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Mtro. Esdras E. Cruz y Cruz

Volver a soñar que puede ser el sexenio de los chiapanecos; posicionándolo en el escenario mexicano y global, debe ser el generador de nuevos desafíos, retos y oportunidades del próximo Gobierno de Chiapas. Lo anterior, conllevará a la reconfiguración y redefinición de la economía de Chiapas para integrarla en el contexto nacional de los más de 20 sectores de la economía mexicana que impactan en el PIB del estado.

El escenario económico, financiero y presupuestal es turbulento, de acuerdo con la Secretaria de Hacienda, al plantear la reducción de 578.9 mil millones de pesos (MMDP) 12.1% menos en términos reales del gasto que se destina a proveer bienes y servicios públicos para el ejercicio 2025, todo esto para reducir el déficit público del 5.05% del PIB para el próximo ejercicio, equivalente en términos absolutos a 1.7 billones de pesos el mayor déficit fiscal en los últimos 4 sexenios; así como también; el costo financiero llegaría a 1.23 billones de pesos, equiparándose al 14.2% del gasto estimado para este año; por otro lado los ingresos petroleros disminuirán 13.5%, en términos reales pasando de 1.1 billones de pesos en 2024 a 990.4 MMDP en 2025; por lo que respecta a los Gobiernos estatales y municipales el escenario de los ingresos por concepto de participaciones y aportaciones se verán afectadas, de igual manera, en forma negativa.

El nuevo Gobierno Federal, toma posesión el próximo primero de octubre, el déficit fiscal le ha jugado mal a las finanzas de México, solo por mencionar en el presupuesto para el 2025 se estiman más de 1 billón de pesos del gasto financiero, más del 35% de incremento respecto al 2023. No hay salida.

El Gobierno Federal ya replanteó su estructura de gasto y lo que se temía, ha realizado recortes al mismo; ante esta presión financiera que enfrentará la nueva administración, los gastos en salud y educación que han venido en descenso, en 20% y en 7% real anual respectivamente, no hay otra salida por lo menos de carácter técnico, es importante realizar una reforma hacendaria que mejore la recaudación, pero que también se encuentre vinculada a una mejor forma de gastar en beneficio del desarrollo del país, el actual Gobierno hasta el quinto año ha obtenido el menor índice de crecimiento de los ingresos totales, es decir 5.5% frente al 47% de Vicente Fox, el 22% de Felipe Calderón y el 16% de Enrique Peña Nieto.

El próximo nuevo ciclo político debe analizar la ineficacia del gasto cambiándola óptica del ejercicio del gasto en torno a las graves crisis sociales, económicas, de infraestructura y seguridad que atraviesa el país, contrastando seriamente las políticas públicas de la administración saliente a la luz de una profunda reforma emprendida por la nueva administración, atacando con nuevas acciones las carencias más frecuentes que la mitad de los mexicanos han padecido en materia de acceso a la seguridad social la cual ha incrementado su carencia del 16% en 2018 y alrededor de 43% en 2023.

En este escenario, favorecer a Chiapas se ve muy difícil, la amenaza radica desde mi óptica, en que toda acción mal planeada, en su caso heredada y repetitiva como lo ha sido en los últimos 40 años el resultado es y será el mismo; el mismo Chiapas de pobreza, de marginación, de lastimoso crecimiento, lejos de cualquier posibilidad de crecimiento y cambios de posición en el tablero nacional competitivo.

Se abre un nuevo tiempo para Chiapas, un nuevo ritmo, una nueva velocidad un nuevo desafío; el nuevo Gobierno del Estado tendrá la oportunidad de dar respuesta distinta a los problemas anquilosados y anacrónicos que han hecho un estilo de vida de conformidad y pobreza, de abandono y olvido y de injusticia social; la próxima administración debe sacudirse el Chiapas de todo cambia para que todo siga igual. Parafraseando al Conde de Lampedusa en su novela el gatopardo: “es preciso que todo cambie, para que todo siga igual” es decir, el arte de birlibirloque.

Hasta hoy, los gobiernos han medrado con las promesas y discursos sin compromisos reales, fingiendo grandes propuestas de cambio controlando, manteniendo sus intereses y privilegios y, dejando al pueblo en las mismas condiciones.

2024 abre un nuevo tiempo un mundo de nuevas posibilidades, una nueva era con grandes desafíos y retos con la sociedad chiapaneca que a doscientos años de la incorporación de Chiapas al Pacto Federal al naciente Estado Mexicano el balance social es negativo; un estado en gran abandono social: últimos lugares en educación, salud, infraestructura, en lo social y ahora en la inseguridad.

No soslayo los avances que están a la vista como nuevos caminos, puentes, hospitales, avances sí, pero insuficientes; cuenta con un gran presupuesto arriba de los 100 MMDP anuales; el último informe registrado en el actual sistema de planeación democrática destaca alrededor de 4100 proyectos de inversión con un monto superior a los 35 MMDP, así también, alrededor de 6 MMDP en salud, vivienda, educación y urbanizaciones.

Chiapas se encuentra posicionado en el séptimo lugar de los estados de la República que más reciben participaciones y aportaciones federales, contrastando con la realidad social en el cual nos encontramos en un alarmante último lugar; el 76.4% es pobre, solo el 6% de la población tiene un nivel de vida más o menos suficiente, la disparidad social y económica es brutal, es vergonzosa y es el resultado a doscientos años de su anexión es contrario al deseo de progreso y prosperidad que el pueblo soberano decidió pertenecer a la Nación Mexicana.

En mi trayectoria profesional y experiencia, he estudiado el funcionamiento de la Hacienda Pública y el Federalismo Mexicano y el resultado ha sido: una Federación fuerte con estados débiles, dicho de otra forma, un Gobierno central con un modelo fiscal fallido.

El actual Pacto Federal no promueve el crecimiento de los estados ni la posibilidad de insertarlos al desarrollo igualitario, no impulsa a los estados los cuales tienen mayor capacidad para fungir como moderadores del desarrollo; dicho de otra manera, en aras de una mayor eficiencia y control de los presupuestos públicos, se ha pronunciado por disminuir facultades a los Estados y Municipios.

Desde el centro del país los encargados de la política hacendaria creen que detonar e influir el desarrollo de sus regiones y afrontar los grandes rezagos inocultables y vergonzosos en muchos casos que existen en materia social; claro esta y hay que decirlo que Chiapas recibiendo muchos recursos no haya podido mejorar su situación social, evidenciándose también la implementación errática de las políticas públicas de desarrollo por parte de los Gobiernos locales.

Lo que exige al próximo Gobierno Federal y Estatal que aborde sin dilación no solo un federalismo nuevo sino asuma la profunda desigualdad con Chiapas, el incumplimiento con los únicos mexicanos que han querido serlo por voluntad propia, no por la fuerza sino con esperanza y orgullo de pertenecer a México. Este sexenio debe ser y tiene que ser de Chiapas.

Por espacio y por tiempo, está ocasión solo enunciaré de manera muy general las siguientes propuestas:

1.         Corregir el déficit educativo

2.         El modelo de desarrollo regional actual

3.         Un esquema tarifario y de precios por concepto de consumo de luz.

4.         Rectificación del tratamiento fiscal de territorio a zona fronteriza

5.         Detonar el empleo bien remunerado con políticas financieras a los micros y pequeños negocios que representa el 90 % del empleo

6.         Revertir la pobreza rural con inversiones privadas a través de la utilización de los fondos SIEFORE… Entre otros

7.         Impulsar la 2da. Convención Nacional Hacendaria

Cabe señalar que de los puntos del 4 al 7 en una próxima publicación los expondré.

¿Cómo debe resolverse el déficit educativo?

Revisando la distribución de os recursos federales, no con un enfoque de suma cero sino tomando en cuenta el peso específico de la necesidad de reducir y cuantificar de manera total el déficit educativo chiapaneco.

¿Cómo debe resolverse el modelo del desarrollo regional actual? Estableciéndose un sistema de desarrollo armónico atendiendo las diferencias de las regiones del país, tomando en cuenta la variable del menor índice de producción per cápita y el desequilibrio regional (marginación).

¿Cómo debe establecerse un esquema tarifario y de precios por concepto de consumo de luz?

Revisar urgentemente en estricta justicia y legalidad los costos de inversión y de distribución que no le corresponde absorber al Estado de Chiapas por ser el Estado productor y que los sobrecostos que se han pagado durante décadas deben ser subsanadas e impactadas en las tarifas para los chiapanecos, cabe mencionar que, en el régimen Federalista los Estados productores tienen tratamientos diferenciados o retornos económicos por el hecho de ser las entidades productoras y en su momento mencionaré el tratamiento para los Estados productores.

¡También Chiapas es México!

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