Puntos Fiscales
José Luis León Robles
dj_drdead@hotmail.com
Buenos días mis distinguidos lectores de este prestigiado periódico, el día de hoy el tema esta encaminado a descifrar ese término corcholata en la política mexicana, que alguien nombró y siguieron algunos periodistas haciéndolo dentro de temas de encaje en sus opiniones, sin embargo el conocimiento preciso de esta definición es derivado para hacer referencia de las figuras presidenciable, realmente a mi percepción es inaceptable utilizar otras variantes que no se refieran al tapón que llevan las bebidas embotelladas. El año pasado por ejemplo el actual ejecutivo federal comenzó hablar de ciertos perfiles que tienen una capacidad extraordinaria para sucederlo en la presidencia, entre ellos mencionó Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Juan Ramon de la Fuente, Esteben Moctezuma y hasta Tatiana Clouthier, Sin embargo, en la actualidad a ellos se le pueden sumar otros actores políticos como Adán López y el no grato para la corriente pura de Moreno Ricardo Monreal. Ahora es observado la gran argucia del Presidente de la Republica Mexicana que por cada frase o palabra anota más simpatía hasta en los comunicadores, la frase del origen en el año pasado es “ ya no hay tapados, yo soy el destapador y mi corcholata favorita va a ser la del pueblo”, en lo que se refirió a la sucesión presidencial en 2024, por demás inteligente y estratégico, además que en estas alturas estoy casi seguro que de nueva cuenta se lo va a llevar el actual partido político que se encuentra en el poder, no es posible que en estas fechas, no exista ningún líder opositor que sirva de contrapeso político, hoy solo se hablan de los anteriores actores políticos de Morena, recuerde usted que en México hasta hace algunos años se volvía una especie de tradición que el presidente en turno designara a quién le sucediera en el puesto; dicho personaje se mantenía en secreto hasta que el mandatario federal decidiera revelar al tapado, y hoy no puede ser la excepción que influya el presidente de la República, sin embargo a todo este pintoresco escenario político creado, pareciera que no influirá. El destapador de las corcholatas es el pueblo una frase muy penetrante que impacta en nosotros como gobernado, en cierta manera esta frase nos da como pueblo una falsa visión de que seremos quien decidamos quien va a ser el candidato o candidata presidenciable. Esta estrategia que actualmente se viene manejando hace que se nos olvide temas por demás trascendentales como por ejemplo esta serie de atentados en los últimos días que sufrimos los mexicanos, y que para algún sector de la población es considerado como terrorismo, que para el gobierno federal en voz del secretario de gobierno argumento que no es para tanto, que se está magnificando esos sucesos por sus adversarios políticos, y temas como el derecho de piso que cada vez va en aumento pareciera no importar en el presente sexenio, pero vuelvo a repetirlo que hice hincapié al inicio de esta columna, la culpa no es del gobierno sino de nosotros mismo como gobernado que vamos permitiendo esa serie de inestabilidad social que prevalece, aunado con algún sector de medios de comunicación que cualquier palabrería o frase plasman todos los días en sus notas de comunicación, cuando existe por demás graves y delicados temas por informar. Los temas de hoy serán la historia del mañana, y para quienes tenemos un hijo debemos y tenemos la obligación moral que quienes participamos de forma activa y económica en el rumbo de nuestro país debemos dejarles un mejor panorama a nuestros hijos. Es inconcebible estar dando otro significado a palabras de nuestro lenguaje, nos vamos apartando cada vez más de lo aprendido en nuestras escuelas de formación. Cada vez que algún político quiera hacer de nuestra lengua un trampolín estratégico, debemos ser analíticos, y para quienes tienen la noble labor de informar evitar ser parte de replicar palabras sin sentido. De antemano agradezco la atención prestada a esta su columna, si el creador nos lo permite, nos estaremos leyendo la siguiente semana.
