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Puntos Fiscales

José Luis León Robles                                         

dj_drdead@hotmail.com

Buenos días distinguidos lectores, el día de hoy les traigo un tema que no tiene nada que ver con la política ni con temas económicos o legales, es un tema que nos llama a profundizar la forma de cómo vamos llevando nuestra vida, y es que también en una expresión que algunas veces hemos escuchado o que nos lo hayan dicho, estamos viviendo la muerte en vida. Hablar de la muerte es intentar abarcar un mundo casi infinito de posibilidades, se habla de una gran complejidad y eso hace que su estudio pueda adoptar muy diferentes perspectivas desde un ámbito filosófico hasta uno forense o legal y, aunque morir es siempre un proceso individual, es también un acontecimiento que afecta a aquellos que se relacionan con quien muere, evidenciando una dimensión social y cultural. De allí que las actitudes y comportamientos que las personas adoptan ante la muerte sean el resultado de características y circunstancias individuales, por un lado, y del concepto y sentido de la muerte imperante en la sociedad, por el otro. En el plano de la sociología, la muerte procura analizar la relación entre las sociedades, las familias y los hombres con la finitud. Pero la dificultad para sentir el sentido de la muerte derivó en abordajes indirectos, realizados a partir de la indagación de las diferentes maneras en las cuales los grupos sociales responden a su presencia e intentan mitigar la angustia que genera mediante el recurso de rituales, creencias y prácticas que enmarcan la percepción colectiva acerca de la muerte. La muerte va dejando estelas de tiempo perdido que conflictúan en un mar de emociones y de estragos materiales en su entorno, claro esta para aquellas personas que buscan dentro de un marco legal la obtención de una herencia que sacie la parte material del ser humano en su alrededor, es por ello que la visión de la muerte en el mundo contemporáneo se ve enriquecida (al tiempo que restringida) en relación con el sentido personal de la muerte. Dicho sentido se construye por medio: a) del concepto que cada individuo tiene de la muerte en general (como evento que afecta a todo aquello que lo rodea, pero que solo lo involucra de una manera indirecta) y de la muerte en relación con sí mismo (lo que sucede cuando una persona llega a la vejez), y b) de las razones por las cuales el sentido personal de la muerte se torna paradójico. ¿Cuáles pueden ser esas razones? En primer término, es necesario mencionar que si bien la muerte en general, en abstracto, se acepta como algo cotidiano, la muerte propia siempre aparece como lejana, sobre todo en la juventud. Luego, la muerte se admite, en el plano consciente y racional, como un hecho natural, pero se vivencia en lo personal como un accidente, arbitrario e injusto, para el que nunca se está preparado. Entender y conceptualizar la muerte (y por tanto, de comportarse ante ella) es muy distinta para cada anciano. Variará según se plantee la muerte como un fenómeno existencial (el fin), que la piense como un fenómeno natural (la terminación de un ciclo), que la piense como muerte de los demás (la pérdida y/o el vacío) o que esa muerte sea planteada como un fenómeno personal, como muerte propia. Es por esto mi distinguido lector que debemos vivir la vida de una forma ordenada, y no dejarnos llevar por emociones negativas por ejemplo en temas políticos muchas personas se enfrascan en rencillas que pueden originar un altercado social en el que la muerte se puede hacer presente, vivamos en paz, con lo que tenemos y sin hacer mal a nadie, respetando cada uno su forma de pensar. Si el todo poderoso nos lo permite, nos estaremos leyendo la siguiente semana.

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