldonado despidió sin ninguna razón a pesar de que ella tenía más de cuatro años en Bolsa de Trabajo y que en el último año estuvo laborando en la clínica Covid instalada en dicho municipio.

La incriminación más importante contra el subdelegado médico, aparte de que se ha aprovechado del puesto para meterse mucho dinero a los bolsillos por medio de transacciones ilícitas, es que él contrató los servicios del Centro Chiapaneco del Riñón, empresa que es propiedad de uno de sus amigos y de la que presuntamente recibe jugosos moches. Además, que su contratación fue por adjudicación directa.

Por otro lado, los denunciantes argumentan que por los pantalones de Domínguez Maldonado todos los pacientes con padecimientos renales son enviados al CCR y que él está detrás de la orden de no pagar los sueldos a los trabajadores, de la reducción de salarios y de la privación de los derechos laborales.

 

¿Y LUIS ANTONIO RAMÍREZ PINEDA?

En todo este asunto, ¿dónde está el director general del Issste, Luis Antonio Ramírez Pineda, que no ha hecho nada por resolver el caos que impera en la delegación en Chiapas?

El presidente López Obrador ha dicho, mil y un veces, que ellos son diferentes. Es hora que se comience a demostrar en los hechos. No se puede tolerar la corrupción de estos directivos, ni los abusos contra los trabajadores y menos todavía los agravios a los derechohabientes.

 

@_MarioCaballero

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