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Reforma eléctrica en México: dar el paso, pero seguir caminando

Reforma eléctrica en México: dar el paso, pero seguir caminando

 

Mario Flavio Benítez Chávez Gilberto Enrique Ramírez Toledano

Las intenciones de la propuesta de reforma eléctrica actual

Como proyecto central para la segunda mitad de la presidencia de López Obrador se ha presentado esta iniciativa de reforma eléctrica que intenta revertir, no todo el saqueo en el sector eléctrico mexicano, sino apenas las púas más espinosas que se impusieron en los últimos gobiernos neoliberales. Se trata de una reforma muy importante, pero que debe ser el inicio de una serie de acciones más que avancen en el sentido de asegurar nuestra soberanía energética, sin la cual el desarrollo económico y el bienestar social no podrían estar asegurados.

Hay que decir que la propuesta, enviada al Congreso el pasado 30 de septiembre, en tanto que pretende reformar los artículos 25, 27 y 28 de la constitución, necesita mayoría calificada en el Congreso para ser aprobada. Y Morena, el partido en el gobierno, sólo tiene mayoría simple, por lo que las tensiones políticas entre los partidos y en los debates políticos en diversos medios se han venido polarizando.

Con la reforma actual se intenta cancelar los contratos legados, los supuestos contratos de autoconsumo, los permisos de producción privada fuera de la legalidad, y que los privados paguen todo el porteo, la transmisión y distribución, y que se formen en las subastas para ser despachados con el criterio de costo total real y no costo variable que es engañoso. Además, desaparecen la CRE y las funciones del CENACE, se reintegran a la CFE.

La reforma actual, propone privilegiar las energías renovables, y las plantas contaminantes seguirían después en el orden del despacho, como se muestra en la imagen.

La propuesta del gobierno, para un nuevo orden de despacho, contempla que el Estado quede a cargo de una “transición energética” y que utilice de manera sustentable todas las fuentes de energía de que dispone la nación. Se pretende “reducir las emisiones de gases y componentes de efecto invernadero”. Y ya con una CFE en mejores condiciones técnicas y financieras, “se impulsará el financiamiento y la planeación energética sustentable”.

Primero van todas las plantas de la CFE, en orden de la más barata y ecológica, a la más cara y contaminante. Y después, los privados, también comenzando con las más baratas y menos contaminantes.

Reforma generosa

Con los cambios propuestos en la Reforma en materia de electricidad, se les deja a los privados el 46% de la generación eléctrica nacional. Esto equivale a darles el sistema eléctrico de un país como del tamaño de Argentina. Nada mal para ellos, pero ni eso quieren, aspiran al control total, como en España.

La propuesta del gobierno es demasiado generosa. En realidad, Iberdrola, Enel, Repsol, Mota-Engil, etc., nada merecen. Toda esa riqueza eléctrica era de la Nación, y se les entregó durante los gobiernos neoliberales violando la ley, o comprando votos en ambas cámaras. A billetazos, se aprobó en 2013 este descomunal despojo que les reditúa ingresos anuales por cerca de 500 mil millones de pesos.

En realidad, es el pueblo de México el que fue expropiado. Fue la riqueza creada por varias generaciones de electricistas, la que se arrebató a la mala. Nada se les debe a los privados de la electricidad. Ni siquiera inversión trajeron.

El 80% de las plantas de generación privada se financiaron así:

·      El 50% de la inversión salió de la banca comercial, en donde se depositan los ahorros de los mexicanos. En particular se les otorgaron créditos provenientes de las AFORES.

·      El 30% lo obtuvieron de la Banca de Desarrollo, en donde se depositan los impuestos de los mexicanos.

·      El 15% salió de los Fondos de Inversión, que son recursos generados en México.

·      Y sólo el 5% es el capital de ellos, de los extranjeros.

Puerta giratoria

Sin inversión real, sin haber martillado un solo clavo, ni hincado un solo poste, pero comprando a presidentes, secretarios de Estado, destacados miembros de diversos partidos, cooptando a dirigentes sindicales como los secretarios generales del Suterm (Víctor Fuentes) y del SME (Martín Esparza) y haciendo pasar por la puerta giratoria a quienes les fueran funcionales para su despojo, así nos expropiaron de nuestra electricidad.

¿Cómo que, si se renacionaliza el sector eléctrico, es una expropiación contra ellos, los privados? ¿Pues que ellos crearon esa riqueza eléctrica? ¿Cómo está eso de que les pertenece y que como no se las podemos quitar, les dejamos el 46%?

Sobre el litio

México posee una tentadora reserva de litio, elemento vinculado directamente con las nuevas tecnologías y con la llamada “transición energética global”. Los grandes poderes imperiales se relamen los bigotes de la enorme fortuna que podrían acuñar si se apoderan de los yacimientos del mineral. Un informe del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), dice que “tan solo en el 2020 las acciones de la empresa de autos eléctricos Tesla aumentaron en un 700%, convirtiendo a su dueño en el segundo individuo más rico del mundo” (aunque varias mediciones ya lo colocan como el poseedor de la fortuna más grande del planeta). Y que “se prevé que las acciones de Albemarle, SQM y Lithium Americas podrían transformarse este año en las grandes estrellas de las bolsas, en especial la de Nueva York, gracias al auge que varios analistas proyectan para el litio”.

A decir de un informe del Servicio Geológico de Estados Unidos, “el suelo mexicano cuenta con 1.7 millones de toneladas de reservas mineras de litio” y es el noveno país en reservas de litio en el mundo. Las principales reservas en millones de toneladas son: Bolivia (21), Argentina (19.3), Chile (9.6), Australia (6.4), China (5.1), Canadá (2.9), Alemania (2.7) y México (1,7).

La reforma propuesta, que ya se debate en el Congreso, consiste en estatizar el litio sin eliminar las concesiones ya en marcha. Adán Augusto López, secretario de gobernación, informó que a la fecha hay 8 concesiones aprobadas para la explotación del litio, de estas quedarán vigentes las que demuestren que a la fecha han iniciado la explotación para empezar la producción. La empresa que ha avanzado más en ese sentido es Bacanora, que posee 10 concesiones aprobadas, pero de las cuales en el estudio de factibilidad de 2018 salió a relucir que sólo está explotando 3, que son las que conservaría para la explotación de litio. Además, Bacanora Lithium es una empresa británica relativamente pequeña (cuyo principal accionista es la empresa china Ganfeng Lithium), por lo que da la impresión de que la enorme mayoría de los yacimientos del mineral están todavía vírgenes y sin concesión otorgada.

Aprobada la reforma, estas concesiones quedarían vigentes, pero no se otorgaría ninguna más, y el recurso como su explotación serían estatizados.

Si es así, y en realidad es muy pequeña la penetración de los privados en el sector, bien podríamos darle las gracias a Bacanora y los suyos, y apropiarnos del 100% del litio. ¿Para qué mantener ese pie de los privados en el recurso estratégico? Son de las cosas en donde, sin mayor aspaviento, el Estado podría avanzar más en la recomposición de las cosas.

Dar el paso, y seguir avanzando

Si dejar a la energía en manos de privados, realmente estuviera teniendo resultados en México las tarifas hubieran bajado como prometieron, y no fue el caso; la migración a energías limpias estuviera avanzando a paso firme, pero la realidad es muy diferente; en Texas no se hubiera presentado la crisis de apagones durante semanas enteras debido al esquema de lucro privado que se mantiene en el sector energético de ese país; en España no subirían las tarifas como la espuma, golpeando duramente a las familias, mientras las transnacionales como Iberdrola acuñan enormes fortunas.

Transnacionales que fracasan en el mundo, que quiebran el sector, que hunden en apagones y carestía a pueblos enteros, hoy se presentan en México como las salvadoras. Los gobiernos neoliberales no les abrieron las puertas en nuestro país porque realmente fueran más eficientes o ecológicas, sino porque son parte del mismo grupo, de la misma élite, de la misma clase privilegiada, de esos que se han aprovechado del saqueo. O si no, que le pregunten a Felipe Calderón y a su secretaria de energía, Georgina Kessel, que terminando su gestión gubernamental fueron anunciados como “consejeros” de Iberdrola, si no es que desde siempre fueron empleados de estas transnacionales, utilizando su posición, influencias e información privilegiada dentro del gobierno mexicano, en beneficio de sus jefes oligarcas.

El asunto es que la electricidad es un derecho esencial, no un recurso que pueda ser privatizado y manejado en aras del lucro privado de un puñado de magnates. Necesitamos electricidad para el bienestar y para el desarrollo, no para ensanchar los bolsillos de los grandes capitales de la energía.

Esta iniciativa de reforma constitucional es importante y se requiere que sea defendida por la población, desmontando la campaña de mentiras de los grandes medios. Pero, a decir verdad, debemos ir por todo, y no estacionarnos en poseer un poco más de la mitad del sector. Lo de la Nación, para la Nación.

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