Puntos Fiscales
José Luis León Robles
Muy buenos días distinguidos lectores, el día de hoy mencionaré un tema por demás trascendental en cada una de nuestra vida propia, ello derivado de todo el panorama social en el que lejos de aportar ideas al caos social, solamente se tiene el tiempo para la crítica destructiva, y así se puede abundar muchos temas en el que pareciera que el tiempo fuera un recurso renovables, pero no es así, precisamente si hay algo que no se compra, que no vuelve atrás, que no se estira, ni se multiplica es el tiempo del cual gozamos en esta vida. Muchos de nosotros hemos escuchado el lema que el tiempo es oro, pero en realidad el tiempo es mucho más valioso que un metal precioso, mientras podamos percibir el tiempo quiere decir que tenemos vida, y cada milisegundo es una fracción de nuestra finita existencia. Pero mucho de nosotros no nos damos cuenta del valor que tiene el tiempo, sino que se desperdicia y malgasta en banalidades, dicen por ahí en hacernos mala sangre, en rutinas sin sentido, en renegar más de la cuenta. Perdemos de vista que la forma que tomará nuestra vida, es la decisión que tomamos respecto del uso que hacemos del preciado tiempo que tenemos. Por ejemplo, me he percatado que las nuevas generaciones pueden pasar horas y horas observando su celular, en distintas redes sociales, preocupándose por ser ante ese universo paralelo ya sea la mejor persona, mejor profesionista, en fin, un tiempo dedicado para crear una personalidad falsa, o peor en algún tema político ya no existe la libre opinión, sino que seguidores o fanáticos de algún partido político se pierden en el tiempo de dimes y diretes. Si observamos más minuciosamente cada fragmento de que se compone el tiempo podemos tomarnos más en serio el valor que tiene nuestro acontecer cotidiano. Conozco por ejemplo algunas personas que se pasan el tiempo quejándose por todo, por el clima, por el tráfico, por el gobierno, por todo se quejan, pudiendo pasar todo el año con la queja, y nunca se tomarán el valor del tiempo en el año, y creo que, hasta las fechas más importantes como la cena de noche buena o año nuevo, también se quejarán de la cena. Pero existe circunstancias muy especiales que denotan el valor del tiempo, por ejemplo, para tomar consciencia del valor de un mes, debemos preguntarle a una madre que acaba de dar a luz a un prematuro bebé. Para tomar consciencia del valor de una semana, debemos preguntarle a quien aguarda los resultados de un diagnóstico importante, para tomar consciencia del valor de una hora, debemos preguntarle a quien espera que termine una intervención quirúrgica, para tomar consciencia del valor de un minuto, debemos preguntarle a una persona que acaba de perder su tren, para tomar consciencia del valor de un segundo, debemos preguntarle a quien acaba de maniobrar y salvado su vida de casualidad, para tomar consciencia del valor de un milisegundo, debemos preguntarle a un atleta que intenta superar un récord mundial. Ahí bajo esas circunstancias especiales tomamos el valor del tiempo, y que decir cuando una persona agoniza, esos cuadros mentales en remembranza a todo lo vivido y lo poco que le queda por vivir, algo que en estos tiempos tan acelerados no nos permiten disfrutar la vida misma, por ejemplo los políticos que aparecen siempre en épocas electorales, guardan el tiempo de esas campañas como el tiempo más lento que quisieran evitar, en el roce con el pueblo, pero es necesario establecer y quitar ciertos paradigmas que no podemos dejar pasar, lo verdaderamente importante en la administración de nuestro tiempo es que nuestras actividades diarias estén alineadas a alimentar nuestros sueños y los valores que más nos importan. Espero que este tema haya sido de su entero interés y recuerde hacer su vida más placentera, que vida solo es una y hay que disfrutarlo con sus seres queridos, nada ni nadie le amargará el momento, porque depende de usted lo que quiera hacer en su vida. Si el creador nos lo permite, nos estaremos leyendo la siguiente semana.
