Pongamos todo en perspectiva

Carlos Villalobos

Por definición, el poder de las sociedades está en manos del pueblo en entornos democráticos, por lo tanto, las personas tienen derecho a participar e involucrarse en los asuntos públicos, en la toma de decisiones y en la selección de los representantes populares, los cuales, previa elección, abanderan causas sociales comunes y se aspira a la construcción de entornos más plurales.

Sin embargo, México históricamente ha dejado de lado la construcción de arenas públicas para la concertación y la construcción de acuerdos y mejoras para la sociedad, cerrando la toma de decisiones a unas cuantas personas y eliminando la construcción de agendas compartidas.

De lo anterior, es importante destacar la importancia de la construcción de arenas públicas, como espacios abiertos y accesibles en los que se privilegie el diálogo, ya que el que todas y todos podamos expresar opiniones libres y sin represalias permitirá el avance de debates y discusiones importantes ante el sinfín de problemáticas que enfrenta nuestra realidad.

Dentro de las principales ventajas que ofrece fomentar espacios de participación se encuentra el poder contar con un lugar, físico o metafórico, en el que se puedan plantear problemas y buscar soluciones de manera colectiva. Esto es especialmente importante en democracias más grandes, donde es más difícil reunir a todas las personas en un mismo lugar.

Además, se puede promover una especie de «círculo virtuoso» en el que la gente pueda expresar sus opiniones y participar en la democracia, generando así un lugar donde se celebra la diversidad y la tolerancia.

En una democracia como la mexicana, es importante que todas las personas tengan la oportunidad de expresarse y ser escuchadas, independientemente de su raza, género, orientación sexual, religión o cualquier otra característica.
La arena pública es un lugar donde todas las personas pueden reunirse y debatir sus diferencias de manera respetuosa y constructiva.

No debemos promover que solo a través de las urnas se ejerza la participación en sociedad. Es importante generar espacios en los que la gente pueda aprender de otros puntos de vista y perspectivas diferentes a las suyas.

A través del diálogo y el debate, podemos entender mejor a los demás y aprender de ellos. Esto nos ayuda a crear una sociedad más inclusiva y justa para todos.

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