Por: José Luis León Robles
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Muy buenos días distinguidos lectores el día de hoy tocaré un tema muy susceptible para la noble labor de informar de periodistas y reporteros que en sus actividades diarias se han visto empañadas por todo tipo de agresiones, la labor de informar no es más que dar un claro panorama del entorno real de los acontecimientos, sin ser tapadera de nadie, sin embargo cuando en el deber de informar se trastocan grupos sociales, políticos o empresariales, siempre van a denostar el trabajo digno de un profesional de la información y viene por consiguiente todo tipo de ataques. Las agresiones contra los periodistas se han ido incrementando en los últimos años. Los diferentes tipos de ataques son frecuentes en zonas denominadas periféricas, que son controladas por la delincuencia organizada, existen además regiones con poca independencia política y económica en donde la labor de informar tiene que desplegar estrategias de resistencia. Muchos de ustedes lectores se preguntarán en donde o en que parte de nuestro país se encuentran las zonas periféricas, para ello tenemos que citar los estados de Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, Chihuahua, aunque a lo largo del país en general se registran agresiones y homicidios contra periodistas. Se sabe que en algunos casos el impedimento de informar se debe principalmente de algunos grupos criminales que operan en nuestro país, las llamadas amenazas preventivas es una de ellas que van creando en el profesional de la comunicación un estrés y miedo a desarrollar su trabajo, en donde el estado debe garantizar el estado de derecho, así como respetar la Ley para Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. No importa el partido que este en el poder, las agresiones a periodistas y reporteros siempre ha existido y mes con mes va aumentando. Desgraciadamente la libertad de expresión se ve empañada por estas acciones radicales de grupos criminales o de ciertos personajes políticos nefastos. Muchas veces la población ignora no sólo la difícil situación de los periodistas y reporteros de nuestro país, sino también los factores estructurales que la explican, y la integración del poder del crimen organizado en esas dinámicas que acrecientan la violencia contra los medios información, además siempre existirá algunas voces dentro de la sociedad civil que nos llaman chayoteros cuando se informa sobre cierto tema y se da una opinión personal, tal vez esta partitura sea la que más lastima a quienes nos esforzamos en emitir una opinión personal del panorama que vivimos y sentimos, debe existir el respeto a disentir sobre ciertos temas, pero no dar por hecho alguna situación que no se puede comprobar. Puedo decir que en nuestro hermoso país es considerado peligroso para ejercer el periodismo y reportear. La labor de informar uno de los objetivos es estar más cerca de la gente, escribiendo sus propias historias, sin embargo ante los diferentes embates que se tiene en esta noble labor por parte de diferentes antagonistas hace cada día más el alejamiento hacía la propia sociedad. Y con esto no quiere que tampoco haya malos profesionales de la comunicación, que si lo hay pero la retórica de la información plasmada entre la realidad y la distorsión se basa muchas veces en investigaciones periodísticas profesionales, y en el caso de los reporteros en la información transparente de su reportaje o en el trabajo de campo en las preguntas asertivas del momento. Ojalá que los tiempos venideros sean mejores para nuestros compañeros cuya actividad sea de informar, y para usted mi distinguido lector como cada semana le doy las gracias primeramente al todo poderoso y a ustedes por la lectura a esta su columna de temas de interés del momento.
